| Hace 9 meses, Dios  me regalo la vida, pero era muy chiquita,
 por eso busco un lugar  donde colocarme
 para que  pudiera crecer y alimentarme.
 Un lugar cálido, seguro y amoroso,
 esa sería mi primera cunita, mi casita de agua.
 Hubo un suspenso emocionado.
 Sensaciones pequeñas y nuevas
 recorrieron el cuerpo de mi nuevo refugio.
 El misterio y la magia se anidaron en  un vientre
 que se hizo apacible como el lecho de un río.
 Vientre, que se hinchó lentamente
 para iniciar el  goce de seguir paso a paso
 mi crecimiento luminoso de sol y luz de estrellas.
 Ese lugar, ese vientre hinchado, que fue mi casita de agua,
 mi  primera cuna, mi refugio,
 donde me amaron desde mi existencia,
 es la barriguita de mi mami.
 Poco a poco me convertí en la niña deseada,
 en la niña bonita, en la muñequita linda,
 me hice  fuerte por el amor y las caricias.
 Hoy, ya crecí  tanto que tuve que salir,
 de tan maravilloso lugar,
 y entre risas y lágrimas de amor por mi advenimiento,
 mi mami y mi papi están ahí,
 para seguir conmigo de la mano y  enseñarme
 a ser feliz, equilibrada, humana, sensible, útil, buena.
 El amor lleno mi vida desde que comenzó
 dentro de mi mami, como una celulita microscópica y vital,
 ella, por encima de todo, me ha entregado su amor
 para que responda con amor en todos los actos de mi vida.
 
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