Apenas naciste y te perdí.
No quería verte alejada de mí,
pero sabía que vos harías a alguien más, muy feliz.

En manos de un extraño terminaste,
pero segura estoy que velará por cuidarte,
o al menos eso dijo antes de yo entregarte.

Vi en vos muchas cosas para mí fascinantes,
pero al extraño no se me ocurrió preguntarle
qué vió en vos tan interesante.

Me dolió en demasía el verte alejarte,
te vi morir para mí y resucitar en otra parte.

Creo que nunca volveré a admirarte,
ahora sólo puedo recordarte,
por vos sé que preguntaré en algún instante.

Monetariamente no puedo un precio calcularte,
sólo puedo expresar que en exceso llegué a amarte,
porque saliste de mí, mi hermosa obra de arte.