Por un instante mi vida paso como una ráfaga por mi cabeza, todo ese sufrimiento, la muerte de mis padres, mis dias en aquel orfanato, mi adopción, el maltrato de un padrastro alcoholico, una madastra con un cáncer que la carcomio y se la llevo y Andrea que lo es todo para mi, mi amor, mi vida, mi todo, ella me había apoyado para entrenar, para llegar hasta Pekin y participar en una disciplina desconocida en mi país, la gimnasia. Lastima, lastima que me sea imposible agradecerle a Tomás mi entrenador, a mi amigo Jaime que ahora vive peburias en Buenos Aires, lastima, porque de este coma, creo que jamás volvere a salir. Los quiero mucho.