Nos juntamos al caer la tarde, ya todo estaba listo para nuestro viaje de fin de semana, bueno … casi todo. Isabel estaba al borde de la histeria por que su maleta no llegaba, mientras que Lleana se demoraba en el baño. Miguel, que las esperaba a ambas, desesperaba y yo, para variar, estaba de aquí para allá.

Bueno, finalmente todo se fue arreglando. La maleta llegó, el baño fue cerrado, yo me senté y Miguel finalmente descansó tranquilo.

Nos colocamos en parejas y comenzó el viaje. Durante las primeras horas todo fue muy tranquilo, hasta que llegamos a una zona donde el camino empezaba a ser irregular, con precipicios que amenazaban tragarnos. Como yo me senté con Lleana, y ella sí que es nerviosa, me trajo de grito en grito, pero no por los movimientos del carro cada vez que se acercaba a un precipicio, sino por el dolor que me producían sus uñas cada vez que se asustaba. Encima de esto, no me dejaba dormir. Me despertaba a cada instante para preguntar por la hora y el lugar en el que estábamos… Definitivamente no fue una buena noche.

Mientras tanto, Miguel e Isabel dormían como bebes en sus asientos … ¡Qué envidia!.
Yo, desesperada, me preguntaba cuándo por fin llegaríamos… Cuando finalmente lo hicimos, era ya de madrugada y hacía un frío que calaba hasta los huesos… pero bueno, esa era parte de la aventura.

Nos encaminamos al depa de Freddy, hermano de Isabel. En este punto Miguel nos abandonó…se fue rumbo a una procesión no sé de que santo y con fama de milagroso; nos dejó con la firme promesa de que volvería a tiempo para regresarnos todos a casa dos días después.

Freddy, como no nos esperaba hasta bien entrada la mañana, no preparó ningún lugar para dormir…

-Rayos-¿Y ahora que? Nos preguntábamos. Tuvimos que dormir en el piso en unos colchones que picaban la piel… ¡Dios qué martirio!. Pero era parte de la aventura. Yo estaba conforme con todo pues me moría de sueño… Pero claro, la fortuna no estaba de mi lado…

Freddy se propuso echarme a perder mi tan deseado descanso… Se la pasó hablando y hablando sin tener una pizca de consideración… Lo botamos, lo insultamos… En fin, le pedimos de mil maneras que nos dejara dormir. Cuando creíamos que nuestras plegarias habían sido escuchadas, sonó el móvil de Isabel, era Aldo, su novio, diciendo: !Sorpresa¡.

Nuevamente empezó el proceso de hacer otra cama y el ajetreo que esto producía… Terminó por alejar, espantar y hacer huir a Morfeo de mi lado. Le rogué, le supliqué que se quedara, pero fue en vano. Ya el sol salía con todo su esplendor.

No me quedó más que salir a recibir la mañana con Freddy quien, por cierto, estaba feliz de que alguna de nosotras ( o sea yo) terminara acompañándolo. Me llevó a conocer a un amigo suyo con el cual estaba dispuesto a emparejarme, puesto que yo era la única soltera y sin compromiso en el grupo. Pero... ¡Oh sorpresa! No fue necesario mucho esfuerzo para que yo me sintiera más que complacida con sus planes…el amigo en cuestión era mucho mas de lo que yo habría podido esperar… Pero esa es otra historia.

Después de esto, me hizo caminar como deportista de footing, aunque mis fuerzas estaban recuperadas después de aquella visita vespertina. Me sentía renovada, parecía que la fortuna volvía a mi lado, y... me convertí en el clon de Freddy, ya que después de 2 horas de caminar, ni bien llegué al depa, desperté a todos… Los obligué a levantarse y en medio de tanta joda y barullo, logré mi cometido.

Freddy se fue a hacer sus cosas y nosotras junto con Aldo nos fuimos de compras. Por cierto esto fue algo que desquició a nuestro acompañante pues, con tanta bolsa y él siendo tan caballeroso, cargaba con todas… Llegamos a tener tantas que termine confiándole a la dependienta que si me daba una bolsa mas, mi amigo Aldo me mandaría al carajo. Fue un revoloteo de blusas, pantalones, zapatos, bolsos, gafas, entrada a probadores, paseos de pasarela para ve si nos favorecía, o no, tal y cual prenda y un sin fin de cosas… Cualquiera diría que nos podrimos en plata, pero la verdad es que en esta ciudad todas las cosas son de bajo costo. ¡ Y eso lo que aprovechamos!. Era tal nuestro jolgorio que, cualquier hombre por más paciencia que tuviese, habría terminado hecho una furia.

Concluido nuestro placer de comprar bien entrada la tarde, ya mi estómago estaba en plena protesta por comida. Freddy nos llevó a comer unos platos típicos de la ciudad, en las afueras de la misma. Para ser más exactos, en las faldas de las montañas y, como no estoy acostumbrada a la altura, por poco y me quedo sin aire…también eso era parte de la aventura… Me dijeron.

Llegó la noche y con ella el frío…del cual, por cierto, fui muy bien protegida. Cenamos comida rápida, paseamos un poco, visitamos algunos lugares, nos tomamos fotos, todas para el recuerdo. Ya tarde, nos fuimos de bailongo ¡Eso si que fue un bailongo!. Me la pasé de lo lindo, bailando toda la noche y muy bien acompañada. Las chicas no se quedaron atrás y la movida duró hasta la madrugada. Freddy lució todos sus pasos de moda; Isabel y Aldo no se despegaban y Lleana extrañaba a su pareja…. Pero aún así yo sé que se divirtió un montón…Richard y Freddy se encargaron de eso. Y así termino nuestra noche loca…Después de la cual, al fin, pude dormir. Morfeo se acostó a mi lado y no me soltó hasta bien entrada la mañana.

La mañana del domingo llegó esplendorosa y, con ella, nuestra visita al mercado de verduras. Fue toda una aventura y sobre todo muy ilustrativa… Por ejemplo yo no sabia que en el Perú existían tantas variedades de papa. Casi se nos ralla la memoria queriendo recordar la variedad existente de este tubérculo. Conocí más verduras de las que pueda recordar en toda mi vida. Lleana estaba de lo mas fascinada con los precios y se llenó dos canastotas por ese motivo.

Lo más gracioso fue ver a Freddy, él que es un joven tan fashion y de mundo …cargando su canasta… ¡Se imaginan ver a un modelo de pasarela con sus canastas saliendo del mercado! …Por supuesto eso merecía ser fotografiado. Casi nos mata por tomarle esa foto… nos hizo prometer que nunca la mostraríamos, claro que nosotros cruzamos los dedos…jeje.

Por la tarde nos la pasamos empaquetando todo lo que compramos, y preparando todo para regresar, nos olvidamos nuevamente del almuerzo, pero nuestros estómagos nos lo recordaron…. Le dijimos adiós a Aldo, pues él tomaba otra ruta. Y nos apenó mucho pues -¿ Quien nos ayudaría con nuestras cosas entonces? …jeje.

Mientras comíamos algo, todo pasó sin mas exaltaciones, visitamos más lugares, nos tomamos más fotos y quisimos comprar unas cositas más. Ahí sí que se armó una buena... Lleana estaba con un pantalón militar y la confundieron con una milicia…pero eso solo fue el principio. Cuando salimos de la tienda, los sensores de prendas se activaban cada vez que ella salía…fue la cosa mas divertida, sí divertida, pues nosotras no teníamos nada qué temer. Lleana terminó desnuda en los probadores para que vieran qué era lo que activaba a la alarma, y resultó que el pantalón militar, con sus hebillas de metal, era el culpable. Por poco y llaman a seguridad y todo…resultó una situación jocosa y contradictoria pues, como dije antes, a ella la confundieron como miembro de la ley.

Así fue nuestra visita a “La ciudad de los caballeros de León”… Porque, en cuanto salimos de la tienda, todo fue una correría de aquí para allá; que si el bus nos dejaba, que ya era tarde! Ustedes saben, cosas de mujeres!.

Miguel cumplía su promesa pasando por nosotras a tiempo para todo y sobre todo asegurándose de que estuviéramos muy bien. Partimos dejando a Freddy con la promesa de que pronto nos volveríamos a ver y en la tranquilidad de su depa que, por cierto, estaba echo un caos. Pero nuestro amigo feliz de que lo visitáramos.

Miguel, mientras tanto, se ocupó de que nuestros paquetes y maletas se colocaran en su debido lugar, y tuvo que estar de un lado a otro por nuestra culpa, pues a mitad del viaje el bus nos jugó una mala pasada y se malogró. La histeria estaba a punto de colarse en nosotras pues era de madrugada y él pendiente de nosotras. Lo que más nos preocupaba era que llegaríamos tarde a trabajar al día siguiente, pero claro …él fue nuestro héroe y nos salvó de tanta preocupación.

Y así fue como termino nuestra aventura, de la manera más feliz. Claro, se supone, si no no estaría contándoselos ahora, ¿Verdad? …..A propósito ahora que lo recuerdo…Nunca le preguntamos a Miguel cómo le fue en su procesión….

para mis bellas amigas Lleana e Isabel, de las que nunca me pienso alejar

muchas gracias a mi querido amigo Rodrigo por su ayuda.besos