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La Señora Grismelda sabe toda la verdad, es comentado, la noticia se ha distribuido como un panfleto, se dan tiempo para aumentar, editar y acortar el guión, mientras tanto, la escena se ha quedado en el pasado.
Se oía hablar cierta mañana que Felipe el cartero era el padre de Marita, la hija de Sofía, otros dedicados a corregir, decían que Sofía era hija de Felipe el cartero y que Marita era su hermana pequeña, ¿Quién se acerca mas a la realidad?
En cuanto a la Señora Grismelda, la felicidad le ha caído del cielo, sus ojos brillan como las estrellas, había estado esperando la luz entrar por esa puerta, la noticia la ha dejado inmóvil, ha perdido la constancia que la caracterizaba en su actuar frío y distante.
Felipe el cartero, antes de ser cartero fue un pequeño inocente que jugaba con tierra a construir su castillo, en donde viviría feliz con la desaparecida imagen que tenía de su Madre. Al pasar el tiempo; este muchacho iba casa por casa dejando una nota en la que pocos podían entender, Felipe no sabía escribir y así fue que se le llamo “Felipe el cartero” y desde aquel día lleva las cartas a su destino.
Sofía, ella es una mujer que se viste todos los días de esperanzas, alegrías, ganas de vivir y salir adelante, es conocida por todos los vecinos, forma parte de un pequeño grupo de mujeres dedicadas a “ayudar al desvalido”, ella sale a la calle y Felipe el cartero desde lejos sigue sus pasos hasta verla llegar a casa.

Todos tenían cierta idea creada por la imaginación individualista, todo fue silencio ante sus ojos, la veían pasar y un chismeante saludo emergía de las bocas opinantes de una verdad errada.
Pero la verdad es una sola, el secreto que guardaba Sofía para todos era la principal atracción y los días pasaban como los segundos y ella vivía sin decir palabra de aquel día que cambio su vida.
Felipe como siempre deja en casa a Sofía a salvo de cualquiera que quisiera acercarse con una mala intención y luego él se retira lentamente sin perder conciencia de que cada día debe llevar las cartas a su destino.
Un cierto día, Sofía tuvo que regresar antes de la hora de costumbre a casa, su hija Marita había caído con un fuerte resfriado y cuando llego a casa, se dio cuenta de que Felipe estaba cuidando de su pequeña hija, este gesto de él la dejaba tranquila, Felipe para ella era su ángel guardián y por esta razón Sofía tomo la decisión de llevar a Felipe a vivir a su humilde hogar.
Así pasaron los días en que Marita se recuperó y Felipe compartía con ellas, lo que hizo aún más grande las ganas de saber sobre la vida de Sofía a los desesperados vecinos.
Pasaron los años, Marita ya es una mujer y Sofía se siente cansada, mientras que Felipe vive con ellas, sigue siendo un niño, no puede hablar, solo balbucea ciertas palabras, ideas, que con la ayuda de Sofía ha logrado formar.
Repasando la lluvia ya caída, regresan los vientos y aromas a tiempos aislados, entre el sol y los verdes campos de la vida de Sofía. Ella aún conserva un baúl donde guarda el secreto que aquellos vecinos tanto quieren conocer.
Se cierra el telón y deja al pensamiento, descubrir el contenido de ese misterioso Baúl, por tanto ahora la Señora Grismelda sigue feliz, pero desde ese lugar donde los que respiran no han podido llegar.

Texto agregado el 30-10-2008, y leído por 113 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
07-11-2008 Encantador escrito de sentir fecundo chilenomarinero
30-10-2008 es bien lindo, tus palabras estan llenas de nostalgia, ternura y realidad. me gusta mucho como escribes, sabes transmitir. un beso y mis infinitas estrellas hada7
30-10-2008 Me gustó mucho! MariBonita
 
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