No espero a que sonrías
ni que ironices de lo ocurrido,
creo que me absorbe más la nostalgia que la alegría,
la tristeza del corazón a veces suele aplacar los detalles de la vida.

No sé a donde ir.
Ni que decir.
Me hundo día a día en esa amargura del alma, que se niega poco a poco a menguar.
Me desconcentro ahora del mundo.

...No tengo fuerzas para querer decir que podemos.
No quiero ni pensar en un nosotros.
Me asusta todo.

Hasta tu manera de pensar me atormenta.
No quiero una vida de dolores.
Quiero una vida que valga la pena vivir.

No quiero ver más tu semblante decaído por
las tantas noches que hemos pasado.
Te quiero radiante,
lleno de fuerza,
valiente
sin temores.


Quisiera que pudieses extender las manos en la misma dirección que yo, a fin de volar juntos.

...Pero si no es así, amor fuerte y profundo, mejor es que te marches sin dar vuelta la cara.



Tanto te amo que me decido a escribir con lágrimas estos versos frustrados ante todo lo que nos sucede.



Quisiera decir: lo lograremos.