Sr. Intendente Bornes:
De las consideraciones constructivas hechas por su respetable gabinete a nuestras nuevas instalaciones de la Calle de los Aguaceros quiero distinguir un hecho en particular y espero que usted, Señor Bornes, nos ayude a esclarecerlo.
Al abrir las oficinas el lunes por la mañana, descubrimos que un extraño objeto se encontraba sobre el escritorio de nuestra secretaria de Urbanidad Ambiental. Al principio no nos llamo tanto la atención porque supusimos que se trataba de un objeto que sus trabajadores olvidaron sin intención de hacerlo, pero nos pareció conveniente poner a nuestros mejores hombres del departamento a investigar sobre el caso. Tras largas y arduas investigaciones nuestros hombres llegaron a la conclusión de que el objeto se llamaba naranja, y que, por defecto, era de color naranja. Usted bien sabe que es de nuestro gusto saber la información exacta de cada tema, que no nos fiamos nunca de lo que nuestra mente pueda suponer, y por eso recurrimos a los libros. Y los libros dicen que dicho objeto es una fruta que forma parte del grupo de las frutos cítricos, esto nos hizo contactar con nuestros biólogos, científicos, psicólogos y sociólogos, para esclarecer los significados posibles de la palabra cítrico. A esta altura estábamos y estamos seguros de que sus trabajadores nos quisieron dejar un mensaje, y convencidos de que dicho mensaje se ocultaba en tal palabra, decidimos realizar una reunión de directorio. Después de explicaciones de nuestros historiadores sobre la historia de los frutos cítricos, donde distinguimos algunos posibles insultos indirectos, fue de gran sorpresa que nuestros psicólogos nos informaran que la palabra cítrico podía ser un adjetivo para acusar a las personas de ácidas y soberbias, ya que tal palabra esta en directa relación con el ácido cítrico.
¿Es esto lo que sus trabajadores nos quieren decir?, ¿Nos insultan en nuestras propias oficinas?. De ser así, estamos muy ofendidos Sr. Bornes y espero que usted nos de una respuesta clara porque nos parece un acto de gran ofensa hacia todos nosotros. ¿Llamarnos ácidos, soberbios? Nuestros empleados están afligidos por la acusación, y amenazan con realizar una huelga si no se resuelve el problema. Así que denos una respuesta clara o tomaremos medidas al respecto. Sabemos que usted tiene relaciones estrechas con los absurdos que imaginan, y nuestro consejo es que se deje de tonterías y tome el camino seguro de la seriedad.
Esperamos su respuesta.


Los que miran el calendario.



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Señores que miran el calendario:

Una naranja, es una naranja.


Sr. Bornes, Intendente.