Es de noche, llueve, y ella no está a mi lado.
¡ Cómo extraño sus besos, cálidas caricias !
Versos tristes escribo, es mi único consuelo.
Las estrellas se apagan cada vez que las miro.

Afuera hace frío, y es más triste sin ella.
¡ Cómo anhelo sentir su firme abrazo ¡
En estas líneas, grita mi alma la locura.
La lluvia danza con el viento en desolada melodía.

Quiero ver, pero la oscuridad inunda mis ojos.
¡ Recuerdo en mi dolor su hermosa mirada !
Tal vez en ella no se ha extinto la llama de mi amor.
Pronuncio su nombre, y resuena en viajero eco.

El frío y la noche; rodean mi pecho.
¿ Dónde estará ella ? Insisto, y no hay consuelo.
Ojalá estos versos fueran alegres. ¡ Qué insensato !
Tengo encerrado en mi boca su apacible aliento.

Ya entra en mí la noche, y no soporto el frío.
El cobijo de sus palabras no existe en mis oídos.
Desvanezco mi vida en estos versos.
¡ Ay qué ingrato el tormento, qué grosero el recuerdo !