Un chico, una chica y una fría noche de invierno.

Al caminar por el parque una fría noche de invierno, justo en la víspera de Año Nuevo, me recuesto sobre el pasto húmedo por la escarcha sin importarme que sólo traigo una playera ligera. Trato de recordar exactamente lo que pasó entre nosotros.

Trato de averiguar el error cometido al amarte... creo que fue por hacerlo sin siquiera conocerte o el habértelo dado todo. ¿O acaso es por el que estoy sin ti? No lo se, y con cada segundo que pasa mi cabeza se llena de absurdas ideas y ninguna de ellas me da la solución que con tanta ansia he buscado desde hace un largo tiempo.

Cuando el frío me desconcentra y me doy cuenta de que mi cuerpo no me responde debido a lo entumido, intento sin éxito, moverme al mismo tiempo que me aferro a los últimos momentos de vida susurrando un "Te amo". Esas dos palabras marcan mi despedida y voy dejando mi cuerpo helado. Al instante escucho una voz que dice: "Se lo hubieras dicho para darte cuenta que también te ama. Mira."

Confundido volteo y te veo al lado de mi cuerpo llorando y diciendo entre sollozos: "Yo también te amo". "Déjame volver" le dije a ese ángel, sólo para que me contestara con una mirada triste que no se puede volver de la muerte. Sin importarme sus palabras, corro para estar a tu lado y al momento en el que voy a tocarte, el ángel extiende sus alas cubriéndome con ellas y llevándome a un lugar donde te espero para poder verte de nuevo.