No se cómo empezar esto. Hoy no he pensado nada que me estremezca. Ha sido un día como esos en los cuáles solo escribo sin parar ni pensar. No sé como puedo desarrollar algo que me disponga la mente, pues nada me dispone. Sólo obedezco a impulsos eléctricos que hacen mover mis dedos sobre el teclado, sobre representaciones lógicas de la capacidad de nuestro cerebro que es llamada el lenguaje. Lo digo así por que es así como mis dedos son impulsados a escribir sobre estas rayas que forman letras, por si a alguien se vuelve a preguntar por qué escribo así las cosas. Simplemente por que no lo hice de otra manera. Es así como respondemos a muchas preguntas que todos creen que existe un fundamento más difícil de encontrar, o que es necesario gastarse todos los años de vida y que todas las canas vean el desenlace de lo que por años tratamos de obedecer un patrón de vida. Muchas cosas no requieren mayor explicación. Como el hecho de que yo escriba así las cosas y no de otra manera. Si lo hubiese escrito de otra manera, no hubiese escrito esto de esta manera. No estaría leyendo esto después de haberlo escrito de la manera en cómo lo escribí, estaría leyendo otra codificación de letras. Ese hecho se explica sencillamente así. Simplemente se me vienen a la mente cosas y las escribo sin haber seguido una pauta de pensamiento lógico. Si no le gusta, bueno, tendría que haber escrito esto de otra forma para que las cosas que hubiese escrito le hubiesen agradado. Todo es simple de explicar, al menos que intentáramos explicar algo que de ninguna manera podríamos hacerlo. Como es el caso de Dios. ¿Puede explicarlo a él? Si puede hacerlo, hágalo y me explica. Yo no puedo, por eso...