Despiértame cuando los planetas
se despedacen unos con otros
y si es que alguno de ellos
musita tu nombre un rato
sábeme un reptil rabioso
de rostro enmohecido
redoblándose en sus apuestas,
gimiéndote desde acá dentro
ordinariamente cerca

De maneras febriles
de gestos sinuosos
de un ritmo bamboleante
de los vaivenes rojos
del puro descalabro
de la puta que nos pare
de la conchadesumadre
y un hambre pasajera
que va apagando ojos
para no sentirse alerta

Despiértame cuando te muerda
la espalda el viento del infierno
y te vuelvas una braza grande
que se escurre de lo oscuro
hasta un cantón de luz.
Yo te doy un regimiento
atestado de promesas
que no sabré cumplirte
por emborracharme así

De articulaciones magras
de hablar deslenguado
de calavera de cristal de hielo
de amaneceres troquelados
de una forma de murmullo
de talante atolondrado
de la puta madre
y un corazón de ajenjo
que va callando alarmas
y hasta adormece al Diablo

Despiértame cuando la lluvia
se enamore de mis huesos
y un arsenal de drogas crudas
se encandilen con las alas
que escondiste en mi cuerpo
Por buscar nacer matando
se vengaran las rozas
sacándome la carne
combatiéndome en la noche

De resistir cantando triste
de ajusticiar la pena
de gritarnos odio seco
de amarnos con gangrena
de un vasto tesón muerto
de las flores también muertas
de una ciudad repoblada
por chillidos y macumbas
que llegan tarde y nunca
a desenraizar las venas