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Dedicado -con amor- a todos los cuenteros de este Planeta Azul. En especial, a aquéllos que han acompañado a Inocencia en su barca de oro y plata.
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A nuestro barrió llegó una pareja de inmigrantes españoles. Él, por su manera de hablar y mandar, nos pareció arrogante y severo. Ella, la esposa del español, era una mujer con una gran dulzura en sus ojos pardos donde se podía leer su pensamiento por lo transparente de su mirada. Tenían dos hijos: el mayor llamado Patricio y una niña de nombre Marina.


Durante mucho tiempo, Inocencia y sus amigos del barrio llegamos a imaginar que la esposa del español sólo se llamaba la “Señora Juanita” y que no tenía apellidos. Después, cuando Patricio se hizo amigo nuestro, nos enteramos de que ellos, al igual que todos los que allí vivíamos, tenían sus apellidos. Ese chico repetía con un orgullo, desmedido, su nombre completo; lo decía con tal fuerza que se convirtió en el chiste de los niños del barrio durante un tiempo. Era como si repitiendo sus nombres y apellidos, quisiera reafirmar su procedencia.


La señora Juanita llegó a convertirse en la amiga mayor de Inocencia y adoraba tanto la navidad como el padre de ésta. Cuando se acercaba esa época, la señora Juanita decoraba su casa con motivos navideños tan encantadores que parecía extraída de uno de esos cuentos que nos narraba el padre de Inocencia. Su mesa navideña era la atracción del barrio. Ese día, la vestía con los manteles españoles traídos desde su tierra. Compraba muchos dulces de diferentes tamaños y colores. Colocaba sobre la gran mesa almendras, avellanas, nueces y otros frutos secos. Alrededor de la mesa, se dejaban unos espacios; allí, nos iban sirviendo la cena navideña a los niños que llegábamos de visita a su casa.


La noche de navidad, obligatoriamente, teníamos que comer una sopa que llamaban “fabada”, preparada por la propia señora Juanita. Ese día, única y exclusivamente ese día, nos permitían beber una copa de sidra. Esa bebida era el tema de conversación -los días previos a la navidad- de Patricio. Ese muchacho hablaba tanto de la sidra que todos sus amiguitos esperábamos, ansiosos, ese acontecimiento. Sin embargo, desde la primera vez que la tomamos, no nos gustó, pero bebíamos siempre la copa de ese licor con tal regocijo que él nunca se enteró de que, en verdad, no la disfrutábamos.


El árbol de navidad del papá de Inocencia y la mesa de la señora Juanita formaron parte importante del patrimonio espiritual de Inocencia y de nosotros - sus fieles amigos del barrio. Cuando José, su padre, se fue de la casa, ya no éramos niños, tendríamos un promedio de unos veinte años. Inocencia se encargó de que esa magia, heredada de su padre, permaneciera en cada uno de los que formábamos su pandilla. Por ello, cuando eso ocurrió, ella organizaba la fiesta navideña de forma colectiva para que así sucediera.


A partir del primero de diciembre de cada año, Inocencia y nosotros seguíamos el mismo ritual que su padre nos enseñó: colocábamos ramas de pino artificial (en nuestra región, no se dan los pinos) en cada uno de los marcos de las puertas de nuestros hogares y alrededor de algunas columnas de nuestras casas; adornábamos las paredes, puertas y mesas con motivos alusivos a la navidad. Entre todos decorábamos el árbol de navidad que el papá de Inocencia había fabricado y que seguía colocándose frente a la casa de ella. Sin embargo, la locura para esa época lo constituía la compra de los dulces con envoltorios de todos colores que guardábamos en una bolsa hasta la víspera de la navidad.


En la víspera de la navidad, entre todas las familias que integraban sus amigos del barrio, comprábamos los ingredientes con los cuales se preparaba la cena navideña. Todos colaborábamos en la elaboración de ésta y se servía en el gran patio de la casa de Inocencia. Uníamos varias mesas y sillas que traíamos de nuestros hogares. Vestíamos las mesas de gala, no con los manteles traídos por la señora Juanita de su tierra natal, ya que no eran suficientes para tantas mesas, pero sí con los confeccionados por ella misma; así, todos nos sentábamos - al mismo tiempo - a compartir la cena navideña.


Cuando poníamos la gran mesa, que todos aprendimos a llamar la mesa de la señora Juanita, dejábamos libre los espacios donde se colocaba la vajilla para servir la comida y situábamos los dulces en el centro. Inocencia nunca perdió su espíritu de niña y al empezar a hacer esto último, exclamaba:
-¡Vamos a atrapar luceros! ¡Atrapemos muchos luceros!, repetía.
Atrapar luceros era una especie de competencia que hacíamos para ver quién agarraba mas dulces envueltos en papeles dorados y plateados. A ojos cerrados, introducíamos las manos en la bolsa de los dulces y agarrábamos la cantidad que cupiera en nuestras manos.


Una vez, al abrir nuestros ojos, observamos que Inocencia seguía con sus manos dentro de la bolsa. Sus dedos, en caricia con los envoltorios de los dulces seguían en contacto con las golosinas, mientras su rostro semejaba un lucero en el cielo antes del amanecer. Era como si en toda ella se conjugaran los planetas con la luna para brindarnos un paisaje cósmico que bañaba nuestros corazones y arropaba nuestras esencias. Por un momento, quedamos extasiados ante aquella bella transfiguración que nos permitió contemplar su alma radiante. En ese momento, Inocencia semejaba una barca iluminada navegando bajo un cielo pletórico de estrellas, y todo cuanto nos rodeaba parecía pequeñito ante tan mágico espectáculo; toda ella era la recreación de una fuente encantada desbordando su belleza interior, y pudimos visualizar su bondad y espiritualidad en armonía con la naturaleza. Esa vez, supimos que en realidad, Inocencia si atrapabas los luceros y ellos anidaron siempre en su corazón


Inocencia, incansable y decidida, les transmitió a los niños más pequeños su creencia sobre el Niño Jesús. Al principio, cuando los chicos todavía creían en el Niño Jesús sobrenatural, los regalos no se colocaban debajo del árbol. En la tarde de la víspera de la navidad, los amigos de Inocencia y ella nos encargábamos de meterlos en una de las habitaciones de la casa de Inocencia. Ella les decía a los pequeños que el Niño Jesús llegaba después de la cena; y se sabía de su llegada, por un gran ruido que se sentía -de repente- y que había que estar pendiente de éste. Siempre cenábamos antes de la media noche, sin embargo, los más pequeñitos empezaban a decir, desde muy temprano, que tenían hambre, sólo para que comiéramos lo antes posible por su ilusión de recibir sus regalos. Después de la cena, entre todos recogíamos la mesa, lavábamos los platos y nos sentábamos a esperar que el ruido que anunciaba la llegada del Niño Jesús, se escuchara.


Una noche de navidad ocurrió algo bien hermoso. A todos, excepto a los niños, se nos había olvidado lo del ruido antes de la llegada del Niño Jesús. Uno de los chicos más pequeños dijo, de pronto:
- ¡Escuché el ruido! ¡Escuché el ruido! Mientras su rostro palidecía de emoción.
Los más grandes pretendimos que no sabíamos dónde estaban los regalos. Buscamos, por todos los rincones de la casa, los esperados obsequios y dejamos de último el sitio donde los escondimos. Después de un rato de dar vueltas, llegamos a la habitación de la mamá de Inocencia. Inocencia encendió la luz de la habitación, y el espectáculo que apareció ante nuestros ojos fue realmente encantador. Inocencia se había encargado de esparcir los regalos por todos lados: en el piso, encima de la cama, en las mesitas de noche, en las sillas y en todos los rincones de la habitación. Cuando la luz se encendió, la recamara quedó toda iluminada. El efecto de los colores del papel con los que estaban envueltos los regalos y las cintas que los cubrían dieron paso a una imagen hechizante: era como si el cielo todo, preciosamente iluminado, hubiese entrado al recinto donde estaban los regalos.


El júbilo se adueñó de nuestros corazones, nuestras esencias vibraban como si una orquesta sinfónica ejecutara una obra musical que destacaba el aspecto lírico y poético de aquella escena, mientras que las flautas y los violines acompañaban, rítmicamente, las pisadas del público asistente. Los regalos y su colorido provocaban una especie de efectos especiales en el rostro y miradas de todos, llegando al punto en el cual la orquesta y todos los que estábamos allí, nos encontramos fundimos en uno solo.


El niño que dijo haber escuchado el ruido miró a todas partes y palideció aún más. Observaba los regalos buscando los de él, pero a la vez no dejaba de mirar a la ventana. Volvía sobre los regalos y de seguida miraba, otra vez, a la ventana. Así, permaneció el rato que le llevó encontrar sus regalos. Más tarde, ya cuando había pasado la efervescencia del momento, nos contó que él había visto una luz que salía por la ventana y que estaba seguro de que esa luz era el Niño Jesús.


Cuando ese niño se hizo hombre, le preguntamos, nuevamente, por esa experiencia y dijo que él seguía pensando que esa luz que vio era el Niño Jesús. Contó, que la emoción que vivió ese día era como si la hubiese vivido el día anterior y que aún conservaba ese recuerdo como uno de los momentos más hermosos de su vida.


Así, el árbol de navidad fue decorado por mucho tiempo e Inocencia mantenía vivo ese recuerdo mientras recordaba a su padre y a su mundo de seres de luz y se alegraba de haberle enseñado a los niños pequeños, un sentimiento tan mágico. Como el árbol se seguía colocando frente a la casa de Inocencia, cualquiera de nosotros lo encendía a las 6 de la tarde al pasar frente a su casa. A las 10 de la noche, se apagaba.


A medida que transcurrió el tiempo, ya no queríamos ayudar a Inocencia a decorar el árbol, ni a nada. Ella siguió decorándolo sola, encendiéndolo y apagándolo.


Una navidad, Inocencia decidió no sacar el árbol. Ese año, el día de navidad, el niño que dijo haber visto al Niño Jesús cuando era muy pequeñito, pasó frente a la casa de Inocencia y se percató de que no había árbol y preguntó:
- ¿Qué pasó? ¿Ya no hay árbol en esta casa?
A lo cual Inocencia respondió:
- No, ya no hay quien encienda el árbol de navidad.


Ante esa respuesta, el niño miró a Inocencia y no pronunció palabras. Luego, nos contó - a los amigos de Inocencia- lo que ella había dicho y describió su tristeza cuando respondió. Nosotros, preocupados por lo narrado por el niño, pasamos por la casa de Inocencia, pero ella se había ido a dormir.


Cuando dieron las doce de la noche, de esa navidad, empezamos a lanzar piedritas a la ventana de la habitación de Inocencia. Ésta se despertó y la abrió. Sus ojos parecían dos estrellas radiantes cuando vio en el patio de su casa el árbol de su papá decorado. Sus amigos habíamos decidido extraer el árbol, el cual se guardaba en un depósito que estaba situado al lado de donde Margarita – su madre – había sembrado sus helechos; lo habíamos decorado y colocado, exactamente, en el lugar donde su padre acostumbraba a hacerlo.


Los adornos del árbol de navidad, cual cristales coloridos de Bohemia parecían más brillantes que nunca. El árbol, todo iluminado del padre de Inocencia, se nos antojaba como arcoíris de esperanzas. Comprendimos que esos colores eran para nosotros símbolos de nuestra eterna amistad y que los ángeles que lo decoraban representaban el amor y la bondad que Inocencia y su padre supieron sembrar en nuestras almas.


El brillo en los ojos de Inocencia nos hizo recordar a la estrella que llevó a los Reyes Magos desde Oriente hasta el pesebre donde nació Jesús. La esperanza reflejada en su mirada fue la reafirmación de que la belleza espiritual de Inocencia era una gran fuerza que emanaba de su ser y que a sus amigos del barrio nos enriquecía y ennoblecía. Su manera de proceder era para nosotros el orden armónico de las cosas; fuente de energía y alegría constante, encanto arrollador. Nos abrazamos todos, pletóricos de gozo, y el niño que una vez dijo haber visto al Niño Jesús, exclamó:
-¡Siempre habrá quien encienda el árbol de navidad!


Texto agregado el 05-12-2008, y leído por 1420 visitantes. (89 votos)


Lectores Opinan
22-01-2013 Hermoso cuento alegórico a la Navidad. Inocencia debió sentirse muy feliz y su corazoncito seguro latía al compás del ruido de los cascabeles del villancico. Me satisace leer tus escritos como el manjar al hambriento. elpinero
03-05-2010 Una auténtica postal navideña con la impagable Inocencia como protagonista. Un texto logrado con magnífico decir y con una pluma que cada día se supera. ***** Catman
30-03-2010 Estila paz tu texto mis5* y besitos NILDA yo_nilda
03-01-2010 Como todos los relatos que he leído de Inocencia este también me gusta mucho, sobre todo el final. Eres una magnifica escritora y mereces mis estrellas********* Un abrazo, Yosep Yosep
12-12-2009 maravilloso, muy de acuerdo con estas fechas, pero algo que marco mi vida, ahora que no esta mi padre, quien era la luz de la navidad, "siempre habrá alguien que encienda el árbol de navidad", y la vida sigue... luzdc
05-05-2009 Bello cuento, creí por un momento estar junto a Inocencia con sus amigos, disfrutando de todo ese espectaculo que tan hermoso describes. pithusa
23-03-2009 Nostálgico recuerdo de navidades nunca alegres...más cuando Inocencia parece esconder su ternura de los ojos amigueros. Quiero pensar que hay otras navidades y otras fiestas para Inocencia...a muchos nos gustará saber qué dicen sus amigas de viajes, de sus traslados, dolores y alegrias... margrave
11-02-2009 Sentí el milagro de la NAvidad en esta mágica mañana disfrutando tus letras... tarde? jamás!! siempre es bueno recordar y en los recuerdos renace el milagro. Gracias por estar y compartir ******MAtilde mancuspia
31-12-2008 Bellisímo, encantador relato navideño! De alguna manera a través de tu excelente prosa poética, me hiciste recordar mi propia infancia, cuando la magia se desbordaba en el ansiado árbol de navidad. Me encantó visitar esta bella historia de Inocencia. Todas mis estrellas ************** Yetsenia123
25-12-2008 Un cuento navideño lleno de valores cristianos de unión, solidaridad y una mesa bien servida. ¡Feliz Navidad! ***** flop
25-12-2008 Hermoso cuento pleno de recuerdos y tradiciones que no se deben olvidar. Nosotros encontrabamos los regalos debajo del pesebre. ***** makiu
25-12-2008 Leída la historia a pocas horas de celebrar la nochebuena me ha encantado y me ha despertado hermosos recuerdos. Gracias por invitarme hago un brindis por ti en esta navidad. 5*s Dulce_Tammara
24-12-2008 Esta es la noche anunciada Ha Nacido el Salvador. paso a encenderlo , llena de emocion. shosha
23-12-2008 Faltan solo unas horas, Recordaremos ese momento cuando la Luz se presento en este mundo. Feliz Natividad para todos los que encendieron este arbol. Para vos Sofiama por haber traido a Inocencia ,a compartir sus navidades con nosotros. Gracias . shosha
20-12-2008 Vine solo a encenderlo ,para que alumbre al que llegue, Esta cada dia mas bello shosha
17-12-2008 Hermoso cuento para recordarnos la fey la alegría que nos produce la navidad, siempre al cultivo de la amistad, valores estos que debemos cuidarlos con mucho amor, quien tiene un amigo tiene un tesoro. Feliz Navidad amiga. Besos aliciacometa
16-12-2008 Paso y veo que el arbol esta rebozando felicidad ,cuantas manos disponibles a cuidarlo .Hoy les dejo almendras y nueces para compartir. shosha
16-12-2008 Inocencio tiene mucha suerte por ver la llegada de la navidad a su hogar y obviamente el nacimiento del niño Jesús, con este texto despiertas el espíritu navideño. Saludos y tú sabes que es un placer leer tus textos hermosos como tu alma. uleiru
15-12-2008 Una preciosa historia de navidad, pero sobre todo un canto a la amistad de verdad, a la duradera. Un "pero", la señora Juanita era un poco sádica por hacer cenar fabada a sus invitados (es broma, obviamente). Me ha encantado tu historia. Me ha ido dibujando una sonrisa según la iba leyendo, porque justo eso que tú narras es el espíritu de la navidad y no lo que "disfrutamos" ahora. m_a_g_d_a2000
15-12-2008 Preciosa historia y muy bien contada. Es un placer leer cómo siguen viven ciertas costumbres y su significado. A través de Inocencia nos ha llegado un trozo de Navidad, de calor, de humanidad. Gracias por eso y por más. Un beso y 5* Claraluz
15-12-2008 ¡Bella historia! Los seres especiales siempre se encuentran***** alejandro45
15-12-2008 Que bella historia, llena de amor y esperanza para todos aquellos que quizás sus navidades no sean tan lucidas, esperemos que lo mismo les pase a muchas Inocencia de la vida, un placer leerte y saber que sos inconfundible. ***** Besitos de navidad lagunita
14-12-2008 Es enriquecedor todo lo que estoy aprendiendo de vuestras costumbres a traves de tus historias. El mensaje de esperanza llega hasta nuestros hogares con Inocencia con la que me identifico en ese amor a su padre quien tanta herencia de valores y costumbres le ha dejado. esplendida un beso 1313
13-12-2008 Pase nuevamente y me cruzo con tanta gente bella ,les traje unos ricos turrones para compartir . shosha
13-12-2008 un precioso cuento de navidad. Me ha encantado. de verdad esta precioso.***** carolina52
12-12-2008 Inocencia atrapa luceros en el recuerdo del campo primaveral y tú atrapas estrellas por tu cuento magistral******* duqueuviedo
11-12-2008 mi querida Sofi, ando con la conección dañada y no puedo entrar regularmente a ver l a página, pero mi primer regalo navideño considero este bello cuento que tú nos has dado. No dejes que Inocencia se aleje, ella y tú, ya son un clásico. Te lleno de besos. avefenixazul
10-12-2008 Siempre habrá, sí... Precioso, Sofiama, muchas gracias. Besos. Jeve. Jeve_et_Ruma
10-12-2008 Amiga. El espíritu de Inocencia con su alma pura y resplanderecerá en estas navidades.hara que todos estemos contentos juntos a tu lado deseándote Feliz Navidad. Te agradezco que hayas puesto que el niño Jesus traía los regalos,Pues en la cultura de mi tierra se ha entronizado el nórdico señor de rojo y con traje de invierno y nadie ya se acuerda del nacimiento de Jesus. Gracias muchas gracias por traerlo. Mis estrellas para Inocencia nomade
10-12-2008 Amiga linda, es un bellisimo relato, hermoso, el cual me trae, recuerdos tan hermosos. Felicidades Mis ********** Maresa
10-12-2008 Pase y veo que el arbol cada dia tiene estrellas y luces mas bellas. shosha
09-12-2008 k lindo, tiene ese clima tipico de los cuentos de Inocencia añadido al clima de naividad, con una carga espiritual y amor enorme, gracias Sofi por el msje, JAvier mjr10
09-12-2008 En nuestros pueblos y ciudades hispanoparlantes, gracias Dios, aún fijamos la mirada en bellos belenes que ocupan nuestras casas, Iglesias y plazas, gozamos los villancicos que alegran el alma, disfrutamos esta época sin tanta contaminación consumista. Sin duda, aquel pequeño miró al Niño Jesús, porque en su corazón había paz. Que nunca se pierdan estas tradiciones, que siempre haya alguien para mantenerlas vivas. Relatos como este contribuyen a recordarnos lo que es verdaderamente la Navidad. Felicidades sofi, gracias por este maravilloso relato. Mis cinco estrellas más brillantes para ti. borarje
09-12-2008 La navidad no es un día , son todos los días del año, creo que tus personajes lo entendieron así. ***** tequendama
09-12-2008 La navidad ya la tenemos aqui. La de Inocencia nos adelantó lo que puede ser o ha sido para muchos. Gran relato. +++++saludos antoniana
08-12-2008 Aprendí a tiempo, en un momento de mi vida, que la Navidad había que disfrutarla intensamente. Me olvido de todas las festividades, pero jamás de la Navidad. Te agradezco las alusiones a asuntos españoles, pero te aseguro que jamás tomaría fabada para cenar: es un plato de muy ruda y olorosa digestión. Y la ausencia del padre de Inocencia, me ha hecho recordar a mi propio padre. Estuvimos unas navidades despidiéndonos sin palabras. Yo le afeitaba y le contaba cuentos; le colocaba los cojines, le ayudaba a ir al baño. Y se fue con los Reyes Magos, tras la estrella del Niño Jesús. A Inocencia le quedó el árbol, y a mí tu cariño, tus historias y los seres queridos que me esperan tras las nubes, ésta y otras navidades. Acariciaste una vez más con tu historia las cuerdas de mi corazón. Estoy tan emocionado que con mis lágrimas cuajadas haría adornos para tu árbol. Un abrazo para mi autora tutelar y las lágrimas convertidas en estrellas. 5* jardinerodelasnubes
08-12-2008 Pase por la puerta y espie hoy tambien alguien lo encendio . shosha
08-12-2008 Un maravilloso texto que nos narra un auténtico y tierno espíritu navideño. Me encantó inocencia. Muchas felicidades. Un abrazo. ***** JAGOMEZ
07-12-2008 Hay diferencia entre el árbol de Inoncia y el pesebre del Vaticano. Me quedo con el primero. ¡Feliz navidad! 5* jugama
07-12-2008 lindísimo cuento, con el espíritu navideno y el árbol de inocencia iluminando toda la página azul...5*****para este hermoso árbol nocheluz
07-12-2008 Pase a ver si estaba encendido el arbol.Veo que se esta llenando de luz,que alegria. shosha
07-12-2008 Una muchacha como Inocencia creo que gozaría de "poner un nacimiento" que al parecer no se usa en su tierra. Un nacimiento a menudo es una coleccion de discrepancias cronologicas con el establo en la parte principal rodeado de pastores, ovejas, indigenas, rios, montañas y a veces un campo de futbol o de basquetbol y ultimamente hasta guerrilleros (!). Historia muy linda que trae recuerdos. Feliz Navidad, Sofiama y que el Año nuevo te colme de alegrias e inspiracion. za-lac-fay
06-12-2008 Una Navidad que invita a pasarla con Inocencia... Bonitas imágenes. 5* _Rosi
06-12-2008 ES VIVIR EN ESE RELATO ,LO QUE ME TRASMITISTE.ES REMEMORAR ENCUENTROS ,PENSANDO EN NUESTRO NIÑITO DIOS CUANDO FUIMOS PEQUEÑOS CREO QUE EL NIÑO INTERIOR QUE JUEGA EN NUESTRO INTERIOR DEBE SALIR A DISFRUTAR ESOS MARAVILLOSOS MOMENTOS TAN MAGICOS Y TAN REALES.HERMOSA INOCENCIA Y SU PUREZA.******** esterk
06-12-2008 me ha gustado vivir la Navidad de Inocencia, en este caso antes de mi verdadera Navidad. este años parece que la Navidad va en serio; hace mucho frío y parece que va a nevar y todo! Un abrazo y un beso!***** josef
06-12-2008 Hermoso cuento de Navidad***** zumm
06-12-2008 le tomé cariño a este lindo personaje: Inocencia. margarita-zamudio
06-12-2008 un bello relato lleno de sentimientos enraizados en un gran corazon un muy buen final fraternal, paz a los hombres de buena voluntad ***** guero
06-12-2008 muy bello relato que concentra tradiciòn popular y esperanza real, ambito donde viven los espìritus buenos...genial luzyalegria
06-12-2008 He vivido junto al grupo,una navidad diferente,esa de Inocencia y sus amigos,y sin embargo he recordado mis navidades de pequeña,con esa inocencia tan bella que me invadía. Juraba que había visto a Santa Claus,era toda una ceremonia. Mis zapatos en la ventana,mi sueño intranquilo,imaginando que se acercaba esa presencia,y ese despertar inolvidable,llena de juguetes.Esos,que al otro día,dormía y me sentaba en mi cama,para mirarlos de nuevo,como queriéndome convencer que eran mios... Ufffs,amiga,como me has hecho soñar y recordar hasta mis regalos. Creo que al final,al estar ya casada,me engañé yo misma,ya que en Miami,me compré una muñequita pequeña,que se le tiraba un hilo y se movia como contorneándose,y así grande,sentada a lo gitana,estuve muchas horas haciendo eso para verla moverse. He quedado soñando,gracias y perdona por decir todo lo que siento. Besitos Victoria******* 6236013
06-12-2008 Los espíritus puros como el de Inocencia brillan más en estas fechas. naju
05-12-2008 Nada para decir, todo para admirar y agradecerte que compartas estas letras que te salen del alma ************** PENSAMIENTO6
05-12-2008 Perdón, inocencia uleiru
05-12-2008 Las luces de los foquitos, los árboles, los coloridos de las luces y la belleza que emana de estas fechas no se compara con tu texto. felicidades y sigue con inocencio. uleiru
05-12-2008 Muy Bueno! Notable cuento navideño. Y toda tu ternura (y la de Inocencia) desplegada en el relato Te felicito Sofi. nesravazza
05-12-2008 Has iluminado la página con este emotivo cuento de las navidades de Inocencia, has traído tu hermoso mensaje de amor, paz, solidaridad....Y de él se desprenden tenues melodías que nos permiten estar más cerca de tu esencia, palpable en tus letras.Gracias por este regalo. Con el deseo de ¡¡Feliz Navidad!! una lluvia de estrellas y pequeñas guirnaldas para adornar tu ventana de ese lugar soñado.¡¡¡Qué el Niño Jesús vuelva a nacer en nuestros corazones!!! Besitos, Ma.Rosa. almalen2005
05-12-2008 ********** manantiales
05-12-2008 Buena historia para estas fechas, incluso para los ateos como yo, porque al fin y al cabo, lo que cuenta es lo entrañable y la ansia de un hogar, que, aún, estando solo, todos llevamos dentro. Este cuento, así mismo, también nos incita a recordar el afecto por la tierra que nos vio nacer, a pesar de que se viva en el extranjero. Por eso, yo siempre pienso en mi "España" .Se agradecen estas líneas que relucen por su magia. churruka
05-12-2008 Tiene razón acuariana, los inmigrantes españoles eran de Asturias, pues la fabada es el más tradicional de los platos de esa región de España. Es un riquísimo guiso de porotos alubia con chorizo, jamón, tocino y rabo de cerdo. ¡Qué rico! Gracias Sofi, por recordarnos que la Navidad conmemora el nacimiento del niño Jesús. Como bien dice Azel más abajo, los comercios han impuesto al estadounidense Santa Claus, haciendo que las nuevas generaciones tengan una imagen distorsionada de la celebración. Como siempre, el mundo de Inocencia nos devuelve a nuestra propia infancia. 5* y un beso, amiga. fabiangris
05-12-2008 Gracias amiga por tan bello relato con él me has transportado a mi infancia. Como buena española y que conoce su geografia, creo que los españoles vecinos de Inocencia eran de Asturias. Miles de ********* y feliz Navidad. acuariana
05-12-2008 Bonito relato navideño, plagado de la vision infantil, los sueños y deseos. Buenas navidades. marfunebrero
05-12-2008 Que lindo relato navideño, la fabada es muy rica yo la he comido muchas veces, claro que es una bomba para el estómago. Fuera de eso de la sopa tu relato me emocionó, siempre va a ser así porque muestras tradiciones, compañerismo, me haces retroceder a mi ser infantil, qué bellos momentos....5 online
05-12-2008 Hermosa historia, que quien más, quién menos, todos hemos vivido de alguna manera. Gracias Sofiama, muy lindo regalo!!! nanchogalarreta
05-12-2008 Un cuento divertido y entrañable que nos despierta "ese niño" que todos llevamos dentro, esas ganas de soñar y de transmitir alegría y afecto a nuestro alrededor. Un bello árbol de palabras en el que todos dejaremos una estrella iluminada esta Navidad. maravillas
05-12-2008 Gracias por este regalo de Navidadm su mensaje de paz, armonía y solidaridad, estoy segurto, anidará en muchos corazones. Felices festividades de fin de año. Saludops. Ricardo Jazzista
05-12-2008 Te felicito, es hermosísimo, Inocencia y sus amigos han encendido su árbol de Navidad en nuestra página y en nuestros corazones y lo han adornado con las mas bellas guirnaldas que son los sentimientos resplandecientes de tu relato, un beso amiga, Carlos. carlitoscap
05-12-2008 Siendo asi y con otra situacion igual de bella he dejado la renuencia a semejante acontecimiento... El amor e inocencia me hacen desbaratar ciertas cosas negativas. Icnocuicatl
05-12-2008 Llena de emoción tu historia de navidad. Tuve navidades maravillosas, donde lo que importaba realmente era estar todos juntos. Llegamos a ser mas de 60. Con los años y la falta de mis abuelos, poco a poco fuimos dividiendonos en grupos ...hasta que cada hijo paso a ser abuelo y formar su propia tribu. Tu Inocencia me trajo mucho de esa infancia-adolescencia.Gracias por este regalo.(...) Era como si en toda ella se conjugaran los planetas con la luna para brindarnos un paisaje cósmico que bañaba nuestros corazones y arropaba nuestras esencias(...) Esa es Inocencie, esa hoy eres Tú. Gracias otra vez . Un beso enorme y emocionado. adriana73
05-12-2008 Siempre habrá quien encienda muchas estrellas brillantes para ti. ZEPOL
05-12-2008 Mágico, amoroso, y precioso tu cuento!!! ***** MariBonita
05-12-2008 Tus cuentos tienen un aire a esas novelas inglesas, por lo dulce de su trama, que bien puede ser llevada a un buen guión de película.. me ha encantado toda la historia que hay detrás de la bella Inocencia.. miles de *********** vilyalisse
05-12-2008 un precioso cuento de Navidad, Inocencia hace renacer en nosotros la esperanza de un mundo generoso, lleno de fe en Jesús y en los seres humanos divinaluna
05-12-2008 Acá en el norte de México hemos olvidado cada vez más al Niño Jesús, el Santa de los estadounidenses se ha apoderado de todo. Se extrañan las posadas y el nacimiento, eran costumbres en verdad muy lindas. EL consumismo hace que olvidemos el motivo original de la navidad. Que lindo recordalo un poco con tu cuento. Saludos. Volvio la magia!. 5* Azel
05-12-2008 bellisimo****** magaoliveira
05-12-2008 El espíritu puro de la Navidad, vive en este relato tan maravilloso. Todo lo que se relata, es el fiel reflejo de tu corazón y del amor que entre todos nos brindamos. ¡Feliz Navidad!!!***** MujerDiosa
05-12-2008 Estoy llena de gozo,me ennoblece haber participado en prender la luz de este arbol.Que el niñito Jesus renazca en todos los corazones. Gracias AMIGA*************************************************** shosha
 
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