Me pregunté si podría decir algo nuevo. Pero no puedo. Nada hay ya que sea nuevo. Se hizo antes, mil veces de distintas formas, pero la misma cosa. Entonces podré quizás algo diferente.

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Tanto va Narciso al agua,
Que al final se ahoga.

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Se me ocurre que los refranes enmarcan la historia de las patrias. Cada una con lo suyo que las hace más parecidas entre sí; lástima que el esfuerzo por hacernos distintos se transforme en rechazarnos.

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Más vale mentira en mano,
Que cien verdades volando.

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Porque bueno, dicho sea de paso, somos de tantas costumbres que ya nos olvidamos muchas veces por qué hacemos lo que hacemos. Es nada más que un gesto automático.

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Si el río duerme,
es porque sueños trae.

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Creo que -al menos me pasa- en algún punto agarramos la mala costumbre de preguntarnos tanto por las cosas, que hemos llegado a no tener respuestas de nada.

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A cada patas negras
le llega su tonta buena

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Pero en fin, el asunto está en que la vida está siempre, sea el caso que sea, llena de palabras, y opciones de palabras para poder decir con buenas palabras esas palabras que a veces cuestan tanto...

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A falta de tonificados,
buenos son los fofos

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ps. Insisto, ensayo, porque esto es realmente un ensayo, de lo que sea.