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LA FÁBULA DEL ESCRIBIDOR Y LOS TRANVÍAS.
(Cuento)
Por: DANIEL JOBBEL.



La previa.
Entonces el hombre se levantó del sillón, buscó en un cajón del ropero que estaba detrás y sacó lo que parecía un álbum, son fotografías pensé con alborozo. El tipo abrió el libro, forrado en cuero, hojeó, en un par de segundos encontró lo que quería, la fotografía deseada aún no estaba pegada, se mantenía en ese archivo apenas en un film de polietileno. Aquí tiene, llévesela como muestra, dijo, es la única que conservo de los tranvías, y ahora espero que no me pregunte si también sé dónde la conseguí. No lo preguntaré, por favor. El tipo alargó la mano vacilante, me entregó la foto en blanco y negro de unos tranvías y con unos ojos serios debajo de un peinado engominado que rozaba las patillas y con una boca que quiso sonreír pero no pudo, se quedo así. Lo único que 'Almeja' Ortegui , mi jefe, atinó es decir: “Sin dolor no se forma el carácter; sin placer, el espíritu… Encuéntrelo por favor. Será recompensado.”Me enviaban a Suiza; a ese fuentón de privilegios, secretos bancarios, y musas de promesas vanidosas: Berna. Mi jefe no comprendió mi decepción. ¡Suiza! Todos quieren ir allá. Ya estuve en Berna, dije. Mi jefe lo sabía. Se puso suspicaz, así que le dije que era una broma. Jamás había estado. Reí para confirmarlo. Su vieja cara de gringo blanco, modelada por la imposición de varias tiranías de trabajo, se torció en una rara sonrisa: Ey, Celso: debe buscar cuatro tranvías, que habían sido regalados al municipio del Mangrullo, Cuatro nada más, me jacté como si fueran pocos, Debe contactarse con un burgués Belisario 'Tacuara' García, un emigrado argentino, es el único Belisario de la guía telefónica, Muy bien Ortegui, dije. Acepté la colorida billetera con los pasajes y unos mangos. Fui a mi Rosario natal a retirar algunas de mis pertenencias. Anduve de paseo por la Avenida Del Rosario que es el eje central de los barrios sudeste y del Mangrullo. Investigué por allí algunos conceptos vertidos del, ¿dónde estarían los tranvías? Es fácil adivinar de qué lugar se trata cuando se camina por las calles de los barrios en Mangrullo. Según los más viejos, desde que se abrió Avenida Del Rosario y Lituania para poner un tranvía que nunca corrió la zona siempre tuvo problemas de transporte. ¿La clave del acertijo? Antes de viajar a Suiza, eché un vistazo al plan regulador del transporte. Nadie estaba de acuerdo con su implementación. 'Mamadera' Domínguez, empresario, imperio del transporte en Mangrullo, no supo, ni quiso decir dónde estaban las trabas. 'Mamadera' estaba en plena campaña en contra del intendente socialista por no subsidiar el transporte público y desarticular sus franquicias escolares y de jubilados. Pero no por eso podían escatimar información. Al contrario podían vomitar más de la cuenta. Así que con esa incertidumbre, como investigando el caso Watergate, al puro estilo Woodward, fui en la búsqueda de alguna 'garganta profunda'. Mi pantalla normalmente me permitía mantenerme con un sinnúmero de amistades. No se si conseguiría algún número telefónico de algún Woodward que investigara los asuntos. Pero no me consideraba inferior. Trabajo como periodista de ‘El Exprimidor Express’, de la conocida editorial La Hurraca. Si no fuera por mi camuflado agente de informaciones, y mi argucia a compartir mis horas con bellas mujeres del ambiente, de trago en trago, café en café, estaría vendiendo salamines en plena calle peatonal. No es una sutil idea mis amigos, es la pura realidad. A 'Tacuara' García no lo conocía más que por los datos que la 'Almeja' me daba. Tenía que confiar en él. García sabe por qué va usted, me refregó. Él le explicará lo que tiene que saber. Creo que se relaciona con unos tranvías suizos en decomiso. Le estreché la mano y bajé por la escalera alfombrada de verde hacia la lluvia del aeropuerto de Rosario.

El oprobio.
Sin embargo 'Mamadera' había dado una tenue pista. Me acuerdo, cuando yo era un pibe, vivía cerca del gimnasio donde entrenaba 'Bujía' Cirrinzone, uno de los históricos del boxeo rosarino, sólo superado por el más grande de todos, el que conocí por mi abuelo, y que fue su amigo, al que maltrataron los gorilas por aquel entonces, Carmelo Piceda, Kid Noli. 'Mamadera' lo conocía. Y coincidió del alboroto que causó el apresamiento por esos tiempos de 'Bofo' De Genaro, asombroso por su capacidad como cuentero del tío. Nosotros, los pibes del barrio, lo mirábamos embelesados como consecuencia de oír el relato de sus hazañas que fueron creciendo, sin duda más en el imaginario barrial que en la realidad de los hechos. Estaba allí instalada la fábula, 'Bofo' era un hombre cuya edad oscilaría entre 40 y 45 años, bien vestido, cariñoso, proveía la pelota de goma de 20 centavos que era nuestro trofeo, juego callejero de por sí, y algunos chocolatines como figuritas y otras bondades. De vez en cuando aparecía con el ojo en compotas...
Me acuerdo de aquello y yo creía que jamás nos olvidaríamos con los amigos iniciales; que la vida nos reuniría cada vez más, que yo iría lejos por los mares y volvería a sus brazos cargado con experiencias exóticas y objetos suntuarios y que, como en un tango, habríamos de vivir cerca, todos allá en el perdido barrio, y que nadie ya habría de experimentar la soledad de las esquinas. Todo antes de conocer a la 'Almeja'. Sin embargo no se dio así: la vida nos separó y pocos son los que recuerdan el hecho… Decía que entrenaba con 'Bujía' y al que luego sería utilero de un club de barrio, el Atlético Isaac Newells, se le iba la mano. Mentira. Es que De Genaro compraba argollas de cortinas, un amigo joyero, apodado 'Grampita', las estampaba en el interior con un sello 18 quilates y grababa las iniciales de las alianzas que lucían marido y mujer como emblema de algún casamiento. El viejo 'Bofo' lo empeñaba. Las argollas valían 10 centavos, y recibía tres pesos en época de empeños, pignoraticias para los entendidos, sorprendía a algún payuca dispuesto a graduarse de piola, le hacía el cuento de su desesperación, le mostraba la libreta de casamiento y así confirmar sus iniciales, exhibía el sello 18 k. y todo eso, su labia y una buena frotación con Brasso hacían el resto. Cuando venía con algún machacón en su labio o un ojo negro, era porque alguna infeliz coincidencia le costaba unos puñetazos.En tanto fui a ver a Belisario y sin más que un saludo palaciego fue asumiendo mi monólogo. 'Tacuara' García sabía que por allí podía estar la razón de esos tranvías: Con eso me quiere decir que usted ¿Sabe quién es el desaparecedor de tranvías? Presumo. Sí hasta un día corrió un rumor de creciente envergadura: “Bofo” vendió un buzón. ¿Por qué no vender cuatro tranvías un político agridulce? ...
Durante nuestra crisis institucional del 2001 muchos fingían ser fachos para aterrorizar a las comunidades locales. Después esas personas continuaron como comisarios expectantes en la política. Su clase había desplazado gradualmente a la mayoría de los ortodoxos originales. 'Perucas' inoxidables devaluados políticamente. Eran como capas de cebollas oxidadas que se caían con el tiempo y el gobierno de turno. Tenían un concepto: O están conmigo o están en mi contra No parece haber lugar para los neutrales, aunque, como en toda regla, hay excepciones. Asume 'Tacuara'. Algunos habían sido miembro de esa aristocracia embrionaria, Y como si fuésemos pocos parió la abuela, Volvió una noche, ¿Por qué no aquel exministro plenipotenciario? 'Tacuara' García interrumpe: En Mangrullo nadie hace autocrítica. Menos en Rosario. Es una sociedad donde no se la practica. Hay lecturas parciales de los recientes momentos históricos. El país de la hipocresía, ¿Hay victimarios de un solo color cuando en realidad sobran victimarios de todos los colores? Digo, los embriones neoliberales siguen en el freezer. Se quiere mostrar que muchos hicieron todo y otros no hicieron nada. El país tendrá que confrontar con una máxima imperecedera: la única verdad es (y será) la realidad. Ojo al piojo, García, los neoliberales están con la escopeta de caza y su gorra. Por las dudas toallitas hipoalergénicas para la mentira.
Al igual que el orden que se había sustituido, nuestra aristocracia se cimentaba en el saqueo y se sustentaba en la piedad ortodoxa con planes de jefes y jefas de hogar, a falta del indiscriminado empleo. Fantasma que acosaba a las grandes urbes de nuestro país. 'Tacuara' García desparrama su adiposidad sobre el sillón, saca un ‘camel’ y lo enciende. Estos beneficios se habían obtenido abandonando la dignidad, la libertad y las más nobles formas de idealismo que habían dado tempranas revoluciones con su retórica y su ímpetu. Al menos en nuestra ciudad balsámica. Ya no quedaban artes privadas. El partidismo familiar, de primos y hermanos, sumados algún hacedor con ideas surtidas, querían estatizar todo hasta la jabonera...Todo se había sacrificado a ceremonias formalizadas similares a los rituales eclesiásticos u otras afirmaciones primitivas de la superstición. Los agridulces habían codificado y sancionado el aterrador impulso de los seres humanos a gritarse mentiras tranquilizadoras mientras cierran los ojos al borde de una grieta en la realidad. El estado municipal pretendía que era imposible (o al menos inmoral) que existiera semejante grieta. 'Tacuara' acierta: “¿En esa grieta era donde suponía tendría que estar los cuatro tranvías del amigo intendente?” La burocracia municipal de Mangrullo también formalizó el fracaso humano y le dio forma y respetabilidad: no sólo no aceptaba el fracaso, lo exaltaba. Los medios de comunicación era una muestra de la infamia imperante. Tener la cuarta pata populista fue dando forma a la revolución con promesas vanas e inquisidoras. Uno estaba tan condicionado como cualquiera para creer que nuestros métodos de ordenamiento de la condición humana eran los más sensatos. Estos aspectos de la vida me resultaban no muy confortables, pero tampoco tranquilizadores. No tenía el carácter necesario para disfrutar la libertad imperante. Más aún, no deseaba enfrentar una vejez en que se me negara el idioma ruso, quizás acá en este lugar del mundo. Pero todo cambió desde las desapariciones, dice 'Tacuara ' García... ¿Ahora usted, dígame, tiene datos de los tranvías?, No estoy demasiado seguro. Tengo solo fotos, le dije...


Los embaucadores...
Yo creía que los asesinos políticos iban a entregarse a la voluntad de muchos, salvando sus almas y mostrándose con entereza, arrepentidos o no de sus crímenes, pero íntegros a la hora de afrontarlos. ¿Pero un desaparecedor de tranvías corría la misma suerte? ¿Quién le había dado muerte a ese servicio en Mangrullo?Estos agridulces engañaban con un rango superior al del tío cuentero. Había cómplices, persistencia de la memoria, cautela, prestancia para acostar al embaucado. Por aquel tiempo, según como lo cuenta el abuelo, lo hizo el tío 'Bofo', lo del buzón, en Rosario porque se lo vio salir del bulín con ropa nueva, repartiendo pelotas, chocolatines, entradas para el Bristol que estaba en Maipú y Mendoza más alejado pero más atractivo que los de avenida Pellegrini y encima suponía una aventura expedicionaria ir hasta allá. Mejor el Sol de Mayo, que daba la serie de cowboy, tres al hilo; pero 'Bofo' repartía entradas del Bristol, que hoy pienso si no las falsificaba. Hasta que fue preso y todos sostenían, chicos y adultos, que era una injusticia social, aseverando que engañaba a pícaros que secretamente se creían los piolas del barrio. Hoy hubiera sido un creador de imagen a grandes políticos. Un asaltante la víctima, está bien robado se decía.
Los embaucadores van a Berna con dinero ¿prestado? de las alcancías del municipio. Digo un viaje tan largo y tortuoso. En una fecha patria cercana al mes de julio un intendente o funcionario de Berna, Suiza, le regala a Mangrullo, asesorado por algún ñoqui de familia muy normal, llamado canciller de las huestes agridulces, cuatro tranways a entregar dentro de algunos años. Un dirigente con una mirada complacida se bajó del árbol genealógico político para subirse a lo alto de la cita evangélica: "No es correcto ver la paja en el ojo ajeno y no la viga que está en el propio", dijo, mientras terminaba su café, ¿Y de propuestas y proyectos cuándo se habla?, Eso es un poco más difícil, le cuesta mucho al dirigente político elaborar planes, usted sabe, dice 'Tacuara', Puede hacerme las preguntas que quiera usted, señor Cleso, ¿Qué sabe de la pista búlgara?, No, no me atrevo, eso es reservado, secreto, Vamos, no me defraude, No defraudo a nadie Celso, Si usted tiene datos para dilucidar haría un gran favor, Le cuento García lo que sé, Vassiliev Topolevjin era el jefe del archivo de la Lubianka, la sede central y sombría cárcel de la KGB soviética, uno de cuyos dirigentes cuando se disolvió la URSS, en 1991, era el actual presidente Vladimir Putin. Entonces 'Tacuara García no tuvo otra opción de largar el rollo. Sí, es cierto, Vassiliev copió durante años con un sistema cifrado los informes secretos que revelaban los nombres de muchos espías soviéticos, incluso italianos. La comisión presidida por Muzzanti, un conocido periodista que de la izquierda pasó a militar en las filas del partido del premier Silvio Berlusconi, estudia la desaparición de una parte de los informes de Vassiliev sobre las actividades soviéticas en Italia, ¿Qué tiene que ver con los tranvías?, Es usted una persona feliz, puede guardar secretos mi amigo Celso, No creo que alguien sea feliz sólo por guardar secretos, es feliz, lo que yo sea no importa, ya le explicado porque vengo, pero tiene secretos que quisiera contarme García, yo asumo mis responsabilidades, presumo quienes son los culpables de la desaparición de los tranvías, Mire, no le respondo a usted periodista, sepa disculpar, son asuntos privados.La "pista búlgara" está considerada la única lógica para explicar el atentado y desaparición. La mafia turca y los Lobos Grises de extrema derecha se paseaban impunes en Sofía, donde no se movía una mosca sin que lo supieran la Policía y los servicios secretos del régimen comunista. El cuartel central de los turcos era el hotel Vitosha. El intendente de su ciudad y sus asesores estuvieron allí. Al parecer fue la mafia turca la que recibió el encargo de los búlgaros, (una conspiración) que actuaban en representación del Kremlin soviético. Estaba la posibilidad de que los tranvías sean canjeados por armas o por uranio enriquecido para uso bélico. Mi ignorancia había pegado definitivamente un salto hacia la incoherencia:"Una tal Ceca, la popular cantante Svetalana Dragoslav, ex esposa del jefe de los paramilitares serbios llamados los "tigres de Arkan", estaba en contacto regular en Mangrullo con un teléfono serbio que fue identificado como usado por Milo Raznatovic " quien en Serbia era un "Kum" (padrino) del clan Zemun..., ¿Milo estaba acusado de algo?, Sí. De haber apoyado a grupos paramilitares que perpetraron durante los noventa tareas de "limpieza étnica" en Croacia y Bosnia en la guerra de los Balcanes y luego se sumaron a grupos mafiosos, Raznatovic es considerado una persona armada, violenta y peligrosa... Había un rasgo de sospecha: fue dirigente de la banda Zemun y estuvo en Mangrullo. Suponía que el uranio lo ocultarían en las cavernas del lago, en el Independencia. Acogotando un pato electrónico que flota por el lago usted puede llegar a las bocas de las oscuras grutas, en un islote únicamente comunicado por dos puentes antiguos, frente a la estatua de un Gran Capitán , en la avenida de Las Magnolias, ícono del progresismo en su ciudad... Mire si lo supiera Georgi Bush, el hombre de los Cañones de Norte, que quilombito, no... Y, sí. Desde 1998 (la banda) cometió más de 100 operaciones de narcotráfico en la Argentina, asesinatos y secuestros y el ejecutor de la desaparición de los tranvías ordenada por los Lobos Grises... También se cree que son responsables del asesinato del primer ministro de Serbia Zoran Djindjic... 'Tacuara' García se pasó la mano por la frente, dejó caer lentamente los marchitos párpados luego de unos tragos de vodka en las rocas, después dijo sin abrir los ojos en un ping pong imaginario: Le gustan mis secretos, Solo me interesa el paradero de los tranvías, Además no estoy autorizado para otra cosa, a ver si nos ponemos en sintonía, Usted sabe más que su jefe, Ni pensarlo, lo he conocido al recibir mi misión, Y de golpe, en un momento se ha puesto delante de mi escritorio, está aquí, en mi oficina, puede verme la cara, Es cierto, Pero oírme decir qué engañe a Cancillería, y es, en todos estos años el único que lo sabe, qué más es necesario para que se convenza de que junto a usted, su jefe no pasa de ser un ignorante, dígame Celso, no es así. Como no encontraba la vena para seguir investigando me derivó, entonces, a un místico oscuro coronel. De inmediato fui a su cuartel de invierno a buscar datos de la ‘pista búlgara’.


El coronel tiene quién le escriba.
Quedé sentado sobre uno de los bancos del jardín del palacio. El frío calaba hasta los huesos. Aunque el coronel había ordenado que pasara y que toda la comodidad del hábitat estaba a mi disposición, lo esperé en ese banco de madera torneado…Mientras me recuperaba de la larga caminata de las últimas cuadras y de dolores lumbares debido a mi pie plano, veía como oficiales y edecanes entraban y salían de las habitaciones. Me llamó la atención un hombrecito bajo, pelado, entrado en años, pues no había escuchado hablar de semejante personaje: Perdóneme la pregunta, pero podría decirme quién es ese de azul, ¿Cuál?, preguntó el soldado, Ese de campera azul con cremallera, y un habano en la boca…, A, ése… El del habano. Pero, ¿Cómo no sabe? Es el coronel, mi amigo, el coronel. Y balbuceo un nombre y apellido que no entendí. El nombre le sonaba. Era uno de esos que en el 90 había comercializado unos embarques de armas a Croacia. Vaya forma de conocerlo. En esas horas más de una vez tuve ocasión de decirle lo que sentía en la cara, pero la circunstancia que me llevó allí no quiso. Así permanecí hasta que una voz sonó a sus espaldas. Un soldado de uniforme de gala estaba parado a mi lado: ¿Usted es el periodista que vino a ver al coronel?, Para servirle- contesto-, El coronel desea hablarle, Vaya coincidencia, yo también quiero hablar con su coronel, vamos pues. El soldado golpeó la puerta, Una voz grave ordenó que pasara. El coronel me atendió solo en una habitación con muebles espartanos, una lámpara con pie de bronce en el escritorio, una caja de habanos y una pistola de lado. Había sido el comandante en jefe del gran ejército argentino, gobernador de una provincia que no recordaba, la facha de un hombrecito pelado que fue durante la dictadura un temido personaje y hoy impuesto en el nuevo orden de esta república y queriendo manejar los hilos y asuntos de la política exterior: Pase usted, Sr. Celso. Tome asiento- dijo el coronel-, Estoy bien así, coronel. Contesté manteniéndome de pie frente a él, Por favor, tome asiento. No puedo hablar con alguien que está siempre de pie, Bueno, como quiera, Por fin nos conocemos, Sr periodista. Me han hablado mucho de usted, dijo el coronel con un dejo de ironía, mientras encendía un puro. Supongo lo que sus nuevos amigos le habrán dicho de mi y a qué vengo, Su amigo García me dejo un informe bien detallado, unas fotos y un e-mail, cosas buenas y malas, mi amigo, pero lo importante del caso es que usted se equivocó de tiempo y lugar en esa búsqueda…, Vamos, coronel, no hace mucho, ambos estábamos del mismo lado, no vaya a ser que por una diferencia en la búsqueda de cuatro tranvías usted, mi coronel, declare la tercera guerra mundial, No se equivoca mi amigo, periodista, hoy hasta unas viñetas de Mahoma en un periódico pueden declarar una guerra. Imagine usted, lo que puede acontecer con cuatro tranvías desaparecidos, ¿Cuál es la diferencia?, La diferencia, mi amigo, es que no ha sabido usted adaptarse a estos tiempos que corren, todo puede suceder. Las cosas desaparecen, no busque responsables, sabe bien usted que de persistir con esa política, el país seguiría en un desorden inusual, en miserias sujetas a la voluntad del hombre fuerte de turno, no habría constitución, hombre, jamás podremos organizarnos, Eso no le dá derecho a algún personaje del ejército a querer ocultar datos sobre los tranvías, Pero me está acusando de algo grave, mi amigo, y usted, ¿quién es para decirme qué es bueno o malo para vuestro país? – Contestó el coronel poniéndose de pie - Entonces dígame, ¿quién es el desaparecedor de tranvías?, ¿es cierto que van a canjearlo por uranio enriquecido?, No falte el respeto, un soldado que lleva cuarenta años peleando por su país y que de ninguna manera acepta que fuerza extranjera alguna pise mi patria, aunque traigan constitución, adelantos, emperador y todo el oro del mundo…., ¡mil veces he de morir antes de sufrir el oprobio de vender mi patria!, porqué preocuparme por cuatro tranvías de morondanga, Yo moriría una vez, sólo por saber la verdad.

Desapariciones.
El coronel se sentó. Hacía frío las ventanas abiertas no alcanzaban a atenuar la pesadez del clima. Por un instante miré a ese coronel insolente y testarudo, desafiante aun en desgracia, indomable, irreducible. Así me lo habían descrito y no se equivocaron. No tenía ganas de perder el tiempo y discutir con él. Y el tampoco conmigo. Acabó el café, las palabras habían acabado, se levantó y dijo, tengo que retirarme, agradeció la foto, el relato, la dirección de mail, le dije, si alguna vez pasa por la zona de Avenida Del Rosario, ahí cerca en el Mangrullo, lo invito con unos salamines con cerveza, aunque sin el paso del tranvía. Después me acompañó a la puerta, él extendió la mano, volvió a decir, muchas gracias
Celso, como caballero de la orden Suiza de épocas pasadas, entonces yo sonreí y sonrió, maliciosamente dijo, Tal vez no fuese mala idea buscar tranvías, al menos nos hemos conocido, y la guía telefónica quedó tirada en la mesa junto a la foto en blanco y negro; Soldado, acompañe al señor y mirándome le dijo con voz cansada: Vaya usted, nomás, no me queda nada más que decir. El coronel se quedó pensando “Mil veces morir. Una vez tal vez…” Llamo a uno de sus edecanes y le dijo que le iba a dar el gusto a ese periodista molesto y maldito. “Cerca de donde se esconden los tranvías desguazados, allí al periodista me lo fusilan por la espalda. Eso de la tercera guerra mundial me seduce…”
El viejo 'Almeja' tenía razón, se entierra con su propia lengua: “Sin dolor no se forma el carácter; sin placer, el espíritu…-



Texto agregado el 13-01-2009, y leído por 341 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
13-01-2009 Desde que comencé a leer me ha resultado imposible despegar hasta el final mis ojos de la pantalla. Extraordinario. Felicitaciones. preludio
 
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