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Inicio / Cuenteros Locales / freddy50 / La Ceballos.

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Sepan que es verano. Y que transcurren los comienzos del siglo veintiuno, Y que la presidente se llama Cristina.

Estando en una plaza ingiriendo una vianda,
una simple paloma casi hace desmallar a nuestra querida Analía Ceballos. Quién a renglón seguido pegó un grito de espanto cual si estuviera viendo monstruos, acaparando la atención de los visitantes. Pero solamente uno que está paseando su perro se acercó a prestarle su ayuda.
Después quedaron conversando, hasta que pasó que tarjeta de presentación mediante, trazaron los primeros pasos para entablar una relación de tipo comercial, que irremediable a la postre la fue sumiendo en una permanente esclavitud de índole sexual. Aunque así no tardó en tener su propio departamento alquilado, y hasta adquirió un auto usado.

Ella se queda mucho tiempo pensando, sintiendo que viaja por el tiempo recorriendo distintos lugares que solo la mente en la oscuridad conoce.

Ahora se perdió en algo donde unos rodillos de fina cerda la envuelven como en un lava-autos. Rociando su cuerpo de un baño reparador.
Pero cae por un precipicio donde en el fondo final hay unos enanos de verdad esperando para socorrerla, sin nunca llegar a tocar el suelo;
tiene como un cielo propio que es una burbuja gigante que la amortigua.
Dicho trance de tipo imnótico proviene de una forma patética que establece con otra seudo-dimensión.
Ella está masticando un chicle, indiferente al presente aun en está realidad, pero como entrando abstraída en un sueño irresistible, de donde quien sabe donde irá a parar esta vez.

Pero resulta que Analía conoció a otro hombre,
con el cual mantiene una relación de dependencia total, insisto, donde por poco no se utiliza el látigo, que hace rememorar a los grandes pájaros invasores con el pito al aire que siempre sobre vuelan sobre su mente febril.
Él ayer impregno la casa de un olor metálico a intestino grueso, eso sí que fue permanecer encallada. Pero se vio obligada a callar la bronca por temor a posteriores violentas represalias.

Por suerte le asignaron un viaje a Bariloche, pautado desde hace semanas, donde hay nieve y se puede esquiar. Además de aprovechar para enfriar el cuerpo.
Analía está enredada entre el amor de cinco hermanos varones. Que no por ser adinerados acaso sean menos repugnantes. No tanto por la parte física sino por los modales. Aunque estando en la nieve siempre se pierde en su acostumbrado estado de abstracción, y entonces todo les resbala. Inclusive andar haciendo el ridículo esquiando en un simple trineo donde viajan seis.

Está chapuseando el aire, como fabricando apresurada una entrada entre esos dos mundos de diferentes dimensiones. Yendo sin palafrenero, a esos sitios que le son familiares, con solo hacer flamear la manta agitando la atmósfera con nuevos componentes químicos. Con luz que se respira como polvareda. Con una inaudita sensación de nuevas esperanza que puja por quebrar la propia gravedad existente. De toda esta práctica se terminó por hacer una técnica que es como un método de trabajo, para poder conocer el futuro por intermedio de la clarividencia.

Por desgracia para Analía, ese hombre ya no distingue entre la bruma de la madrugada y las palabras imperativas acompañadas de laceraciones invisibles. El cinto mojado sumba en nubes de abeja la fantasía que a flor de piel tiene.

Lo que ocurre en la mente es de ella.
Pasa sus día en esa otra dimensión, una playa de estacionamiento que representa un mundo real, saltando feliz sobre la pradera de tiernos pastizales, mientras su cuerpo cumple la condena en la prisión de la carne muda. Idolatrada.
Bendita la oportunidad que tuvo de adquirir una bicicleta de paseo con la cual recorre los alrededores, ya que el auto, sin custodia, no se lo permiten utilizar.

Ella juega con patético realismo a que apuñala a su inquisidor con un dedo metido en la sombra improvisada.
Pero los años pasan implacables, entre mundos anudados como sogas.

Trazó una frontera como en el juego del ajedrez,
de curso sin final. Las tibias verticales con vidrios sucios en falsa escuadra, quebrada la mandíbula ella no logra pronunciar la oración del día, en ese panteón donde hay una cruz esperando erguida.

Entrado el invierno, Analía Ceballos pudo vislumbrar una idea potente. Que intenta desmitificar los poderes de la mente huerfana. En el sentido más precavido, como para proteger su psiquis de infecciones, reemplazando los efectos de la soledad existencial, con puro conocimiento. Comparando, la simple pero cuantiosa información que alberga la cultura de la humanidad, con dichas cualidades que acuña como un imperio dentro de sus sueños mentales. Pero en esta oportunidad, torciendo la balanza en favor del saber.
Con la opción de poder reemplazar una por otra.
-Entonces cuando el gigoló me agreda, en vez de absorta delirar, desde el ondo dolor recitaré una poesía en silencio; dijo pronunciando con voz carraspeada en dirección del viento.
Para lo más rápido posible comenzar a transitar por el nuevo camino. Dedicando su máxima atención al conocimiento antes que al instinto de pensar en absurdo, incorporando enseñanzas del ciclo básico como sostén de la capacidad de razonar desde posturas transgresoras. Aprende a filosofar desde un punto de partida correcto.
Pero no con la cabeza torcida como entrando al cielo de las orejas.

Además, la señorita Ceballos, por sus buenas condiciones, está siendo inducida, alentada a abrazar esta ciencia en particular; él Epicuro este que la azusa, la instiga a meterse en ese mundo, un verdadero profesional de turno, aspirante a profesor en la facultad de Filosofía (y que supo investigar por adonde podría hallarse su clítoris extraviado, quizá sepultado bajo la carne).
Así fue que Analía rápidamente optó por incursionar en dicha carrera dedicada al saber.
El profesor en filosofía bebió de una pequeña mancha roja en el lugar mencionado. Luego le sugirió que, por medio de la Internet, empezara por los presocráticos, y así sucesivamente.

Protágoras, famoso por su enorme miembro,
y por ser aquel que batió un record pasando a la pieza. Se sumergió en la pecera sin saber que la rueda hace peligrar su condición de ratón de laboratorio. Analía está hechada con la cabeza descansando sobre la hierba verde, predomina un viento azucarado donde vuelan insectos mínimos cual confites rayados. Siente que se transforma en un merengue. Sacó como conclusión que:
Las cuestiones de los hombres solo sirven para sí mismos, no hay animal que pueda entender nuestro lenguaje. La voz, estando sana, es una energía sonora conectada con la mente que razona,
que siempre encuentra coherencia por más que comience desafortunada. Solo hay que recoger la siembra por medio de la retórica. Más luego adaptarse a la arenga exitosa.
Sin embargo Analía sueña con Aristóteles,
el carnicero de Mataderos, dueño de la verdad en la movida escabrosa, pero a todos por igual les asigna nuevos nombres de apodo. A los hermanos gemelos partes del quinteto, tal como lo estudiamos en la escuela, Pármenides y Heráclito.

Mientras ahora Tales de Mileto suelta las ganas acumuladas por siglos. San Agustín de Ipona, concejal del municipio donde se encuentra el privado en el trabaja Analía, observa la cascada donde corre agua de manantial cristalina. El no sabe como separar sus pensamientos libidinosos de la fe Cristiana, que tanto le inculcaron en la educción. Rechaza de raíz el tipo de vida que ejerce Analía; pero prefiere sentirse una estatua transparente como una agua viva del mar pero ponerla, antes que estar escudriñando el frágil destino volviendo al hogar con la mochila llena de nada entre las piernas.
Escupe diariamente la tumba que según él,
Analía transporta como el caracol su caparazón. Aunque contradictoriamente el punto se encuentra presente despilfarrando ahorros, con una ancha sonrisa siempre dispuesto para lo que guste querer.

En resumidas cuentas la filosofía le abrió nuevas puertas en lo social, a partir de un merecido reconocimiento científico, por un trabajo presentado en un prestigioso concurso donde obtuviera el primer galardón.
La idea central del trabajo presentado radica en torno de una demostración de la existencia de Dios, a partir de graficar por medio de un ejemplo práctico, donde utilizó carne animal bajo diferentes condiciones de mantenimiento con distintos condimentos, respondiendo estas individualmente por intermedio de los trozos previamente preparados de distintas manera con relación al conjunto, cual si existiese metidos en un dialogo al que deben de subordinarse; con ello demostrando que esas células aun vivas, estando el ser muerto, responden a un patrón generalizado que estaría sustentado por la propia gravitación de la influencia de quién manipula ese universo de partículas.
Lo que significa que en condiciones normales ese orden es indicado desde otra fuente también superior, que no sería del ser muerto, sino la del propio sistema Creador.
Es decir el cuerpo, compuesto por células vivas, tiene cierta independencia de la mente obedeciendo a un orden superior al que se subordina todo lo más posible. Lo que implica la existencia de un orden superior, divino.
Y aun desaparecida las células presentes otras similares vuelven a copar parte del gran espacio.
Quien pareciera estar inventado para este fin.
Finalmente, para ampliar el conocimiento y para continuar evadiendo los exabruptos de la mente quien sería la culpable de hacerla viajar por otros mundos, decidió incursionar en la carrera de Psicología como para apaciguar esta capacidad astral. Amen de tener que continuar con su antigua profesión.

El metabolismo es la historia del aparato digestivo que no ahorra presente, o que aun arrastra algo del pasado.

Del sol de la mañana sale majestuosa una prolongación hasta llegar a mis ojos,
es un rayo de luz que tiene la forma de una rampa, plana, trampolín al que trepo y por el que empiezo a caminar hasta el fondo del horizonte.
Mi alma, por medio de la percepción y la memoria,
desea aprender el conocimiento, para luego retenerlo en los pensamientos utilizando su propio lenguaje. El lenguaje de los espíritus. Y luego llevarlo al cielo para que los ángeles aprendan nuestra forma de ser.
El sol abre sus puertas para que pueda entrar. En una sala blanca que hace recordar al hielo.
No se muy bien que comportamiento adoptar pero lo primero es saludar. Dar en el centro del blanco.
Agitar nuevos caminos. El torbellino de la juventud.
Los añitos bien llevados pese a la oscuridad del sótano. De ser una opa en un mundo interior,
que es como una cabaña Alpina.
Carl Jung, Jean Piaget, Erik Erikson, Gustav Fechner, Sigmund Freaud, Rudolph Amehin, Howard Gardner, Alfred Adler, Wilhem Wundt, Erik Berner,
Sándor Ferenczi, Jacques Lacán, Wilfred Bion.

Analía al regresar de la Patagónica no bien descendió de la máquina un Ford Falcon antiguo la esperaba para efectuar un traslado con urgencia a una quinta donde se celebra la finalización de un campeonato. Cuando llegaron sintió que su mente comenzaba a requerirle todo de sí. Mientras otros también la llenaban de besos al saludarla como en una despedida.
Ella había estado pensando que tal vez despierte, provoque cierta risa, hilaridad, el estar muy distraída cuando hace el amor con tanto frenesí. Pero es justamente en ese preciso momento cuando consigue esa comunicación con aquel mundo fantástico donde existen realidades comunes para luego poder encontrarnos.
Primero: Cristian Fabbiani, Saviola, Batistuta, Palermo, Morel, Islas, hicieron que Analía entre en una nueva dimensión algo distinta, un lugar donde se puede percibir que es una realidad impregnada de mucho oxígeno,
con una ciudad funcionando a pleno sin contradicciones, con la gente feliz, portando una sonrisa permanente.
De todos modos hubo un segundo momento que hizo cambiar las cosas y hacer girar la cuestión en ciento ochenta grados, porque un ente invisible le entró en el cuerpo acaparando su energía por completo, quedando ella tirada sin fuerzas para continuar con la partusa, ni con la misma profesión teniendo que detener la actividad y retirarse antes de la ultima entrada.
Sus pechos se comprimen, y en su bulba parece que hubiera un corral con una tropilla de elefantes tomando agua. Su rostro sufre de contorsiones, que por fortuna le proporcionan placer y no dolor. Ella está segura que es un ser invisible de la otra dimensión con la que arriba mentalmente, y que tal vez por estar enamorado se adhirió a su cuerpo como un vampiro, practicamente dejando seco de sangre al espíritu. Haciendo ventosa de una manera permanente al punto de tener que acudir al médico, más luego a distintos curanderos, que terminaron por opinar que efectivamente alguien invisible habría allanado todo su ser hasta dar con el alma inclusive. Analía Ceballos presume que pueda quedar embarazada del espíritu santo, y la tonta teme luego no saber que nombre ponerle, usar, colocar.

Mas que nada por las temidas razones económicas en baja Analia tuvo que reiniciar las actividades del yugo diario incorporandose sin chistar al trabajo.
Siendo que el invisible ente fantasmal aun sigue su marcha triunfal dentro de su baqueteado cuerpo, usufructuando su figura cual si fuera una mansión en un barrio privado copada por los sin tierra.
No obstante de significar para ella un estimulo positivo pues es una verdadera presencia que brinda compañía, tiene que aguantar paralelamente la carga de dos, a veces mas, agentes simultaneos estimuladores del placer. No teniendo mejor remedio que informarse del tema incursionando en las técnicas que utilizaran los espiritistas, Alan Kardec, cuyo verdadero nombre es Hippolyte Leon Denizard, al que Analia como de costumbre utilizara para apodar a un tal Brian Borda, turista extranjero reciente amistad quien se transformara en exelente colaborador en la materia, habiendo logrado que el ente en cuestión, al que aun no han querido bautizar con ninguna asignatura, deponga su lividinosa actitud se saborear su carne en los horarios picos.
Florence Cook fue el artifice de la tarde, mientras que Chico Xavier cerro en el crepúsculo para darle paso al fantasma desesperado y hambriento.
Llegaron a pensar, presuponer, que debido a la tosudez con que se aferra a la herramienta quizá pueda ser el espíritu de un bebe lactante fallesido quién dejara una enorme tarea sin cumplir.

Bueno pero socabando información fidedigna se llegó a la conclusión de que un fantasma no podía ser ya que estos carecen de identidad y apetito sexual, lo mismo ocurre en el caso de los espíritus que en realidad forman parte de un gran lenguaje,
de una comunicación permanente con esa dimención invisible que va quedando como una estela sobre el rumbo y que tantísimo apetecemos mirar, ver, conocer, observar, pero nunca hacer la chanchada cual bestias; y de la que nadie rehusa, para querer nutrirse de aquel monumento.

Se barajó la posibilidad de que Analía sufra de problemas para la Psiquiatría, ustedes saben, conocen, Emil Kraepelin, Edwin Smith, los pensamientos venidos de la cabezita de Hipocrates, lo mismo que del gran melón de Teofrásto, pasando por la teoría de los cuatro humores: La bilis, la bilis negra, la flema, la roja sangre, que por abundar o lo contrario el cuerpo se descompone igual que cualquier máquina que carece de la correcta lubricación; o simplemente de grasa en la caja de velocidades. Decía,
se descartó por completo esta remota posibilidad de que se encuentre loca o ezquisofrénica aun siendo una persona llamativamente de caracte introspectivo lindando con el autismo en un grado elevado.
Cabe recordar que muchos de sus clientes, los cuales sumisos adoptan el pseudónimo que Analía a su turno graciosamente les depara, hacen el amor en numerosas oportunidades, para lo cual estos personajes ilustres cobran vida en los actores dentro la propia escena viva.

Pero aun así, meses después, se llegó a poner en duda su condición de mujer normal, practicamente acusandola de hermafrodita. Por intermedio de un mínimo quiste del tamaño de un arroz con forma alargada que tendría entre las piernas.
Pero que según afirman los más celosos y escépticos estaría creciendo de una manera alarmante. Algunos dicen ver un dedo meñique, pues tiene enclavada una uña.
Hasta se atrevieron, con el pleno concentimiento de Analia, aclaro, quien sería la que mejor se divierte con toda esta cuestión, asunto que esta haciendo que pueda por lo menos por unos minutos disistir de navegar con las imagenes de sus sueños a cambio de sana disperción, decía a estudiar la protuberancia mirando con lentes de poderoso aumento.

Sin embargo, por efecto de la cultura que con el tiempo esta sabiendo incorporar, ha mejorado muchísimo como persona notándose un progreso enorme en su calidad humana.
Dejó de ser la mujer, aunque bonita, abandonada a la suerte de la marejada y el viento, para transformarse en una dama con un pasado oscuro pero en un presente turbio pero en buenas suerte aclarando. No se, es dificil definir a alguien tan enigmático y hacer alardes de concocerla a fondo. Lo que debe resaltarse es la evolución que está sufriendo en el sentido para bien.
Analía hace grabaciones de su voz leyendo e inmediatamente las transcribe con un software de estonotipía, que permite registrar un discurso al mismo momento que se promuncia, muchas veces disimulando la fuente diciendo el mismo contenido pero con otras palabras, pudiendo con facilidad fabricar su pagina web sustanciosa cargandola de informacion acertada; pero igual con la siempre idea de incursionar en el arte como escritora, ya que de tanto chatear ha hecho que adquiera genuina habilidad en el teclado y entonces ahora, pronto, desea escribir ella misma sus propios cuentos de fantasía.
En cuanto aquel hombre que acosaba su destino esgrimiendo un derecho sobre el ser, hoy sería uno más de su circulo que la asiste cuando alguien se acerca para contratar sus servicios.
Y en cuanto al ente que se metió en su cuerpo, diría que la balanza se esta inclinando en favor de que vino del exterior, y no que es su parte masculina perfectamente separada del resto de Analía Ceballos.
Hagamos votos por que su destino termine siendo algo hermoso, una historia en seiscientas escenas.

Me llamo Analía Ceballos. Aviso soy prostituta e ingenua, una mujer intelectual que ha sido invitada a un programa de radio. Voy caminando por la vereda del Congreso, quedan pocas cuadras para por fín arribar al micrófono.
Un hombre que está sentado en el hall de un edificio de la avenida Callao luego de un intercambio de palabras con la policía es arrestado. Nunca deja de mirar fijo hacia mi persona, ni aun siendo esposado. Solamente cuando introducen su cabeza dentro del patrullero.

-Hola.
-Bien Analia, queremos saber si ese ente en su cuerpo aun sigue estando, o por el contrario usted tal vez quiera confesarnos otra verdad.
¿Por que llora, tanto le cuesta hablar de este tema?.
-La verdad es que soy ermafrodita. En todos los sentidos mitad mujer y mitad hombre. Macho y hembra al mismo tiempo, en el mismo cuerpo. Aunque se vea ante las camaras donde hay miles de personas mirando mi frondosa pendejera les voy a mostrar el pene que tengo en la zona.
Aquí les dejo una gran primicia.
-Pero que dice ¿porque finje voz de hombre si eso no es mas que una simple berruga?.

El cielo comienza a nublarse como en el fin del mundo, la mañana calurosa se torna fría y negra de oscura. Hay relámpagos sin lluvia. Mejor me pongo a reír.















Texto agregado el 06-02-2009, y leído por 188 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
06-02-2009 Un estilo sobrio, claro, pero con mucho simbolismo...Por ello lo encuentro muy interesante Schwarzerstern
 
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