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Ella es de cabello negro, como la tierra más fértil, y de piel blanca, tan suave y tersa, como los pétalos de una rosa, sus ojos negros grandes y redondos, miran al mundo con un brillo especial, como si se tratasen de dos grandes luceros iluminando el oscuro universo, así el brillo de sus hermosos ojos iluminaban mi mundo de soledad.

Las formas de su cuerpo, se perdían debajo de las sabanas cuando ambos dormíamos en la misma cama, su respiración lenta y profunda, sin nada que turbara su sueño, sus labios rosas se entreabrían dejando exhalar su calido aliento a menta, inundaba de amor toda la habitación.

Vivíamos en un pequeño departamento al poniente de la ciudad, allá por el rumbo de Coral, era un departamento de una sola habitación, una pequeñísima cocina, y un pequeño espacio que servía de sala y comedor, -¡mi hermosa mujer no merece vivir en esas condiciones!- me dije una tarde mientras llegaba a casa, y ella me estaba esperando en la cocina con la comida ya hecha, unas ganas de llorar me llegaron a los más profundo de mi alma, pero me contuve al verla llegar con el plato humeante de sopa.

Teníamos poco de que nos habíamos casado, y antes de llegar a este apartamento, estuvimos viviendo una temporada en casa de sus padres, lo cual fue un verdadero tormento. Siempre su madre se andaba quejando de la forma en que vivíamos, me reclamaba la forma en que no podía darle lo suficiente a su hija. Pero mi amada esposa nunca me reclamaba nada, al contrario me apoyaba en todo.

Por eso en cuanto se me concedió el aumento que requería, no le pensé dos veces, y decidimos salirnos de esa casa, y rentamos este departamentillo, que como se imaginan no es la gran cosa, pero era lo único que mi sueldo podía pagar, y además éramos felices.

Mi esposa no puso nunca un pero, ni se quejo en cuanto lo vio, cuando le pregunte que opinaba, ella me dijo que estaba bien, que me amaba y que no le importaba a donde la llevara, siempre que estuviera junto a ella.

Y como no estar siempre a su lado, si es hermosa, y con este gran corazón, ¡algunos de mis amigos me dicen que me he sacado la lotería! y yo les creo, en verdad lo he hecho, pienso que nadie nunca va a tener una mujer como la que tengo, que aparte de su belleza, sea tan abnegada, y con esos sentimientos de nobleza en su alma buena, ¿de verdad la mereceré?

Ese pensamiento comenzó a turbar mi sentimiento hacia ella, ¡claro que la merezco! me decía en tono conciliador, pero aún quedaba flotando la otra pregunta, atormentándome, durante las horas de trabajo, y es que ella se quedaba sola en casa, aún no habíamos podido tener hijos, y ella estaba sola.......

Una tarde que llegue temprano a casa, me encontré con la sorpresa de que mi esposa no estaba, había una nota pegada en el refrigerador, que decía.

"amor... voy al hospital, mi amiga Lucia sufrió un accidente y la fui a ver, llegó más al rato, si te da hambre la comida esta en el refrigerador, hice pollo a la crema, ¡tu favorito!, besos.....

Psdta te amo... Caro.

Arranque la nota del refrigerador, la hice bola y la arroje hacía el bote de basura, -¿pues quien se cree que es?- me dije molesto -uno se va a partir el lomo trabajando, para que esta me deje aquí tirado, no es justo, pero va a ver en cuanto llegue a la casa, va a saber quien es el que manda...- abrí el refrigerador, y tome el paquete de cervezas que había, y comencé a atacar la primera lata.

Me bebí el resto, de las cervezas y aún no estaba satisfecho, quería más, por lo que mande al hijo de un vecino que se encontraba jugando con sus amigos, les di para que me compraran una botella de tequila, y les dije que se quedara el cambio...

Ya estaba borracho, cuando ella llegó a la casa, con las latas de cerveza había formado una especie de pirámide, mi esposa me miro un tanto molesta, me levante de ese viejo sillón, y me dirigí hacía donde ella se encontraba, aún llevaba en mi mano la botella vacía de tequila.... la interrogue de donde andaba, y ella me contesto que había ido a visitar al hospital a su amiga, que me había dejado una nota, y que....

no me pude contener, el alcohol, hace cometer estupideces a los hombres, le di una cachetada, no dejándola terminar lo que decía.. ella me miro entre asustada, y furiosa, pero al poco rato, soltó las lagrimas, debo admitir que me sentí mal por la situación, pero también me gusto, me gusto verla sufrir, además de que le había dado una valiosa lección, "nunca debe dejar su casa, ni sus obligaciones"

Pasaron dos meses, y mi esposa ya me había perdonado, el golpe que le di, pero algo sucedía en mi cabeza, no se puede definir exactamente como celos, era algo más poderoso que eso.

Estando trabajando le llamaba hasta cinco o seis veces al día, para ver como estaba, ¡a quien engaño, era para saber que hacia y con quien! por lo regular siempre estaba haciendo comida o viendo la televisión, sola.

Pero eso no me tranquilizaba, una ocasión, uno de mis amigos, de nombre Ramón, se acerco a mi, y al ver la foto de mi esposa que tengo a un lado de la computadora, soltó un chiflido, y me dijo amistosamente que ella era la mujer más hermosa del mundo, pero que la de la foto no se comparaba con la de carne y hueso, que el había visto, me le quede mirando de fea manera, por lo que sonrió socarronamente, y me dijo que la vio en el lobby de la oficina, que se parecía a la de la foto, pero que no creía que se tratara de la misma.

Más cuando fui al lobby, no encontré a nadie, aunque la parte razonable de mi cerebro, me decía que ese hijo de puta me había jugado una broma, mi lado celoso no se conformaba, por lo que tome el teléfono y la llame, nadie me contestaba por lo que conté los tonos 1,2,3,4,5,6,7,8,9..... y se corto la comunicación, de nuevo marque 1,2,3,4,5,6,7,8,9,......

No estaba en casa, ¿entonces estuvo aquí? pero con que motivo vendría, no fue para verme, ya que me hubiera esperado, a que me informara, ¿entonces si no me vino a ver a mi? ¿A quien?

Cuando llegué a casa, mi esposa me estaba esperando con el plato de comida en la mesa, desde la puerta la mire escrupulosamente a los ojos, para ver si estos se delataban, pero no era así, es una excelente actriz me dije, mientras me sentaba y esperaba a que me sirviera la comida, no había ningún rastro de culpa en su rostro, y sus ojos continuamente se encontraban con los míos, cuando esto sucedía ella me sonreía.

-¿te ocurre algo?- me preguntó, al ver que me encogí de hombros ella prosiguió -es que te veo distante, que paso, cuéntame- me dijo en su voz detecte un tono suplicante e intrigoso, pero sus ojos parecían asustados, y había algo más un brillo que me era desconocido.

Moví la cabeza, pero ella volvió a insistir a que le contara, deje la sopa, lo único que quería era comer, pero ahora con esta molestia me era imposible, había perdido mi apetito, yo que me quería olvidar de lo ocurrido en el trabajo, ahora volvía.

Por lo que le pregunte en donde había estado, y ella naturalmente me contesto que se había pasado todo el día en la casa, y que fue un rato a casa de su mama.

me le quede mirando y asentí, eso respondía el que no haya contestado el teléfono cuando le llame, pero aún no estaba convencido, -paso una cosa muy curiosa en el trabajo, ¿sabes?-

-que cosa- preguntó ella

-un compañero de trabajo al contemplar tu foto, me dijo que había visto a una mujer muy parecida a ella, que la había visto salir del lobby de las oficinas, me pareció gracioso, ya que como es posible que alguien se parezca a mi hermosa esposa, es imposible, una belleza como ella difícilmente se puede volver a repetir. pero para no quedarme con las dudas, decidí marcar a casa, me dije, si no es mi esposa, ella esta en casa, pero no me contestaste

-te dije que estaba con mi mama-

-si, y te creo- le dije -aunque el sujeto este me dijo, que la chava llevaba un pantalón azul de mezclilla y una blusa negra que levaba el estampado de los pumas, y que curioso, por que me dije, mi esposa tiene una ropa similar

mi esposa se quedo en silencio.

-pero te dije que fui con mi mama, no se de donde sacas esto, apoco le vas a hacer más caso a uno de tus amigos, que a tu propia esposa.....-apenas iba a terminar de hablar, cuando le avente la sopa, esta cayo sobre sus piernas, y le quemo, por lo que soltó un grito, y las lágrimas, se levantó y se dirigió hacia la alcoba.

La seguí, se que no debí hacerlo, pero no pude contenerme, la golpee, hasta que ella ya no se movió, fue cuando pare, los nudillos de mis manos estaban manchados de sangre, e hinchados.

mi esposa yacía de espalda, cuando la gire, solté un grito de terror, su hermoso rostro estaba deformado y completamente ensangrentado, la nariz, estaba torcida en un ángulo de 36 grados, los ojos los tenía morados y el derecho, se veía un poco fuera de su orbita, los labios los tenía completamente rotos y de estos escurría un torrente de sangre, las mejillas estaban moradas, y tenían abiertas a todo lo largo, -¿que fue lo que hice?- me dije con temor... la intente reanimar, llore como nunca antes he llorado, le pedí perdón, pero ella ya no respondía, cuando le moví la cabeza, una lágrima que estaba contenida en su parpado, resbalo por la mejilla hasta caer por el cuello, y de ahí a mi mano.

Ahora mientras espero a que cierren la puerta de mi celda, aún me pregunto que diablos fue lo que me paso, ¿porque reaccione de esa manera? porque nunca me pude contener? no encuentro una respuesta satisfactoria. Lo único que me consuela es saber que ella donde quiera que este, esta mejor que conmigo.

La belleza combinado con el amor, es como el fuego de una fogata, si lo cuidas te puede brindar un calor maravilloso, pero si lo descuidas, y le sigues echando más leña te puede quemar hasta que no quede más que las cenizas de tus huesos.

el celador ya viene, de nuevo me enfrento a esta terrible ausencia de mi amor, pero no me preocupo tanto, por esto, ya que esta noche, como todas las anteriores desde que me encuentro en esta celda, mi esposa se me aparece mirándome desde la puerta y después se acerca a la cama, y se acuesta a mi lado, su cuerpo ya no emite el calor que tanto me enamoraba antes, es frió, y me congela hasta los huesos, y su aliento a menta y a amor, ahora es un fétido olor a podrido, pero aún es mi esposa, y yo la amo.... y se que de alguna forma ella me perdona. Ya viene, la veo en mi puerta, su rostro golpeado, se queda sin carne conforme pasa el tiempo, la mejilla derecha esta podrida, y le escurre un liquido como a pus, el ojo izquierdo ha desaparecido, dejando solamente una cuenca oscura como el alquitrán, pero es mi esposa y me sonríe, que frió es su abrazo me digo mientras aquellos brazos descarnados me sujetan por el cuello, y me lleva hacia su cama........ -hasta mañana amor-


S.J

Texto agregado el 06-03-2009, y leído por 87 visitantes. (0 votos)


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