Se resquebrajan truenos sin nubes.
Retumban cascos de caballos que hacen temblar el suelo.
Llueven espadas de afilados bordes,
con empuñaduras de odio o envidia.
El sol brilla bajo y pinta de sangre el cielo.
Vientos helados congelan las venas
y envuelven todo en avaricias y codicias.
Ladridos de ambición.
Y entre todo ese averno, tú.
Un susurro suave y cálido.
Deslizante.
Como tacto de terciopelo y raso a la vez.
Una burbuja de frágil jabón en medio de una tormenta de arena.
Un beso que dura lo que un suspiro.
Una bocanada de paraíso en mitad del infierno.
Una sensación.
Un momento.
Un resplandor.
Tú.
En mitad de una guerra, una palabra de amor.
Tu nombre.
Un susurro en mitad del fragor.
Así eres,
Tú.