Siempre miraba aquella ventana, donde el otoño precoz, jugaba con las ojas amarillas, siempre esperaba mas de el, pero el siempre lo engañaba, quizas por soñador, quizas por no saber que hacer,por no dejarse llevar, sin miedos de una vez. La vida no se dejaba esperar a su lado, mas ya no podria saber que hacer, si tan solo, no hubiera caido en el abismo de su lado oscuro, si pudiera haber evitado aquel roce que lo cautivo. Ya nada volvio a ser lo mismo despues de probar su dulce olor, ya nada volvio a ser igual sin su amor, y mientras el espera un aliento de vida, poco a poco su corazon murio, y una vez mas ella le gano.