Quiero que esta noche llueva,
que aparezcas detrás del torrente
sanguíneo del cielo
y me llenes de silencios.

Que lo círculos formados
se desvanezcan entre la niebla,
que tu espíritu monocromático
me envuelva una vez más…

Quiero volar, desintegrarme,
aplastado por el infinito
azul del cielo.

Tu nombre entre mis alas
sigue intacto,
la tinta negra deletrea tres letras
imborrables de mi mente, de mi alma.

Se aferra a esa eterna canción,
a un sueño lejano del sur,
a un naufragio ya rescatado
por otros nombres, por otros besos…

Aquí, desde los grises,
sigo vencido recorriendo
los mismos caminos,
las mismas glorias

llorando e implorando
por que deje de llover
aquí dentro,
por el tiempo que ya paso.

Por la libertad de los sentidos
sumergidos entre narcóticos
que inundan mi cuerpo
mientras olvidan la consigna;

ella, era tantas cosas para mi…