Le decía la pulga al piojo, o te bajas de ahí o me enojo.
Pues el piojo respondió: --ven bájame tú, porque si me bajo, me mojo—
O es que me tienes mucho antojo?
Y se ha enfurecido la pulga, y ha subido por el piojo
y lo ha mordido en la nalga , y le ha dejado (un) rojo.
Y sale corriendo el piojo diciendo entre dientes, esta pulga jode más que mi abuela la indigente.
Quedó el pobre piojo mordido y rojo,
sin cabeza ni perro donde (que) chupar,
triste y solo en soledad por culpa de una pulga que si que sabe mandar.