Una buena y simpática joven tuvo una hermosa niña, de un joven muy educado y trabajador, el hecho fue que no pudieron hacer vida y ella se traslado con su retoño a vivir con sus padres.
Las cosas marchaban bien, pues el padre era pendiente de su hijita como también lo eran su madre y abuelos.
Al cabo del tiempo por cosas del destino, la madre pereció en un trágico accidente de transito.
El doloroso trauma iba poco a poco superándose, de parte de los abuelos, porque la nieta les daba una oportunidad de ver en ella a su infortunada hija.
A veces la dicha no es total y una vez llego el padre con el propósito de llevarse su hija, con todo el derecho; los abuelos sabían que por ley era justo.
Si hubiésemos visto ese cuadro no sabríamos que fue peor: la muerte de la hija o la partida de la nieta.
Al tercer día llego de visita donde, los abuelos un hombre bondadoso y les dio la clave " vean amigos, ahora ustedes visiten semanalmente a la nieta y os aseguro que cuando cumpla diez años ella querrá vivir con ustedes.
Había trascurrido dos años cuando el joven y la nueva esposa Vivian con los abuelos y compartieron el amor del retoño.
Muchas veces por egoísmo no vemos las oportunidades ni reales ni placenteras.



PASQUINO