Siempre el me otorgó amnistía en mis errores y un mar de aleluyas en mis aciertos.
Hasta aquel día que llegue a casa gritando y saltando loca de alegría.
.- ¡Lo he conseguido! ¡Lo he conseguido! Entre ciento ochenta y cinco aspirantes me eligieron a mí.
Me abrazó y me zarandeó por el aire y me repitió más de mil veces:

.-Yo savia que lo conseguirías ¡ya te lo decía yo! Tú has nacido para brillar.

No puedo olvidar como la alegría de su rostro se le transfiguró
cuando le dije de que se trataba.
.- Me han enviado a cubrir el reportaje fotográfico de las elecciones afganas.

Con una vos estruendosa, puso el grito en el cielo.
.- ¿Tu estas desvariando o qué? ¿Pero cómo se te ocurre? Yo pensaba que eras más sensata. No lo hagas, por favor. Caray, dedícate a tu fotografía aquí. ¿Tú crees que merece la pena, dejar todas las comodidades a las que estas acostumbrada solo… por el sueldo que percibirás?

No sabía si tenía ganas de llorar o de reír, y poniendo todas las cartas sobre la mesa le conteste.
.- Tú crees que voy a la guerra, pero el objetivo de mi cámara tiene mucho alcance y mi trabajo es hacer fotos de lejos.

Me respondió muy tajante:
.- ¿Y no es eso lo que han hecho todos los que fueron y no regresaron? Se acabo, definitivamente “No” Y se acabo esta conversación… a ti no se te ha perdido nada allí.


De sobra yo savia que para que una fotografía fuera buena, tenía que acercarme lo más posible. Poder inmortalizar hasta el mínimo detalle.

Si me quedo me tendré que contentar con fotografiar desfiles de moda o famosos.

No me conformaba con ver mi nombre en letras pequeñas.
Si voy, mis sueños se convertirían en realidad y podría ser una fotógrafa de notoriedad.

Traté de convérselo diciéndole:
.- Tú viviste tu vida y la disfrutaste a tope. Ahora me toca a mí seguir tus pasos.
Subiendo la voz me reprocha.

.- No te permito que me hables de así ¡Que cabezota eres!

.-Perdóname, añadí. Te lo diré de otra manera. Durante toda mi vida me lo has repetido un millón de veces, que todas las estrella del firmamentos me pertenecían, y que solo me hacía falta brincar para alcánzala. Esta es la oportunidad de poder obtenerlas y hacer realidad mis sueños.

Logre convencerlo con una larga letanía, de halagos y otras tantas de lamentaciones.

Mientras, preparo el equipaje. Miles de peguntas pasan por mi cabeza. Estoy muy contenta y confieso que a la vez tengo miedo.

Y si llegase allí cubierta de la cabeza a los pies por un velo que solo mostrase mis ojos, para así pasar desapercibida y poder acercarme más…

Ya me parece ver los titulares en letras grandes. “Hoy fue condecorada con el NOBEL de Fotografía, una joven fotógrafa que tras disfrazarse con un burka, no le importo arriesgar su vida para logar tomar estas espeluznantes instantáneas que han dado vuelta al mundo”