Luz Daris, mujer clara, ojos café y de pelo corto, dedicado a la venta del chance en el parque las Américas, famosa vendedora reconocida por todos los apostadores a este juego como “La Mami”, cariñosa y cordial, seria y responsable con sus amistades y clientes que a diario acudían a su puesto. En sus treinta años de labores anotó aproximadamente unos dos millones de números de tres y cuatro cifras, manejaba con habilidades sus cuentas, con el porcentaje de las ventas logró adquirir su casa en el barrio Alfonso López.
Cautivó gran aprecio y estimación en su barrio, popular con los niños, jóvenes y adultos, en el mes de Agosto organizaba el festival de cometas, ella las construía y se las regalaba a los niños. En lo cívico estaba siempre pendiente de gestionar actividades en beneficio de la comunidad, su apodo se lo colocaron por su forma afectuosa de saludar, al saludarla siempre contestaba, hola papi, si era hombre, hola mami, si era mujer, de aquí, la dejaron “La Mami”, Luz Daris Villanueva García.
De fenomenal retentiva, se sabía los números que anotaba cada uno de sus clientes, que a veces, no era necesario decírselo o recodárselos y la destreza que poseía para escribirlos. Vendía semanalmente uno, dos, tres, o más premios, se estima que vendió en los diez mil o mas días en esa labor anotando, unos 1700 premios para una suma aproximada de 350 millones de pesos que sus clientes ganaron en premios.
Su sonrisa alegre de otras épocas no era la misma, se encontraba preocupada porque después de cuarenta años, volvió a convulsionar, teniendo los vecinos que correr con ella al antiguo hospital San Juan de Dios. El día anterior de su ida sus amistades la notaron emocionada, alegre y entusiasta que comentaban, “La Mami”, volvió a su carisma, ya como que está mejor de las epilepsias, ese día vendió cuatro premios, pero no alcanzó a enterarse y recibir su porcentaje de los premios vendidos el día anterior, siendo el día en que vendió más en toda su vida de anotadora de chances.
Llegó a su casa temprana, contenta y feliz, se acostó como de costumbre, después de dialogar hasta las diez de la noche con su compañero sentimental, este se machó para su casa, al día siguiente los vecinos notaron que no la vieron barriendo el frente de la casa, como era su costumbre. Su compañero se presentó temprano por la mañana, tocó y tocó con insistencia, pero nadie le abrió, fue entonces cuando decidió romper la puerta e ingresar para conocer que le había pasado a la Mami, la encontró acostada boca arriba con la sabana a la altura de los pechos, se acercó y al tocarla pudo constatar que estaba muerta. La noticia se arregó en todo el sector, llegando al gremio de vendedores de chance y a sus clientes, que uno de ellos que había ganado estaba cobrando su premio en el momento que se enteró, y exclamó, bendito sea mi Dios, nos quitó a una excelente mujer.
Su sepelio fue apoteósico, en donde se reflejaba el dolor con la pena, la tristeza con la soledad, y la melancolía con la nostalgia, de sus amigos, clientes y vendedores de chances, por la pérdida de una gran compañera. Su puesto de venta no ha sido invadido por otro vendedor como respeto y honra a la Mami.