Si la melancolía, la angustia, la tristeza, el sentir morir nos hace mas creativos, maldigo la habilidad de los tontos que sufrimos.
Si es verdad que el amar hasta morir, y morir amando, ha escrito mas poemas, canciones, novelas en el mundo; que el simple y tierno amor correspondido, nada importa porque quien lo lee, lo escucha no es el destinatario de esa sencilla angustia.
Que buscar en tanta congoja y miedo, que buscar en los silencios ajenos que nos dejaron sin los besos prohibidos propios, y se guardan como tesoro los recibidos malamente, más aquellos que nunca nos pertenecieron.
Como hacer, para que tanta flaqueza, debilidad se pueda volver lo contrario y nos de la vida nuevamente; y así recuperar aunque sea un poco la paz, aunque es sabido que ella solo se llega en estos casos cuando se ha llevado sutilmente mutilada parte de nuestra alma.