Entrelazados se acompasan.
Pasión que introduce al camino del sexo.
Placer que se adueña, sin pedir permiso.
Es natural.
Deseos inundados en una pasión de fuego. Acercamientos encantados en la magia de un sexo que por volátil se esfuma en horas pero quedan las cenizas que hacen gentil la vida.
Sus reminiscencias encantadoras.
Estímulos por doquier se entrelazan en las pautas y en los prolegómenos que lo preceden.
La sal de una vida que coarta que al fin estipula sus leyes que conduce, que ordena. que , al fin, decide.
Es una instancia que ,exclusiva , se adueña.
¿Y luego?
Pues , aunque inagotable, fatalmente choca con la existencia, con sus rutinas. Sus imposiciones que no saben de deslices.
Ahogos que atraviesan y mandan.
Poder del hacer sin elusiones.
Otro rato de placer.
Y otra vueltita de vida.
Un paraíso que es necesario pero corto en comparación.
Pero. es una necesidad que , a su vez, manda y anhela todo ser.
y en esa rueda, que no se detiene, damos la eterna vuelta.