A pesar que me encantan los días de lluvias, me están afectando. Las gotas parecieran mis lágrimas y cuando caen al suelo forman un charco de ansiedades. Voy contando los días sin saberlo hacer. Me siento con las ganas de convertirme en un ser con magia, la ser cambiante de momentos, los cuales no me quejo, sino la forma de sentirlos.

Complacida de externalidades que las soñé, pero vacía de una motivación integra, de una entrega sin darme cuenta. Espero lo desconocido y sin exagerar encontrarme tal cual estoy, con una vestimenta sin combinación, desmaquillada de mi sonrisa fingida, de esconderme para no gritar la furia del huracán que hace temblar mi mano derecha.

No tengo ganas de levantarme y recorrer los mismos kilómetros, de dejar pasar lo que esta, de parar lo requerido para un amarre de palabras, las cuales solo yo entiendo, sin coherencia y con gusto de aire.