Tanta teoría y tan poca práctica, tanta palabra perdida en mil discursos eruditos. Tanta hambre en el mundo y las palabras que alimentan insaciables comunidades intelectuales.
Mientras discutimos en busca de la verdad la verdad pasa ante nosotros instante tras instante y se devora nuestra vida que, quién sabe quién la está viviendo, quién come mientras comes, quién es ese que soy.
No discuto la relevancia de la política, del debate y de la búsqueda, pero sí me atormenta la idea de despertar un día, un día tan normal como hoy, y darme cuenta, como tantas veces antes, de que este es el momento de actuar, salir y gritar, entrar y gritar o cantar si es necesario, pero hacer lo que corresponde.
La búsqueda es el motor, pero ¿qué estamos buscando? ¿busco lo mismo que tú? Es tan relativo el progreso si no sabemos qué es lo que se busca como especie, bien sabemos algunos que el progreso tecnológico es un arma de triple filo sin asa y con muchos botones que han de malograrse pronto, arma útil.
El progreso lo relaciono con la consciencia, con el incremento de la misma, con la presencia en el instante, con el disfrute inminente. Tiene que ver con la protección del planeta y con la evolución, tiene que ver con creer en lo intangible, tiene que ver con el no pensamiento, tiene que ver con el corazón.