LA PIEL DE TU IMAGEN


A veces me confundo,
te busco en otros rostros
pero un velo intangible
no me deja escapar
y me dice la noche
que seremos nosotros
caminantes perpetuos
de este amor marginal.

Me comulgan tus huellas
senderos que presagian
a donde va mi vida
llevando su costal,
voy detrás de tus pasos,
renuevo mis mañanas
siguiendo tus pisadas
con cada despertar.

Te presiento a mi lado
cuando tu piel me extraña
y esconde ese secreto
tu tonta vanidad,
y en esos dos sabores
regresan tus palabras
a decirme “te quiero”
sin ninguna piedad.

Me desvelo al pensarte,
me seduce tenerte
sin mandatos terrenos
que nos puedan atar,
porque en la incertidumbre
nuestra pasión florece
bebiendo en el encanto
de “ser” en libertad.

Cuando nos despedimos
sin predicar futuros,
con la desesperanza
de un posible final
flota un halo en el aire
que teme por nosotros,
y ese mismo peligro
nos vuelve a encadenar.

Te delatan tus labios
impregnados de besos,
se derrama en tus ojos
el dulce del amor
y sé cuando me dejas
que he de vestir tu ausencia
con la piel de esa imagen
que jura eternidad.