- II –


Anarcoresistencia


…”el Espíritu quiere expandirse, fundar su reino, un reino que no es de este mundo, sino de mucho más allá; así aspira a devenir todo en todo, es decir, si bien soy un Espíritu, no soy un Espíritu perfecto y
debo empezar por buscar ese Espíritu perfecto”.
Max Stirner (El único y su propiedad)

- Soy Megues, nací entre las rocas y el mar, ahí donde se chocan las olas, en ese lugar me alimenté de los sonidos del viento, los pájaros y la lluvia. En mi niñez, al despertar, jugué incansablemente durante días y noches, reconociendo y descubriendo la poderosa virtud de la imaginación, redescubriendo lo infinito de mi mente. Mi
imaginación y lo real jugaban al unísono, un mundo de ensueños y creatividad plena. Diseñé mi mundo tan pero tan esencial como individual, tan pero tan esencial como mío, pero sólo mío. Disfruté de mi niñez, en sí, como un niño. Fui creciendo, tal como lo hizo mi cerebro, ahora mi espíritu debía canalizar esas acciones que mi cerebro proponía incansablemente. Mi joven mente sólo sentía la
desigualdad de la humanidad, pero al mismo tiempo
resaltaba el alma de la naturaleza, y el alma del hombre.
Yo espíritu únicamente necesitaba una cosa, “mi cuerpo” ese bulto de piel, carne, sangre, y huesos, que me ayudarían a vivir junto a la humanidad. Una de estas acciones que mi espíritu me obligó a canalizar fue la pintura, de allí es que tomé los pinceles y empecé a pintar días y noche sin parar.