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Historias de una Casa Encantada.

4. La pensión de Waldo.

Marcus y Agatha decidieron pasar la noche en alguna pensión situada en el pueblo, dónde se afincaba Villa Magna.
Tenían en mente, ir al dia siguiente a la biblioteca y consultar los archivos de la historia de aquella enigmática casa.
Una casa llena de recuerdos, fantasmas y más cosas que uno pudiera quizás encontrar estando en ella.
Llegados a la pensión, vieron que tenía la misma edad que la casa.
Marcus se acercó al oido de Agatha y cuchicheó: "¿ es que acaso no pasa el tiempo aquí ?, ¿ Por qué todo tiene esta atmósfera victoriana ?".
Tocaron la campanilla que se encontraba sobre el mostrador de recepción.
De pronto, se "materializó" el que parecía ser el encargado de aquella pensión, si porque ese fué el efecto que hizo en ambos hermanos.
"Buenas noches, ¿ Puedo servirles en algo ?", preguntó con una voz que parecía de ultratumba.
Marcus y Agatha, abrieron sus ojos ante aquella voz, el pelo de aquél hombre era gris, un gris extraño y profundo, sus ojos, si es que se le podía llamar ojos a lo que tenía en ese lugar, eran la misma inmensidad de la nada contenida en los mismos.
Marcus, con la voz un poco acongojada, respondió: "Buenas noches, quisieramos dos habitaciones, por favor".
El hombre mientras abria el libro de registro, contestó: "cómo no señor, bienvenidos a la pensión de Waldo y al pueblo de Lonely Cross".
Marcus cogíó la pluma, el registro tenía tanto polvo, que tuvo que soplar sobre el mismo, antes de aplicar la punta de ésta sobre aquella hoja de papel.
Una vez firmó, pagó el importe y el hombre saliendo de detrás del mostrador, recogió sus pertenencias y les invitó a seguirle.
Subieron las escaleras, que rechinaban como las de Villa Magna.
El hombre abrió la habitación de Agatha y dejando sus cosas a la entrada de ésta, continuó hacia la habitación de Marcus.
Una vez estuvieron instalados ambos, Marcus salió de puntillas por el pasillo.
Fué al servicio común que había en aquél pasillo. Entró en el mismo y no puedo contenerse de lanzar un grito, un grito con la mano sobre su boca.
Había una mujer de unos treinta años de edad, detrás de una cortina, se estaba desnudando, posiblemente para introducirse bajo la ducha.
Ella le miró, cómo si mirara un mueble. Ni se inmutó lo más minimo. Siguió desnudandose y se dirigió a la bañera.
Marcus, estaba alucinado, aquella mujer estaba desnuda totalmente frente a éste sin importarla.
Marcus salió del aseo y se dirigió a la habitación de su hermana.
Esta abrió la puerta y dejó que pasara.
"Agatha, no creeras lo que vi en el aseo del pasillo" - dijo Marcus casi gritando.
"shhh, baja la voz, no sabemos si hay mas huéspedes en la pensión, no hemos visto a nadie más, pero eso no quita que los haya". - Respondió Agatha poniendo sus dedos sobre sus labios.
"Pero, ¿ es que no ves es que muy antigua, quién más se hospedaría en este lugar, Agatha ? - Dijo Marcus con cara asustada.
"¿ Qué es lo que has visto en el aseo para que vengas de esa forma ?". preguntó Agatha con cara de interrogación.
"Una mujer, una mujer desnuda, no la importó que la mirara, era cómo si no me viera, pero se que me vió y no hizo nada para taparse delante de mí". - Dijo Marcus con cara muy expresiva.
"Marcus, ¿ cuantas mujeres has visto en esas playas nudistas a las que ibas cuando eras mas joven, dime ?, ¿ te asustó el que no se ruborizara ante tí ?. Oh vamos querido Marcus, ve a dormir y no pienses más en ella, mañana tenemos mucho que hacer en la biblioteca, ya sabes a lo que me refiero". Dijo Agatha.
"Esta bien, volveré a mi habitación, no pensaré más en ella y trataré de dormir" - contestó Marcus.
"Asi me gusta hermanito, a si me gusta", dijo Agatha con una sonrisa.
Marcus abrió la puerta de la habitación de Agatha y salió al pasillo de nuevo, en ese momento salia la mujer del aseo también, se le quedó mirando, esta vez si que estaba seguro de ello, la mujer abrió su bata y invitó a Marcus a que la mirara. Marcus suspiró y dijo: "Dios mio, no". Y corrió a su habitación cerrandola con llave. Notó las pisadas de sus pies descalzos acercandose a su habitación. Marcus respiraba profundamente apoyado de espaldas a la puerta. Los pasos cesaron.
Marcus un poco más calmado se separo de ésta y se fué poco a poco moviendo hacía la cama.
Se quitó la bata y se introdujo bajo las sabanas de la misma. La mujer cruzó la puerta de la habitación.
Marcus se cubrió hasta arriba con la sabanas. Sólo sus ojos, abiertos como dos platos estaban al descubierto.
La mujer se acercó a él.
Tenía la bata puesta, pero había algo extraño en el ambiente, estaba muy frio, helado, cuanto más se acercaba ella, más frio sentía Marcus.
Se introdujo a su lado en el hueco libre de cama que quedaba. Marcus se estaba congelando vivo.
La mujer le miró y le dijo: "Esta es mi habitación, no sé porque te la han dado cariño, tendré que hablar con ese torpe de Waldo, aunque no estas nada mal para pasar una noche contigo".
Marcus salió por el otro lado de la cama a toda prisa, se puso la bata como pudo y abrió la puerta de la habitación.
"Socorro, auxilio, hay un fantasma en mi cama"- comenzó a gritar por el pasillo cómo una loco.
Agatha abrió la puerta de su habitación y miró a su hermano espantada.
"Marcus que demonios te pasa, por qué gritas de esa manera, vas a despertar a todo el mundo". - Le decía Agatha, tratando de agarrarle de un brazo y meterlo en su habitación.
"Agatha la mujer del aseo, traspaso la puerta y se metió en mi cama, me dijo que era su cuarto, Agatha su cuarto ¿entiendes?, este lugar está poseido como Villa Magna, empezando por el Waldo ese , vamonos, por favor". - Gritó Marcus con cara de loco a punto de entrar en una histeria total.
"¿ Y dónde quieres que vayamos a estas horas de la noche Marcus ?, todo estará cerrado. Pasa a mi habitación, dormiremos juntos los dos hoy.
Mañana investigaremos también este lugar".
Respondió Agatha consiguiendo que su hermano entrará de una vez por todas en su cuarto.
"Si Agatha mañana investigaremos todo ...". Afirmó Marcus tumbándose en el sofá que había en un lado de la estancia.

Escrito por Carlos Them

© Copyright Carlos Them 2007. Todos los Derechos Reservados. All Rights Reserved.

Texto agregado el 11-08-2009, y leído por 126 visitantes. (0 votos)


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