Ploc, ploc, ploc, se oyen los pasos por las desiertas calles.Un poco más atras unas pisadas siquen al sonido que lo precede:Ploc, ploc, ploc, se escucha en la silenciosa noche. De pronto se detienen, paran, y después de un rato reanudan. Mientras tanto , se desata una tupida lluvia pero no obstante los dos siquen su marcha.
"¿Preciosa, me permites que te acompañe?"
Ella ladeando su cabeza,no responde, y el afán de caminar prosique:Ploc, ploc, ploc,...
"¡Mirá, que estás mojandote, permitime que te brinde un abrigo, un techo,no caminarás la hoche entera con esta lluvia de perros¡"
Ella no contesta, pero de pronto se detiene, y al darse vuelta trata de evaluarlo: "Bueno, piensa, no es para desperdiciarlo, pero...pero ¡si no existiese ese pero!" y sique caminando.
Y atrás sobre el asfalto otro Ploc, ploc, ploc, la acompaña.
Era una noche de perros, inaguantable, fría y oscura. Los charcos de la lluvia caída se convirtieron en un río...
"¡Amorcito, pará un poco, esto es una locura, tú sola, yo solo, ¿qué nos impide vivir una noche maravillosa de un frenético amor juntos?, ven conmigo, te brindaré un lugar acojedor, un refugio seguro y seco, verás que bien lo pasaremos!"
Ella se para de pronto, espera, y al encontrarse, se hacen varios arrumacos y luego se alejan: el Ploc, ploc, ploc,de sus pasos ahora se multiplica por dos y un interminable:Ploc, ploc, ploc, suena el la noche lluviosa...
Al llegar al lugar prometido él le franquea el paso, luego la sique y orgullosamente le ofrece un enorme ¡caño de cemento con trapos mullidos y secos! Algo de comer también había.El sitio les parecía un paraíso, y la noche que apenas comenzaba los envolvió en un silencio total.
Ya no se oía el: Ploc, ploc, ploc, de sus pasos, y hasta cesó la lluvia...
¡Qué más podía pedir en una noche fría y lluviosa, una de esas de perros, ella que astaba perdida, sola, ella que era una perra y él, su enamorado, un perro, caballero, y con todas las RR de la ley.