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 Comarca Paraíso
 Un Mundo Perfecto
 
 Recuerdo que fue así:  Los  Países Ricos se podían contar con los dedos de una mano, los Pobres eran pocos, y los Miserables, multitud.
 Como era de prever,  muchos  habitantes de los Acaudalados Países, discrepaban con las Políticas propiciantes de los desequilibrios.
 El  sistema  era siempre el mismo:  se retiraban las Materias Primas, Minerales  y Productos semi-elaborados,  pagando todo con artículos tecnológicos  de Ultima Genera-ción, que no sirven para alimentar a las Masas.
 Los Gobernantes corruptos, vendían el Patrimonio de los Pueblos, erigiéndose en Poderosos Señores, y luego volaban con sus riquezas, a invertir en Paraísos Idílicos.
 Como esto es un Cuento, no vale calificar.
 Lo cierto es que los Pueblos  desesperados, decidieron vengarse de quienes los despojaron.
 Como en los grandes Imperios Económicos, existe gente, que condena los procede-res espurios, los Miserables encontraron mucho apoyo en el propio corazón de esas Naciones.
 Primero fueron los Atentados Terroristas.
 Luego el  Narcotráfico agredido volcó sus fondos al apoyo del Terrorismo, las Sociedades Segregacionistas, Xenófobas, y de exaltación Nacionalista. El caos comenzaba.
 Los Ejércitos, las Policías, y los Cuerpos de Inteligencia, adquirieron una impor-tancia inusitada, por lo que sus Integrantes tenían mucho poder, y aumentaron desmedi-damente sus aspiraciones.
 El descontento comenzaba  apoderarse de las Multitudes en los Países Ricos.
 El Pueblo era expoliado para obtener mayores recursos, mediante el cobro de Im-puestos abusivos.
 Tenían  que luchar contra el  Enemigo Invisible, que salía del propio Pueblo explo-tado. Era el Círculo Vicioso de los Malos Gobiernos.
 Poblaciones enteras de Desposeídos y Menesterosos comenzaron a vagar por el Planeta, buscando alimentos y abrigo.
 El  camino  que seguían  era fácilmente reconocible por la desolación.
 Nada quedaba en  pie, ni en condiciones de ser utilizado: Tierra Arrasada.
 Luego la Sicosis, el Miedo, el Asalto y la Anarquía.
 Comenzó  dentro de los  Países  Avanzados. Un foco de desorden aquí, otro allá. Después dos, tres simultáneos,  hasta  que el contagio llevó a la debacle.
 Cayeron las fronteras, y fue la Ley del más Fuerte.
 Grupos de Soldados y Milicianos deambulaban, instalándose en Feudos que toma-ban por asalto.
 Permanecían  hasta agotar las provisiones, momento en que apuntaban a un nuevo objetivo.
 
 
 
 Los Señores Poderosos se atrincheraron en Países con fronteras naturales infran-queables.  Suiza, Península Ibérica, Italia y las Islas autosuficientes.
 Además para qué producir, si algún día te lo robarían.
 Al agotarse los alimentos, comenzó el canibalismo.
 Primero fueron los fallecidos, luego se sacrificaba a los viejos,  y al final comen-zaron las partidas de caza. Estas últimas etapas, fueron las más dramáticas de la Especie, pero este no es el tema de hoy.
 
 
 …………………………………
 
 
 
 
 Esta  historia  comienza  en un solar rodeado de montañas y selvas infranqueables.
 De  ese  País  de muchos millones de habitantes, solo quedaba el diez por ciento de la población.
 Estaban hambrientos, sucios y débiles. Al límite de sus posibilidades de supervi-vencia.
 Cuando la noche avanzaba, encendían grandes fogatas, para calentarse e ilumi-narse.
 Todos se concentraban cerca de la lumbre, por temor a ser cazados y devorados por otros grupos hambrientos.
 Los habitantes, desacostumbrados  al  contacto con  la Naturaleza,  se mantenían y perecían en las Ciudades, pues se sentían más protegidos.
 Desde una zona de la Ciudad, descubrieron que en la Montaña, casi a la misma hora en que la oscuridad  es plena, se encendía una luz que parecía una estrella.
 A lo primero era una curiosidad, pero con el tiempo, y a medida que avanzaba la desgracia, comenzaron  a rendirle  algo así como un Culto a esa luz, y luego que se pren-día, era un calmante para sus desahuciadas esperanzas: les recordaba que aún estaban vivos.
 Llegó el momento en que no sabían cual de ellos llegaría al día siguiente, así que en vista de que la Luz se prendía siempre a la misma hora, eso significaba que alguien la encendía, y ese alguien no tendría los inconvenientes que ellos tenían.
 Salieron  diez a investigar. Demoraron dos días en llegar. Varios se despeñaron en los abismos y perecieron. Solo llegaron tres.
 
 
 Era una Caverna natural en la roca dura. No se veía hacia adentro, pero de allí salía la Luz.
 Como llegaron al anochecer, y estaban muy débiles, decidieron esperar hasta el día siguiente, bajo una cornisa.
 Despuntaba el día, y apareció la entrada de la caverna, esta vez oscura,  como perforada en la roca.
 Estaba a unos diez metros, pero había un  inconveniente:  los separaba  de ella  un  profundo acantilado, a cuyo pie corría un arroyo.
 Esperaron un rato, y como no había señales de vida, decidieron darse a conocer:
 - Ey!!, ¿hay alguien allí?, si hay alguien, por favor que salga!!.
 Pasaron los minutos y nada.
 Otra vez:
 - ¡¡Si hay alguien,  por  favor que salga,  queremos  hablar!!!.
 Mas minutos y nada. Entonces el que se encontraba más débil gritó:
 - ¡¡Por el Amor de Dios, si hay alguien allí, y puede ayudarnos, que se muestre, venimos  en nombre de muchos que están muriendo!!!.
 El silencio sepulcral que siguió al grito, se sintió herido por el sonar de unos pasos titubeantes, y comenzó a delinearse una figura en la oscuridad total.
 Aún en la penumbra, aquel ser se detuvo, y los observaba.
 - ¡Por favor, quienquiera que sea, tenga piedad de nosotros. Estamos en situación desesperada. Si no recibimos alimento, moriremos…
 Se sentían pasos en la Cueva, como si el Personaje se encontrara estudiando la situación
 Finalmente avanzó un poco más, y dentro de lo difuso, se vislumbraba una figura humana,  envuelta en algo parecido a una sábana blanca.
 Los hombres suspiraron al ver que continuaba su acercamiento.
 ………………………………
 
 III
 
 El personaje estaba allí, aún en la semi-oscuridad. Y habló:
 -  "¿Quiénes son ustedes y de donde vienen?”
 
 -  Somos habitantes de la Ciudad cercana.
 -  "¿Porqué han venido?".
 -   Hemos venido apelando a un  último recurso, en el intento de salvar a nuestras familias.
 -  "¿Cuales son vuestros nombres?".
 -  Yo me llamo Carlos Arenales, él es Alberto...
 -  "¡Alto!, no quiero vuestros  apellidos, solo los nombres, pues los apellidos, son  los certificados de propiedad de los Padres sobre los Hijos.
 En realidad los Hijos son otros individuos,  pero nunca serán propiedad de sus Padres.  Los  Padres  son solo los vectores de ingreso  al Planeta,  de los nuevos Seres que son sus Hijos”.
 - Bueno, yo soy Carlos,  él es Alberto, y aquel más débil es Rafael.
 Entonces, estando en conocimiento de sus anfitriones, comenzó a mostrar su figura impecable.
 Era la estampa de un Profeta. Estar ante la presencia del Anciano, era un aconte-cimiento grato.
 - “Primero debéis reponer fuerzas, luego  hablaremos.
 Mediante una larga caña, les alcanzó tres recipientes de barro. Uno para cada uno.
 Contenían  pan, pescado ahumado y vegetales apenas hervidos, mas un cántaro de agua fresca.
 Aquellos hombres comieron las delicias ofrecidas sin parar. Realmente eran boca-dos  de salvación.
 - “Descansad un rato, para que los alimentos sean bien asimilados por vuestro cuerpo”.
 Pero la ansiedad era mucha, y comenzó la conversación:
 - Señor, no podemos  perder el tiempo descansando, pues la nuestra es una carre-ra por la vida.
 - “Es lamentable que el avance de las Civilizaciones, terminara en esta debacle de desesperación y desolación”.
 - Señor, tu has sobrevivido a los acontecimientos y te ves muy bien, seguramente podrás ayudarnos con tu sabiduría.
 - “¿Cómo podría ayudaros un Ser que no ha estudiado en Escuelas ni Univer-sidades?”.
 - Pero no solo has sobrevivido, sino que gozas de buena salud, bienestar, y no te faltan provisiones.
 ¿Como lo has logrado si eres ignorante?
 - “No tener Estudios, no significa ser ignorante”.
 - Entonces,  si no tienes  estudios, ¿de donde sacaste los conocimientos?.
 - “He prescindido de la Memoria de la Especie, no dejé que me programaran en los  Centros de Enseñanza.
 Desde niño he vivido en contacto con la Naturaleza, y de ella he aprendido”.
 - Pero, ¿es que no te ha  afectado la destrucción de la Civilización?.
 -“Esa destrucción ha afectado a los Seres programados en las Ciudades, y el entor-no artificial que ellas representan. Mi vida no ha sido afectada”.
 - Es seguro que tu podrás salvarnos.
 
 
 - “A ustedes, el único que  podría  salvarlos es un Dios. Vuestra Mente está suma-mente comprometida con lo Artificial; y los Elementos y el Ambiente Natural, son sus peores enemigos”.
 - Si nos Salvas, Tú serás nuestro Dios.
 - “Mal  podría  representar yo,  algo tan grande como un Dios.  Aunque mi Mente ha sido incrédula, es  imprescindible en este momento, para ustedes, la idea de un Dios.
 Los lamentables acontecimientos  que nos acosan, hacen imperiosa la necesidad de un Dios de salvación. A partir de hoy tengo un Dios, y será también vuestro.
 Este Dios, es el que ha propiciado la Creación Natural. Es el Padre y el Señor de todo lo que Existe.
 Si vosotros prometéis, que me veréis como el Hermano Mayor,  reconociendo en este humilde mortal, al único  interlocutor  válido entre vosotros y el Dios, tomando mi  palabra como Ley,  es posible que pudiera brindarles ayuda”.
 - Sí, Maestro, lo prometemos.
 Aquellos Hombres al borde de la muerte, abrazaban una nueva esperanza.
 Un poco recuperados, y con provisiones, emprendieron el camino de regreso.
 Fueron recibidos con alegría y con muchas preguntas. La opinión fue unánime:  había que aceptar la palabra del Maestro, y seguirle.
 Se organizó una partida con los Líderes de los principales Grupos, para ir a buscarlo, y otorgarle Autoridad sobre todos los habitantes.
 Eran más de cien,  los  que se presentaron a la entrada de la Caverna.
 Ante el requerimiento multitudinario, apareció el Maestro en la puerta. Era salu-dado efusivamente y aplaudido.
 …………………
 
 
 -.IV.-
 
 -  "Estimados Hermanos: Vosotros habéis venido sin haber sido convocados. Yo no os pedí que vinierais, aunque os digo que me causa placer el recibiros.
 Si realmente queréis vivir, debéis despojaros de todas  las  Enseñanzas recibidas en la Civilización, y  regresar mentalmente a los primeros tiempos de la Creación.
 El Dios ha sido infinitamente Bondadoso,  al entregarnos un exquisito y exuberante Escenario Natural, que ha sido agredido y arrasado.
 
 
 Pero lo creado por el Dios, no es fácil de destruir y esa Creación renace a cada instante, con nueva fuerza y vigor.
 Habéis venido a pedir algo que yo  personalmente no os puedo dar, pero si estáis obrando sinceramente,  el Dios escuchará vuestro clamor angustioso, que se elevará con  mi plegaria, y  nos ayudará a todos , inspirándonos para encontrar las  soluciones.
 Yo soy un Anciano sin  aspiraciones materiales, cuya única preocupación, de ahora en adelante, será terminar con el Caos,  y reordenar a vuestra Sociedad.
 Debéis  considerar que seré imagen y  presencia Divina, que vivirá entre vosotros.
 Prometed solemnemente que acataréis mi Mandato y  obedeceréis  mis Ordenes sin protestar, considerando mi palabra como Ley.
 Solo de esa forma podré ayudaros, si no, podéis retiraros en paz”.
 Y continuó:
 - “Es necesario consolidar este Compromiso, con una Ceremonia que todos recor-demos  como  señal de aprobación de un Importantísimo Pacto.
 Formad una fila de uno en  uno, yo cruzaré el acantilado, y en signo de aproba-ción, besaréis  mi mano”.
 Dicho esto, instaló un precario puente de cañas tacuaras, y, cruzando el abismo, se instaló entre la multitud.
 En mayoría acudieron presurosos a besar su mano, otros vinieron más lentamente, y unos pocos se agruparon a lo lejos y murmuraban, y el Anciano les gritó: “O son todos, o no es ninguno”.
 Y acudieron a cumplir con el rito.
 Volvieron todos los Líderes con una esperanza acuestas.
 Aunque estaban  igual  que antes,  se sentían un poco mejor.
 Todos besaron la mano del Maestro en señal de aprobación de su Autoridad.
 
 ………………
 
 -.V.-
 
 Al día siguiente, muy temprano, el Maestro se ubicó en las afueras de la Ciudad,  en un descampado. Mandó que todos los hombres en edad de trabajar fueran traídos a su presencia.
 Con ellos vinieron sus familias, y cuando amanecía, todo el Pueblo estaba ante el Maestro.
 - "Hermanos míos: Nos ha tocado vivir el momento más aciago de la Especie Humana;  el de procurar la Supervivencia, para evitar la extinción.
 
 Este panorama está agravado, por la condición de los  Individuos, que no son aptos para morar en medios  agrestes,  ni para la lucha con las  fieras  y las alimañas.
 Podremos usar la Ciudad únicamente como dormitorio, encarando nuestras tareas con los primeros rayos del Sol, y regresando con los últimos.
 No habrá privilegios de ningún tipo.
 Todos, absolutamente todos los individuos trabajarán, desde los seis años en adelante.
 Se hará una evaluación de la condición  física y las aptitudes, y yo decretaré cual será la función de cada Individuo.
 Confeccionaremos una lista de los Oficios necesarios en una Cadena de Supervi-vencia.
 Primero se aceptarán voluntarios, si son aptos, luego se reclutará a aquellos cu-yas condiciones y habilidades les permitan desempeñarse mejor.
 Todas las Personas serán Iguales, y yo decidiré en los Pleitos.
 En ningún caso se justificará el uso de la Fuerza, entre Hermanos de la Comu-nidad.
 En los Entredichos prolongados,  otorgaré la Razón  a una de las Partes, luego de analizar la situación.
 Se elimina el Dinero como Valor. Además el Oro, las Piedras Preciosas y Joyas. Todos esos enseres serán declarados indeseables, de modo que restarán valor a las Personas que les rinden culto.
 Cada cual  puede guardar su Dinero y Joyas, pero no tendrán valor como Moneda.
 Nadie  cobrará por su trabajo , aunque sí habrá un pago: la Casa y la Comida.
 El Secreto de la Supervivencia será producir, producir y producir.
 Queda abolida la Propiedad Privada. La tierra es un Bien Humano.
 En la Ciudad cada Grupo Familiar, tendrá derecho al uso de un Espacio Vital, que será su morada.
 Será de uso Exclusivo, pero no su Propiedad.
 Estamos en Tareas de Supervivencia cada cual se despojará de Aspiraciones Per-sonales,  produciendo con ahínco para él, y para los demás.
 Todos aportarán todo lo que produzcan, en bien de la Comunidad.
 Lo que cada uno produzca será de todos, y lo que producen los otros será de él.
 Todos cuidaremos celosamente la producción, consumiendo lo necesario para sub-sistir. Lo que sobre, se acopiará para los tiempos de escasez.
 Mañana encararemos la primordial tarea de obtener alimentos elementales, con el fin de afrontar la desnutrición”.
 A la mañana siguiente se convocó a todas las personas que tuvieran Oficios, y a los que sin tener Oficios, se encontraban aún  fuertes como para encarar los trabajos más pesados.
 Se  pidieron  voluntarios  para  integrar  los cuadros de Pescadores. Vinieron muy pocos.
 Entonces se trajo a los hombres aptos para el trabajo y comenzó el reclutamiento.
 - “Usted es una persona fuerte, está en condiciones de manejar las Artes de Pesca:  saldrá en la  próxima embarcación”.
 - Pero Maestro, yo soy Abogado…
 - “La Sociedad está desarmada y no se necesitan Abogados. Necesitamos trabaja-dores.  Que pase el siguiente!!”.
 
 - Maestro, yo nunca trabajé. Estoy fuerte, pero todos dicen que soy bueno para nada.
 -“Pues si es bueno para comer, podrá ser bueno para trabajar. Parte ahora. El otro!!”.
 - Maestro, aún estoy en pie, pero con los trabajos pesados que he realizado, sufro de dolores en la columna y los miembros.
 -“No te preocupes, podrás manejar un timón, o llevar cuenta de la pesca realizada. El que sigue!!”.
 Ese día se organizaron los Agricultores, los Leñadores, los Carpinteros, los Herre-ros, y otros.
 Cuando llegaron los barcos con la pesca, el Pueblo los esperaba con las fogatas  prendidas.  Todos comieron pescado asado.
 Además el  Maestro enseñó la preparación de tubérculos y raíces desconocidas por todos, pero que eran muy abundantes en la Selva.
 El pescado se transformó en la comida básica.
 El Maestro enseñó procedimientos de ahumado, que permitían su conservación  durante períodos prolongados.
 Enseñó  la  siembra  de  peces en los ríos cercanos.
 Las mujeres, los niños y los ancianos,  se abocaron a la creación de  Huertos,  y a  plantar árboles frutales.
 Comenzaba  a  vislumbrarse  un  panorama muy alentador.
 
 …………………
 
 -.VI.-
 
 A los pocos meses, la Sociedad había ahuyentado el fantasma del hambre. Las Mujeres y los Hombres  comenzaban a mejorar,  y  renacieron los encuentros amorosos.
 Concebían la mayoría de las Mujeres en condiciones de hacerlo.
 Empezaban a cosecharse los cereales, y la seguridad aumentaba.
 Como nadie guardaba nada para sí, el acopio crecía, y la población  mejoraba  su aspecto  y su condición.
 Pero aquellas madres que estaban criando, querían un porvenir venturoso para sus hijos, y fueron a hablar con el Viejo Maestro.
 - Hemos  venido a verte,  para que instales una Escuela para nuestros hijos.  No queremos que sean ignorantes.
 
 - “Mujeres incrédulas, parece que ustedes no han entendido el mensaje implícito  en vuestra salvación.
 Olvidáis  que vuestros Profesionales y Hombres Ilustres no pudieron salvaros?.
 Olvidáis  que  fue un hombre sin Estudios el que os salvó?”.
 - Tu  no  puedes impedirnos que eduquemos a nuestros hijos!!.
 - “La Tarea de Supervivencia aún no ha terminado.
 Aunque la situación ha mejorado, estamos lejos de ser autosuficientes y de salvar-nos.
 Vuestros hijos no son suyos,  son de la Sociedad, como todo lo que hay en Ella.
 Los  hijos no son propiedad de los Padres.  Solo son otros Individuos semejantes a ellos, e integrantes de una Nueva Sociedad Natural.
 Deberán  funcionar  como  engranajes de nuestra maquinaria.
 Serán  educados  para estar al servicio de nuestro Dios, y para cuidar su Creación,  lejos de la negativa influencia de sus Padres”.
 - Pero son hijos nuestros…,  como  podrías hacer una cosa así?.
 - “Los  Padres pueden disfrutar de la compañía de sus hijos, hasta los seis años.
 Enseñándoles el Idioma, el respeto a los mayores, y al  prójimo y la materia  que se les ocurra hasta esa edad.
 A partir de allí, la disciplina y el conocimiento de la Naturaleza, viviendo en armo-nía con Ella, serán las mejores armas y  enseñanzas que podremos brindarles.
 Cuando  sean  hombres,  ellos  podrán elegir lo que quieren aprender”.
 - Pero nosotras queremos que triunfen en la vida, con una Profesión que les permi-ta llegar a una posición desahogada.
 - “Respetables Señoras: en ausencia de Civilizaciones, hay ausencia de posiciones. Las posiciones son privilegios que aquí no existen.
 Nosotros  establecimos  una  Sociedad de Supervivencia exitosa. Esta Sociedad, para llegar a la autosuficiencia, requiere en los nuevos Integrantes, una cierta especializa-ción, que se logra en base a la Nutrición, combinada con  un conocimiento cabal de la tarea específica a cumplir.
 La  programación que recibirán,  no es apta para la vida en las Ciudades, pero en el entorno en que vivirán, les será de mucha utilidad.  Les hará sentirse útiles, y les dará mucho valor como seres Humanos.
 Con vuestro permiso..”.
 Aquellas madres quedaron pensando. El hombre Sabio tenía razón, realmente lo que pretendían estaba fuera de lugar. Pero aún eran pequeños.
 A los dos años de la asunción del Anciano,  vino la Planificación.
 - “Os he convocado con el fin de que hablemos.
 Aunque estamos en una situación en que la necesidad es menos imperiosa que al  principio de nuestro Pacto, aún no hemos comenzado el camino que lleva a la plena seguridad.
 Este  es  el  momento  de decidir si continuamos juntos o nos separamos.
 Yo he cumplido mi Misión, y hoy tengo ante mis ojos, un pueblo de individuos fuertes y repuestos, que  han  aprendido  las tareas primordiales de la Supervivencia.
 Habéis aprendido a vivir sin Dinero y a valorar vuestra Vida.
 Es necesario en este momento en que se avecinan nuevas Generaciones,  renovar este Pacto, sobre bases más firmes y permanentes.
 
 
 Me retiraré a mi Caverna por diez días. Cuando tengáis una respuesta, me la llevaréis a mi morada.
 
 ……………………………
 
 
 Lo que siguieron fueron reuniones entre los Líderes de los Clanes, cabildeos y discusiones.
 Algunos decían que era hora de que el Viejo se fuera.
 Los Jóvenes afirmaban que el Viejo no pensaba en ellos, y no tenía nada planifi-cado para su porvenir. Las Madres querían un futuro cierto para sus hijos. Entonces habló Rafael:
 - Hermanos, yo soy uno de los diez precursores que fuimos a investigar la Luz de la Montaña. Estábamos tan débiles,  que de esos diez, solo llegamos tres, a la entrada de la Caverna.
 Al momento de llegar, moría casi de inanición y cansancio. Al ver al Maestro,  adiviné  en él, la imagen de un Profeta.
 Salvó  mi  vida,  así  como  salvó la de todos los presentes.
 Nos sacó del degradante canibalismo a que nos llevó la necesidad, dignificando  nuestra condición humana, en tareas de producción y  abastecimiento.
 Ha sido justo y equitativo, y quiere continuar su obra. Yo lo seguiré en el nuevo Pacto.
 Entonces se decidió votar por la continuidad o no. El resultado  fue claro: 80% por el Si, 20% por el No, o indeciso.
 Como la Mayoría era abrumadora, se le propuso a los disidentes, quedarse acatan-do a las mayorías y sin interferir, o de lo contrario marcharse.
 Un 10% se marchó con rumbo incierto. El resto se quedó y fue aceptado sin rece-los.
 A los diez días  fueron a buscar al Maestro, mientras los disidentes se marchaban rumbo a las Montañas.
 Al cruzarse con ellos,  el Maestro pudo dedicarles unas palabras:
 - “Queridos hermanos: La tarea de adoctrinar a un Pueblo, no es exitosa ni para los Dioses.  Siempre habrá  personas que no estarán de acuerdo con las distribuciones, las responsabilidades  y las reglas de convivencia.
 Les digo de corazón que si os arrepentís y no guardáis rencores, podréis volver a esta Comarca, con la  única condición de cumplir las Leyes que regirán a sus habitantes.
 
 Que Dios ilumine vuestro camino”.
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 El  Maestro convocó a todos los habitantes para el atardecer, un poco antes de la puesta del Sol.
 Todos esperaban ansiosos su palabra.
 -“Hermanos míos:  estáis  aquí  para recibir las bases del Nuevo Pacto.
 Vosotros  estuvisteis  al  borde de la extinción por falta  de  Organización,  y  de un conocimiento correcto de la Naturaleza.
 Las Bases que plantearé, os permitirán sobrevivir, crecer, mejorar y resguardaros contra los depredadores.
 Ha llegado la hora de la Especialización.
 Cada Persona será clasificada por oficios, deseos y aptitudes, con miras a cons-truir  una Sociedad Natural.
 Debéis olvidaros completamente de vuestro pasado. Ahora contará tu oficio, tu habilidad,  y tu deseo de ser útil.
 La persona que tenga un oficio, o la responsabilidad de una Tarea, deberá  cumplir  su cometido, aún en condiciones de extrema adversidad.
 Saldrán  con  los  primeros rayos del Sol a cumplir con su deber, y regresarán con los últimos a su morada, para asearse, alimentarse y descansar.
 Este Pacto se extenderá por cinco años,  al final de los cuales, las mayorías decidi-rán su suerte.
 Mientras tanto los Niños serán separados de sus Padres, y enseñados en Centros Sociales, en disciplinas orientadas al conocimiento de la Naturaleza, el respeto a la Vida, y el Amor a Dios y su Obra.
 Los Padres podrán verlos durante los fines de Semana y los días festivos, pero una vez que ingresen a los Centros Educacionales, les estará prohibido aconsejarlos y orien-tarlos.
 No quiero que esto sea visto como una medida arbitraria, que procura  destruir los lazos entre padres e hijos.
 Los lazos entre Padres e Hijos, deben ser considerados como tales. Solo son rela-ciones de familia, que cuando son objeto de  culto,  crean padres sobreprotectores e hijos sobreprotegidos, siendo las consecuencias negativas para ambos.
 Si muere un padre sobreprotector,  dejará un niño que sufrirá mucho su ausencia, y maldecirá al progenitor ausente, porque no le brindó armas para afrotar los momentos que le toca vivir.
 Algo semejante sucede cuando el niño sobreprotegido nos abandona.
 Quedan dos seres destruidos, que terminarán despreciándose mutuamente, y su vida gris,  será una espera del día en que se reúnan con su bebé.
 Estos niños que  saldrán  de sus casas a los Centros Formadores, se transformarán en Mujeres y Hombres que serán orgullo de sus progenitores.
 Aún en los medios más hostiles y adversos, subsistirán, siendo Señores en las situa-ciones extremas como las que ustedes han tenido que pasar.
 Al encontrar en la Naturaleza el alimento para el Cuerpo y en su interior el bálsa-mo para el Alma”.
 
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 "Mientras tanto, la Población deberá trabajar en la producción y el acopio de alimentos.
 El  producto será guardado convenientemente,  y protegido de las plagas.
 Como seremos una Comarca con abundancia de alimentos, tendremos Soldados que nos protegerán de posibles agresores.
 Los Soldados serán personas especialmente adiestradas y alimentadas, que siempre actuarán en defensa del Pueblo.
 Jamás su poder ni su fuerza, serán usados en contra de sus hermanos. Solo serán aplicados en su defensa.
 Los Postulados básicos serán:
 a)  La tierra es un  Bien Humano. Nadie  podrá poseerla, ni sentar  sus reales en territorios o parcelas.
 b) Lo producido por cada Individuo, será entregado al Centro General de Existen-cias  y  Consevación.
 c) Cada  cual  retirará  lo  que  necesite  razonablemente para sus necesidades.
 d) Todos, comenzando por el Maestro, siguiendo por los Administradores, los Téc-nicos,  Oficiales de oficios, etc., recibirán la misma paga: la casa y la comida.
 e)  Aquellos  que  produzcan  mucho más de lo que consumen, acumularán  méritos que los ubicarán a la altura justa de sus esfuerzos.
 f)  Los que actúen con engaño, falta de honestidad reiterada, o acciones delictivas,  serán  perdonados al primer juicio, pero la reiteración marcará su Destierro.
 g) Si del Destierro vuelven al  ataque, serán eliminados. No tenemos tiempo ni recursos para recuperar personajes indeseables.
 h)  Las Personas dispondrán de un Espacio Vital o Vivienda, mientras vivan los que producen, o produjeron y son Ancianos.
 Ese  espacio podrá  ser también ocupado por sus parientes, en caso de que deseen vivir allí  y sean productivos.
 i) Como los Bienes son asignados por la Sociedad, no pueden ser heredados, sino  que  vuelven a Ella.
 j) Las  Personas  Discapacitadas,  los  Niños pequeños  y  los  Seres que no puedan o no quieran producir, por el motivo que fuere, serán atendidos por personas especializa-das.
 En todos los casos recibirán alimento, atención médica, medicamentos, techo y abrigo.
 No tendrán derecho a intercambio sexual.
 
 k) Todos  colaborarán  con todos en esta Nueva Sociedad. Existirán  recreos  en los horarios de trabajo,  y luego de la Labor, deportes,  juegos, actividades culturales y de esparcimiento.
 l) Cada cual deberá ser Ejecutivo, Obrero o Soldado si la situación lo requiere”.
 ………
 
 Pasó el tiempo, y aquella Comunidad creció, mejorando las condiciones de vida de sus  habitantes.
 No existía el Dinero, pero nadie pasaba necesidades. Habían aprendido a ser feli-ces a  partir del trabajo y el esfuerzo desinteresado.
 Como todos tenían el mismo salario, todos estaban conformes. No había descon-tentos,  privilegiados, resentidos ni sumergidos.
 Por doquier,  montes de árboles frutales y huertos  exuberantes.  En las calles de la Ciudad,  florecían durazneros, manzanos, perales…
 Aquellos Seres que apostaron a la Vida a través del Anciano Maestro, veían surgir una paradisíaca Comarca, de abundancia insólita.
 Los Hijos sacados del Hogar, volvían a él enriquecidos en conocimientos y expe-riencia vital.
 Regresaban amando y respetando a sus progenitores, un fenómeno extraño para los sobrevivientes de la Civilización destruida.
 Eran Hombres buenos y nobles, temerosos de Dios, y dispuestos a ser útiles a la Sociedad.
 A esas alturas, había Ganado en la Comarca.
 Capturaron pequeñas manadas salvajes, perdidas en las montañas. Fueron alimen-tadas y engordadas, reproduciéndose grandemente.
 Por las noches  la Ciudad titilaba a la luz de las velas  encendidas  y las fogatas de las ollas populares.
 Esa luz los delató.
 ………………………………
 
 
 
 Con las primeras luces del Alba, ya se recortaba la imponente figura.
 Era  un barco de guerra,  bastante venido a menos.
 El Pueblo se reunió en torno a la casa del Maestro, y éste habló:
 - " Hasta el  día de hoy, hemos tenido suerte. Dios nos permitió sobrevivir y mejo-rar;  pero el Planeta  no  es  solo nuestro.  Muchos otros hijos de Dios lo habitan. Veamos qué los trae por aquí".
 Y con el Maestro abriendo la marcha,  se dirigieron a la playa.
 El Pueblo se detuvo. El Maestro y diez soldados que lo escoltaban, siguieron hasta la orilla.
 En esos momentos  el barco despachaba un bote con cuatro personas.
 Cuando el bote se acercaba, mostró su carga: eran cuatro milicianos flacos y arrui-nados, pero venían armados con rifles.
 Se bajaron tres y uno quedó en el bote.
 - “Bienvenidos a nuestra Comarca. En nombre de este Pueblo, debo preguntaros  que os trae por aquí”.
 - Estamos sin provisiones y con gente enferma, por lo que en principio vamos a cazar,  y  luego nos llevaremos medicamentos y mujeres.
 - “Ustedes no llevarán nada que no sea autorizado por el Pueblo, ni mujer que no quiera voluntariamente acompañarles”.
 Entonces uno de los milicianos intentó levantar el rifle, pero los tres fueron derri-bados por certeras pedradas.  Inmediatamente  fueron reducidos y desarmados.
 El que manejaba el bote, regresó a la Nave.
 = ¿Qué sucedió, Marinero?
 - Los nuestros le dijeron al  Jefe que iban a cazar y a llevarse sus mujeres.
 = Pero qué torpes, como pudieron…
 Por culpa de unos malos soldados rasos, quedamos mal ante un pueblo aparente-mente organizado.
 - Capitán, sería conveniente que Usted y el Comandante  fueran a  pedir disculpas.  Son gente muy fuerte y están bien alimentados.
 Se bajó una lancha mayor,  y embarcaron el Comandante,  el  Capitán,  y  los cuatro Oficiales que les seguían en rango.
 Acordaron  durante  el  trayecto,  un  comportamiento más digno.
 Llegaron, bajaron sin armas, y,  delante del Maestro se arrodillaron y besaron la tierra.
 - “Levantaos Señores,  no es necesario tanto protocolo, solo decidme  quienes sois y qué buscais”.
 - Soy el Capitán Peter Maine, y éste es mi Comandante, el Almirante William Drake.
 Venimos en son de Paz. Rogamos a Ud. que nos venda provisiones, pues estamos agotados.
 -“Ese es motivo suficiente para recalar en un Puerto. Nos sentimos honrados con vuestra presencia.
 Sed Bienvenidos”.
 El Maestro abría la marcha, seguido de los Oficiales Principales y los otros. Todo el grupo flanqueado por los robustos soldados comarqueños, de torso desnudo.
 Ya ubicados en  el Salón de las Reuniones,  estaban presentes el Maestro, los  tres  Pioneros,  algunos habitantes de grandes  méritos, y un grupo de los mejores soldados de la Comarca.
 Los Oficiales Navales apreciaron el calificativo de Maestro, con que el Anciano era distinguido y comenzaron:
 - Maestro, a pesar de que recién hemos llegado, estamos admirados de vuestra So-ciedad.
 En un mundo destruido por el Caos y la Anarquía, esta tierra es una Isla Paradi-síaca, donde reina el Orden, el Respeto, la Pulcritud y la Abundancia.
 Realmente si esta es su Obra, es encomiable.
 - “Estimados Hermanos de la Creación: todo esto se ha construido a partir de una Ciudad en ruinas, una tierra  arrasada,  y una Sociedad que se encontraba en el nivel más bajo que puede alcanzar su condición.
 Eran cadáveres que deambulaban, procurando no ser cazados y devorados por otros seres hambrientos.  La Existencia llevada  al  límite de sus posibilidades”.
 -  Eso es lo que está ocurriendo hoy en todas las Civilizaciones.
 Con estos resultados, la Salvación de la Especie está en sus manos.
 - “Señores, por hoy no hablaremos más de estas cosas. Podéis ducharos, luego celebraremos un banquete con la comida del Pueblo, y mañana hablaremos.
 
 ………………………………
 
 
 Los Visitantes se encontraban en el Paraíso. Habían hallado una Sociedad flore-ciente,  aislada de las  Civilizaciones  degradadas  que  comenzaban a desaparecer.
 La Sala de Reuniones desbordaba, cuando comenzó  la recepción. El  disco del  Sol se despegaba del horizonte.
 - "Disculpad esta audiencia multitudinaria.
 Es  que  todos  los  habitantes de la Comarca son muy importantes, necesarios e imprescindibles .
 Aquí todos somos iguales, pero cada cual cumple una  función Específica Intrans-ferible,  para la cual  ha sido muy especialmente preparado  y adiestrado”.
 La voz de los  Visitantes fue asumida por el Comandante:
 -  Maestro:  como  es  de suponer,  nosotros no salimos en representación propia.
 Somos  integrantes  de una de las más poderosas
 Civilizaciones  del  Planeta, pero también una de las que más bajo ha caído.
 Salimos de nuestro País como Perros de Presa y Cazadores…, pero aquí hemos encontrado un Tesoro  que no solo no  debemos destruir,  sino que es necesario preservar intacto, para Salvación de nuestras Sociedades.
 Le ofrezco mi más profunda admiración. Usted ha hecho renacer las esperanzas de que es posible un futuro venturoso para la Humanidad.
 Aún podemos Salvar a la Especie.
 - “Estimado Hermano Comandante: esta Comarca ha sido construida por todos  sus habitantes, a partir de las cenizas.  Con el trabajo fecundo,  el
 el esfuerzo solidario, la colaboración desinteresa da, y el espíritu general volcado a la producción y el autoabastecimiento.
 Podéis pedirle al Pueblo presente,  lo que necesitáis”.
 -  Hermanos de esta Comarca Paraíso, hemos preparado una lista con las provi-siones que necesitaremos,  para  el viaje de regreso a nuestra  tierra con la Buena Nueva.
 Pagaremos con nuestra moneda,  que tiene valor universal.
 -“Debo comunicaros que en esta Sociedad no existe el Dinero, por lo que recibiréis las provisiones, como una ayuda solidaria.
 Deseamos que el bondadoso Dios, depare un futuro mejor  para vosotros. Tal vez algún día necesitemos de vuestra ayuda…”.
 -  Además Maestro, queremos humildemente invitarlo  a que nos  acompañe  en este viaje. Pensamos que los habitantes de esta Comarca ya no lo necesitan como en un principio.
 En nuestro País, será un hombre Honorable y Poderoso, muy bien retribuido.
 Además desde allá,  podrá enviar más ayuda a esta gente.
 - “Mi querido Comandante:  agradezco de corazón sus buenas intenciones.
 Ya soy un Anciano, y mi cuerpo no me permitiría afrontar otra tarea como la vivida junto a estos hermanos.
 Puedo ofrecerles una solución alternativa a vuestro requerimiento, enviando en mi lugar, si ellos lo permiten, a Carlos o a Alberto, dos hombres Sabios, que al igual que Rafael, aquí  presente, me acompañaron desde el primer momento.
 Cualquiera  de ellos  podría  desempeñarse como yo.
 Yo hice los planos, pero estos  tres son los Arquitectos que construyeron el Edificio, con los Obreros más dedicados y dispuestos que he conocido: este Maravilloso Pueblo.
 Aquí todos nos amamos y nos respetamos mutuamente. Con este cimiento, toda  construcción tiene éxito”.
 -  Maestro, delante de tu Pueblo te pido, que me enseñes  cual  sería el camino para la Salvación de las Sociedades enfermas.
 - “El camino de vuestra Salvación está en la Naturaleza, su conocimiento y su respeto.
 Debéis confiar en una Persona Virtuosa,  de Buenos Pensamientos, bien inspirada y desinteresada.
 Esa  persona  no deberá provenir del propio Pueblo, ni tener intereses ni parientes en esa tierra.
 Deberá ser un extraño entre los pobladores. Solamente así serán sus juicios Justos y Equitativos.
 Deberá ser un hombre de fuerte carácter.  Capaz de  enfrentarse a  los poderosos  y los  privilegiados , y con la misma fuerza, alentar a los desfallecientes y desesperanzados.
 El Ser elegido deberá ser aprobado por todos.
 Los  que no lo aprueben,  deberán  abandonar el solar;  pues solo la Unanimidad y el acatamiento incondicional, le otorgarán la Autoridad para la Empresa.
 Es  necesario que a través de él, todos los pobladores vean la imagen del máximo Poder: el Dios.
 Unicamente viendo en ese ser, la presencia de un Dios, todos le obedecerán ciega-mente,  y  sus sentencias serán inapelables.
 La abolición del Dinero es un paso fundamental, porque junto con él, desaparecen la Codicia, la Ambición y la Envidia.
 Cuando se igualan los salarios de todos, solo sobresalen los más aptos y produc-tivos. Ellos obtendrán más méritos, que aumentarán su confort y sus insumos. Es una forma de aceptar las diferencias naturales.
 Cualquier persona puede alcanzarlos, aumentando sus prestaciones, pero todos están conformes porque no hay privilegiados.
 Cada cual llega a la altura de sus posibilidades.
 No hay dádivas ni regalos, todo se obtiene a través del Trabajo, el Esfuerzo y la Producción.
 No existen los desposeídos, vagabundos ni pordioseros. La Sociedad protege a todos sus integrantes”.
 -  Me ha quedado claro el concepto, pero me parece imposible recordar todos los detalles, que han sido tan sabiamente planificados.
 - “Estos Principios no han sido inventados por mi, sino que han sido extraídos de la Naturaleza. Vienen  siendo  aplicados  por Sociedades que viven en la Tierra desde hace millones de años”.
 -  No entiendo que quiere decir, Maestro.
 - “Así como Usted no lo entiende hoy, las Civilizaciones tampoco lo compren-dieron. De haberlo descubierto antes, seguramente no habría acontecido esta destruc-ción”.
 -  Por favor, deme un ejemplo.
 - “Aquí, en las proximidades de esta Sala; en los Campos cercanos, y en los lugares más inaccesibles de la Selva, encontraríamos millares.
 Si nos paramos a la  entrada  de un Hormiguero, comprobaremos con cuanto vigor trabajan las Obreras. Trabajan desde que sale el Sol, hasta que se oculta, y no cobran salario alguno.
 Dañad su morada o su senda, y comprobaréis que la preocupación es general,  siendo tarea de todos la reparación.
 Atentad contra cualquiera de sus Integrantes, y seréis atacado por valerosos Solda-dos,  dispuestos a ofrecer su vida,  en el  intento de destruir al invasor.
 En estas Sociedades, todos los miembros están conformes, y entregan todo a cambio de todo.
 Son  Seres  que nacen para cumplir una Función, y durante toda  su vida funcionan de esa forma, sin importarle lo que hacen los demás.
 Con  este  tipo de Especialización,  se es Obrero, Ingeniero, Explorador, Soldado o Reina, durante toda la vida.
 Como todos cobran lo mismo: la casa y la comida, no hay mimosos ni privilegia-dos,  por lo que nunca hubo reclamos, ni los habrá jamás.
 Creo que ahora han comprendido mejor, y les será más fácil recordar”.
 -  Usted  es  un  Sabio, Maestro. Acaso  hay  algo más?.
 
 
 - “Muchísimo más. Las Abejas nos enseñan que debemos procesar  los alimentos,  y  guardarlos en cantidades mayúsculas, pues podrán venir años malos, pero esa Sociedad no pasará necesidades.
 Además los horarios para la ingesta, no deben existir. El Alimento debe ser ingeri-do cuando el
 Cuerpo lo pida,  y  debe estar disponible siempre, para quien lo necesite.
 La Especialización  y la  Programación  a través del  Alimento,  es  otro  importante avance de las Abejas”.
 - Maestro, hemos hecho un Descubrimiento Maravilloso.
 Nos  resulta  sumamente  grato estar ante vuestra presencia, y rodeados de Mujeres y Hombres felices, integrantes de una Sociedad Ideal.
 Partiremos con Alberto, que ha aceptado nuestra invitación.
 Nosotros que habíamos perdido la Fe, hoy tenemos ante nuestros ojos, la Obra de un Pueblo que ha regresado a El.
 Que Dios los bendiga por haber dado un nuevo sentido a  nuestras  vidas, abriendo  este sendero
 - “Y recordad: Con Dios todo, sin Dios Nada. Id con El.
 -.-
 
 -.XI.-
 
 
 Dicen que aquel planeta oscuro, comenzó a mostrar luz en su superficie.
 La primera  fue Comarca Paraíso, pero con el tiempo, la zona donde  fue Alberto,  mostraba también muchas luces.
 Así,  poco a poco, el resplandor fue creciendo, y al cabo de algunos años, el Astro resplandecía con más intensidad que antes de entrar en penumbras.
 Es que esa Luz era más firme y pura. Es la Luz que te baña cuando el Dios te perdona:  la Luz de la Esperanza.
 Tienes una nueva oportunidad  de mejorar y acercarte a la Verdad.
 No la pierdas, puede que sea la última, y logres evitar entrar en la zona de penumbras...
 -.FIN.-
 
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