Siempre pensé que podía controlar el tiempo y que con una ráfaga de luz podía apartarme y encender la llama en mi oscura habitación. Podría mirar todo mi alrededor y por mas que pensaba, jugaba o esquiaba pensamientos incesantes que llegaban a mi mente perturbadora no podía hacerlo, que mala es la vida, por que no puedo tener el control del mundo, porque no puedo desvanecerme y en tan solo minutos o segundos volver a reconstruirme y contemplar mi cuerpo en el espejo. Era desesperada e inquieta no podía escuchar nada, quería tener el control de todo y bueno, porque no hacerlo me cuestionaba una y otra vez. Me recosté por un momento en esa agradable mesa negra y mirando hacia el desván pude darme cuenta que todo era mucho más fácil y que en verdad podía controlar todo lo que quería, mi mente voló y voló, Dios! Cuantas cosas podía hacer, cuanto poder, todo era mío, todo me pertenecía. Estaba totalmente deslumbrada con ese poder tan majestuoso, mi corazón palpitaba y saltaba una y otra vez apresuradamente, cerré los ojos y volví abrirlos y continuaba feliz, seguía teniendo el control del mundo manejándolo a mi antojo, se me fue el tiempo rápido y pude hacer cosas que siempre anhelé, lo mejor de todo fue causarle grandes daños a todas esas personas insoportables y que tanto odiaba, las personas, los animales, todo ser viviente en la tierra eran míos, estaban todos bajo mi dominio solo pensar en algo se cumplía al pie de mis dudosos y grandes pensamientos. Dormí otra vez para descansar de todo lo que había hecho durante el día, al abrir nuevamente mis ojos me di cuenta de que todo era un mal sueño que tan solo duró 13 minutos… ese número, que coincidencia, 13 años tengo en esta maldita cárcel. |