21 de agosto de 2009
Materia oscura y otros misterios

Tratemos el tema con el respeto que se merece, desde el punto de vista de los profanos.

Mucho se está hablando en estos días sobre la Materia Oscura, como si de fantasmas se tratara, así que desde el ángulo filosófico, sería bueno realizar un planteamiento, que ponga las cosas en orden, si es que el orden existe.
Dicen los científicos que el Universo tiene una existencia de 13500 millones de años, aunque por ese entonces no existían los millones, ni los años.
Se estima ese tiempo como límite, por la simple razón, de que los objetos visibles más lejanos, se encuentran a esa presunta distancia, tomada en Años Luz.
Lo del Big Bang, es una solución fácil, a un problema por demás complejo, que abarca la Creación, la Fuente de la Vida, y la Existencia como un fenómeno efímero de los Seres y las Cosas.
El sólo hablar de Materia, implica un capítulo importantísimo, dentro del término Energía, que incluye la Materia de los objetos concretos, los fluidos y los gases que pueblan el Universo conocido, la emisión de rayos gamma, de rayos x, las radiogalaxias y todas la emisiones electromagnéticas detectables en el Cosmos, y las indetectables.
Para hablar de Oscura, debemos abordar supuestos y presunciones que no están a la vista, pero existen, aunque es imposible para nosotros ubicar el lugar y el tiempo de su existencia: no estamos autorizados.
Oscuro, podría significar desde totalmente opaco, hasta límpido y transparente, ya que ambas cosas son indetectables en las inconmensurables distancias del Universo, salvo que un resplandor detrás, como en la Cabeza de Caballo de la nebulosa de Orión, la ponga en evidencia.
Éstas consideraciones previas, no nos dan explicación alguna acerca de la Materia Oscura, pero van a ayudarnos a una aproximación de su comprensión.
Desde el punto de vista de la física clásica, la materia oscura estaría compuesta por conglomerados materiales supermasivos, que son indetectables por todos los medios de prospección del Universo conocido.
Es una materia que actúa gravitacionalmente en el interior de las Galaxias y los espacios Intergalácticos, haciendo que los movimientos de giro de las galaxias, y los cúmulos, no obedezcan a lo previsto en los cálculos de los científicos y astrónomos.
Ya sea acelerando, deformando o modificando los modelos calculados.
La existencia de esta energía está probada por los cálculos de los científicos, pero no existen medios para detectar la mayoría de los componentes de nuestro Universo, ya que estarían ubicados en otra dimensión, interactuando gravitacionalmente con la parte visible de nuestro Cosmos.
Según la opinión del Dr. Stephen Hawking, para justificar la teoría de cuerdas en la Física Cuántica, es necesario que haya otra dimensión, aparte de la nuestra.
Este postulado, justificaría la ubicación de los conglomerados energéticos masivos en esa dimensión desconocida pero necesaria.
Aparentemente, las ondas electromagnéticas, pertenecientes a nuestro Universo, no serían capaces de traspasar los límites dimensionales, pues la Luz, como fenómeno electromagnético, sólo es un vehículo o vector de información en este Cosmos que habitamos, ya que nos permite ver la materia contra la cual choca o se refleja.
El Electromagnetismo, junto a la Energía en forma de Materia, el Espacio y el Tiempo, son los elementos que determinan esta Dimensión, ya que le dan forma y sentido a nuestro Universo.
La Gravitación, en forma de ondas gravitacionales o gravedad, es otro de los elementos determinantes de la Dimensión, ya que permite formar los conglomerados materiales de todo tipo.
Aún no se ha descifrado su naturaleza, por lo que sus propiedades, aunque están siendo estudiadas, no son del todo conocidas, por lo que podemos suponer que pueden abarcar más de una dimensión.
De esta forma, las ondas gravitacionales de los conglomerados energéticos masivos de una dimensión, pueden afectar los movimientos de los cuerpos de otras dimensiones.
Esto confirmaría la teoría del Multiverso, que abarcaría todas las dimensiones que existen, y la superposición de realidades o Universos paralelos de existencia simultánea, pero en los cuales los tiempos son diferentes, así como los espacios, o no existen.
Sabemos que somos los restos de la destrucción materia – antimateria, que siguió al Big Bang. En verdad Basura o residuos cósmicos primordiales, que constituye la anarquía, dentro de un cosmos armónico y cristalino.
Por ese motivo, la Luz nos pone de manifiesto, ya que cortamos su camino recto o curvo en ciertas zonas, truncando su trayectoria o desviándola de su destino final.
Los cuerpos materiales, son como manchas en el cristalino Universo, montañas de desechos que han quedado desordenados y continúan quemándose, chocando y aniquilándose entre sí hasta que, reducidos a su mínima expresión, pasarán a integrar el microcosmos haciendo desaparecer el Universo Espacio-Tiempo.
La experiencia nos dice que lo que no se ve, no existe, pero esto no se cumple para las ondas gravitacionales provenientes de otras dimensiones.
No las vemos porque no son materia, pero son portadoras de cargas energéticas importantes, que ejercen fuerzas sobre los cuerpos materiales.
Estas fuerzas invisibles, sólo se manifiestan para perturbar las leyes físicas del movimiento de los conglomerados estelares, o los cúmulos galácticos, por lo que estamos hablando de poderosas fuentes atractoras que desvirtúan los cálculos de los astrónomos y hacen fallar las predicciones de las teorías científicas.
Desde el punto de vista cuántico, y de la Teoría de Cuerdas, la explicación vendría por el lado de la vibración no armónica, o armónica en otra frecuencia del reloj primordial.
Esas Cuerdas o supercuerdas que no están sintonizadas con este universo, aunque si lo están entre sí, afectan el funcionamiento de nuestros elementos físicos con sus poderosas ondas gravitacionales, sin que nos permitan siquiera tener una idea de dónde se hallan y qué forma tienen.
El dilema de concebir interacciones interdimensionales, no entra en nuestro pequeño cerebro, por su primitivismo y su falta de capacidad para aceptar fenómenos que no pueden ser respaldados por los sentidos ni las fórmulas matemáticas.
Esta lucha de lo real contra lo supuesto, es aceptada en Física Cuántica, porque hasta cierto punto se puede experimentar con sus componentes, pero a nivel macrocósmico, sólo nos resta especular con supuestos y presunciones, y en ese caso la Ciencia no respalda las conclusiones.
Pero el primate, ha sido dotado de Virtudes, Dones y Autorizaciones, que le permiten avanzar en el conocimiento del medio donde ha sido implantado.
El presentimiento y la perspicacia, son dos autorizaciones que le han permitido no sólo sobrevivir, sino avanzar hasta tener el conocimiento suficiente como para mirar hacia el cielo y tener una idea de la creación.
El Conocimiento es la base de la Ciencia, aunque no tiene nada que ver con la Sabiduría, que es una Virtud, que se basa en el presentimiento y la perspicacia, lo que le permite abarcar todos los campos, incluido el conocimiento en general.
El conocimiento trae Poder y Jactancia, en cambio la sabiduría trae humildad y respeto.
El Científico orienta sus estudios en ramas específicas de la Ciencia, y descalifica al Sabio, mientras éste trata de comprender las razones de ese comportamiento.
Siempre pide pruebas de todo, que avalen toda aseveración, pero las cosas más importantes, no hay forma de probarlas, como la Creación, la Vida, y hasta la Materia Oscura; la existencia del Alma, y de la Virtud.
El Universo, se justifica por su obviedad sobrecogedora, aunque aún así, hay científicos que niegan la Creación, porque al afirmar que no hubo Creación, están negando al Creador.
La incredulidad, es uno de los mayores frenos al progreso humano, y nos condena al ostracismo trascendente.
La inteligencia y las ideas provienen de la Fuente, si nos alejamos de ella o la ignoramos, podemos terminar de nuevo en la caverna, y el regreso va a ser muy traumático, mal que nos pese.
En el Cosmos inmenso, hay muchos secretos que el hombre jamás develará, porque no se ha hecho acreedor a las autorizaciones correspondientes.
Sería mejor guardar los telescopios, dejar de mandar tanta chatarra al espacio, y dedicar más atención a la vida en la Tierra, atendiendo a aquellos que nos necesitan.
La Tierra es el alma viva de este Universo infinito.
Nuestro deber es preservar este Patrimonio Divino, sin profanar ni destruir el santuario que es una muestra de que Dios existe, y amablemente nos instaló aquí, porque nos necesita.
Si hay vida afuera, esperemos con fe, que ellos vendrán a nosotros en el tiempo en que el Señor considere que estamos preparados para recibirlos y aceptarlos sin agresiones ni ofensas.
Somos peligrosos para nosotros mismos, cuanto más para extraterrestres que vengan con intenciones de cambiar el status planetario.
Si hay alguien afuera, ya nos conoce lo suficiente como para no arriesgarse dando a conocer su domicilio ni su teléfono.
Seguramente no son tan tontos como para caer en la trampa humana.