| Permanecía ahí,envuelto y guardado
 celosamente vigilado,
 por las manos de su madre
 que acariciaban su barriga.
 
 
 Traspasaba en su caricia,
 el primer amor y contacto
 con este nuevo ser llamado
 a vivir entre nosotros.
 
 Al poco tiempo de nacer,
 lloro por primera vez
 en un ambiente seco y extraño,
 para el…
 sin distinguir nada.
 solo sombras.
 
 Ahí sentía esa dulce voz,
 que tranquilizaba sus movimientos,
 ahí estaban esas caricias
 para calmarlo…
 
 Luego bebería hasta saciarse,
 con esos pechos rebosantes
 del más puro y embriagador
 liquido blanco,
 néctar que genera vida…
 
 Luego dormiría,
 dormiría sin saber
 que su sueño seria
 apacible y cándido,
 tierno y guardado…
 
 Pero escucha esa voz,
 cantando muy bajo
 una dulce melodía,
 a la vida nueva,
 a su naciente amor…
 
 Esos conceptos,
 que entenderá ya grande,
 cuando su paso
 sea firme y seguro,
 cuando en perfecta armonía
 se equilibren sus pensamientos,
 sus actos…
 
 Cuando lo racional
 domine al instinto,
 y sea capaz de levantarse,
 aunque haya caído mil veces…
 
 |