Realidad distinta, realidad sedentaria



Un día, después de haber sido sorprendido
Por realidades fugaces y cambiantes,
Mi proyección en el firmamento freno.

Lo hizo estrepitosamente, pues no conocía
Una realidad sedentaria, como tampoco
Un lugar donde se produjo el conocimiento
De una realidad sedentaria en una atmósfera
Invaginada, brillante, sorpresiva.

Una realidad cuyo dinamismo, que funciona
Al son de los constantes vientos y corrientes,
Que son sorpresivos por ser caprichosos, y
A los que se encuentra sujeta esta desconocida
Forma de bailar sobre nuestra pereza,
Sobre nuestro talento difícil de cultivar.
Es difícil cultivar cuando no se te concede
El pequeño tiempo de barbecho.

Es, sin embargo, el lugar donde
He podido ver la presencia de la magia
En el ambiente, manejada por auténticos
Duendecillos.


Aguadulce, septiembre de 2009
José María de Benito