Capitulo I


A través de la noche y en mitad de la nada nos llegaba una canción desde la vieja radio de nuestro coche destartalado, estaban repasando los grandes éxitos internacionales. Yo, como casi todo el mundo escucho canciones cuya letra no suelo terminar de entender, pero que, como siempre, nos termina recordando a alguien. Concreta e inexplicablemente nos recuerda a alguna persona que conocemos, que queremos, o que simplemente las notas y el ritmo de la canción trae a nuestra memoria a alguna persona nada más. Es uno de los grandes misterios de esta vida, por qué hay cosas que nos traen a la memoria personas, aún si no tienen mucho que ver una cosa con la otra, pues bien, hay cosas que la humanidad nunca será capaz de asimilar, entender, de desvelar.
Para todo lo demás estoy yo.
Me llamo Neila Granpoder, detective licenciada. Bueno, en realidad, no, licenciada no. Sigo estudiando.
Para ser más exactos estoy en mi último año en el instituto público Los Olivos(ese que está en el centro) tengo 17 años.
imagino que estais esperando que me describa fisicamente¿no? pues bien, soy morena.
tengo el cabello castaño algo largo, mis ojos son castaños y las pestañas rizadas. Mi cuerpo hace rato que está sufrimiendo una metamorfosis típica de la juventud y he crecido unos cuantos centímetros y alguna talla de sujetador en el último mes desde que volvimos del verano. Aún así me considero bella, para nada corriente. Tengo una chispa que en ocasiones suele dar calambre, dicen. Bueno.
En este momento está sonando alla mia eta, Tiziano Ferro, me recuerda a mi socio...

De pronto la última canción "Loba" de Shakira inunda todo el coche, al tiempo que se confunde con la música de la radio dando a la atmosfera un clima cargado y bastante molesto para nuestros tímpanos.

-Es el tuyo me parece-rezongó mi hermano, Enma, desde el asiento del conductor
llevó su brazo hacia el asiento de atrás para buscar mi bolso, la música nos taladraba los oidos, cuando lo encontró
rapidamente abrí el bolsillo y saqué el móvil, le di a la tecla verde que daba directo a llamada:

-Dígame, quién es-respondí, recuperando mi equilibrio en el asiento, Enma se colocó bien las gafas
me miró con recelo, hasta que por fin me escuchó pronunciar

-ah, hola salvador-dije, cambiando el tono de voz para adoptar uno más animado-Sí...sí...claro,claro,mira sí, descuida, claro, vale...vale...en 10 minutos estamos alli.bye.

colgué

-¿era Salvador?-preguntó Enmanuel, mirando por el retrovisor para a continuación meter la llave y arrancar el vehículo
sonó como una orquesta de instrumentos sin afinar, pero ignoré este hecho.

-Sí, era él-afirmé-Que nos reunamos en casa de Caser en diez minutos, va a empezar ya el cumpleaños

-ahá,bueno, diez minutos se dice pronto, además desde que sé que estás loca por él...¡aaaay!¿qué estás haciendo?-chilló, le había dado un pellizco en el brazo, antes de desabrocharse el cinturón de seguridad mientras salían del descampado a donde habían ido a estudiar las estrellas para el trabajo de la Peki

-¿dónde vas?-preguntó, viendo como su hermana pasaba entre los asientos para acomodarse con sus cosas en el asiento de atrás-cuidado que llevo por ahi la botella de los brindis-advirtió

la chica alzó esa bolsa por encima de los asientos

-conmigo está segura-reprendió-solo me quiero cambiar antes de ir a la fiesta

-vale...sube la mampara-apartó el abrigo de ella sobre el asiento del copiloto y pulsó un botón
de inmediato una mampara negro noche se interpuso entre los dos hermanos, de un timbrazo apagó la radio.

se me olvidaba, el coche de Enmanuel es una limusina
algo destartalada, antigua, reformada, pero limusina
aunque más desde fuera parece un coche fúnebre. Era de nuestro padre. Ahora ya había quedado casi para el desguace pero Salvador la reformó asi Enma pudo quedársela, es un manitas con esa clase de trabajos, muy observador y preciso.

No hablaron nada mientras salimos del descampado y volvimos a la carretera
poco tráfico discurría por alli aquella fría noche del mes de noviembre, lo que nos facilitó mucho el trayecto, de cuando en cuando sentía que pasabamos por tramos de carretera que parecían que estaban comenzando a helarse, pero no había peligro. En diez minutos justos entramos en la ciudad y vislumbramos la casa de Caser.

-Ya está ahí tu Casper...digo Caser-corrigió en el último momento, sabía que se arriesgaba a recibir otro pellizco-parece que hemos llegado pronto

-puedes aparcar ahí al lado del arcén, no es zona restringida-indicó la chica, pasandose la chaqueta por encima, atrajo el retrovisor hacia si para mirarse

-estás guapa-reconoció Enma, sorprendido de la rapidez de su hermana para arreglarse

-lo de que no podemos estar preparadas pronto es un mito. Nos gusta haceros esperar-dijo, con una risita al darse cuenta de lo que pensaba

-Pues conmigo no conteis-repuso, buscando donde aparcar- no habrá mujer que a mi me atrape en sus fauces

-¿no? eso lo veremos-masculló, solo por picarle

Enmanuel aparcó y se libró del cinturon de seguridad, tras recoger sus abrigos y la bolsa con la botella y los regalos, salieron del coche.

Lo cerró, al tiempo que activaba la alarma, el frio aire de la noche los abrazó
Neila se acomodó la chaquetilla sobre los hombros, se había puesto un vestido verde, largo, y una chaquetilla de punto encima, el vestido era sin espalda y con escote
no dijo nada, echaron a caminar por el asfalto hasta subirse a la acera
caminaron en silencio por la calle de los chalets por cuyas paredes blancas inmaculadas crecían matas de hiedra o rosales, empezaba a sentirse claramente la música que se colaba a través de los setos, como la brisa entre los pinares.
Me sonaba claramente una canción de Katy Perry, era esa la casa.
Las paredes estaban pintadas en blanco, las tejas del techo rojas, tenía dos pisos.
en el jardin habían dispuesto unas mesas sobre las que se amontonaban vasos, bebidas y cosas de picar, la música podía estar alta porque al vivir en las afueras, casi no había gente a aquellas horas, estaban todos de fiesta en el centro, asi pues, el chalet para nosotros solos.
Corrían el hielo y los vasos, las chicas con tacones exagerados y los chicos echando el cebo a ver qué conseguían cazar, la noche respiraba claramente el aire de una juerga adolescente.

En un rincón, apartado en los jazmines distinguí a Salvador, hablando con un chico y otra chica, parecían estar sumidos en una silenciosa discusión,me acerqué de pleno.

-Hola, perdona el retraso-lo saludé con un beso en la mejilla-uy...pero si tú eres Catalio¿no?¿no eres el que hizo volar el laboratorio de química y que usaba implantes de silicona con los vestidos de su hermana?-sonreí

pareció acongojarse

-casi nadie sabe eso...

-pues si no quieres que lo publique en la revista del instituto chaval, deja de hacerte el macarrilla y vuelve por donde has venido.No toleraré que molestes a mis amigos.

tras una pausa y ejerciendo un gesto de disgusto por abandonar a su presa, se fue.

Esperaron a que estuviera suficientemente lejos, la chica se acercó

-¿Estás bien?

-Oye eres como Kit el coche fantastico-interrumpió antes de contestar a su pregunta-apareces siempre cuando menos te espero

-sí, cuando más te hago falta-replicó-¿se puede saber a qué venía a molestarte ese pazguato?-preguntó

-ah...nada,me vio hablar con su novia y quería tener más que palabras-gesticuló con las manos-lo normal...

-encima celoso...pobre chica-agarró al vuelo una copa de una bandeja que llevaba uno de los camareros que se paseaban por alli de uniforme-la compadezco

-hagan juego señores-desde los matorrales llegaba el clásico sonidito de una máquina de juego
me pregunté qué estarían haciendo ahí

mientras sorbía por mi pajita, sentí el resquemar y el sonido de los hielos contra el vaso, un liquido dulce subió por la pajita y se me coló en la boca, era horchata.
la degusté a tiempo que sentí una mano en mi hombro.

-¡Neila!

casi me atraganto

-¡Caser!

tragué el liquido de golpe, ahí estaba él.
como siempre. guapo, muy guapo. se había puesto una camisa de cuadros azul blanca y amarillo, unos pantalones raros y sus deportivas blancas. el corazón me palpitaba a mil y no supe cómo ocultarlo.
nos dimos dos besos.

-feliz cumpleaños-deseé

-muchas gracias-esbozó una amplia sonrisa
casi me derrito en el lugar

-el placer que supone para mi que hayas podido venir...

el trabajo, siempre es el trabajo, pensé, pero ahora no Caser, ahora estoy aqui, preparada para que me beses...

-¡Caser!-una voz femenina interrumpió mis pensamientos
apareció una muchacha rubia, de piel pecosa y amplios ojos azulados
vestía un vestido en tonos platino y lentejuelas

-Anucha mira, te presento a dos amigos, Neila, y Salvador

-qué tal-saludó ella

Salvador le hizo un gesto con la cabeza, yo apenas pude reaccionar

-Anucha es mi prima-aclaró, antes de que empezara a invadirnos la música de los altavoces
por unos momentos me había quedado blanca

-un segundo-se apartó de Anucha para ir a hablar con el dj, Salvador esbozó una sonrisa que más parecía una mueca, Anucha esquivó la mirada.

-te has quedado pálida- me susurró-toma, bebete mi batido-le puso en la mano su vaso-coge un poco de color, que entre lo verde de tu vestido y lo pálida pareces una cebolleta

me tomé el batido de golpe, era chocolate.Dulce...
me limpié la comisura de los labios y miré a Salvador

-¿mejor?

-Sí...gracias-le puso el vaso en la mano

-¡Salvador!-acababan de llegar dos amigos más

-Ay no, los de clase no...
empezó a sonarme otra vez el móvil

-no me dejes solo-amenazó

-tú diviértete-dije, sin pensar, tratando de recordar de quién era el número que parpadeaba en la pantalla

no escuché su respuesta pues eché a andar por el jardin, descolgué

-Dígame, al habla Neila Granpoder¿con quién hablo?

-loca-reconocí el acento madrileño de mi socio

-Carlos-reí, aunque sorprendida-¿por qué me llamas?son las 2 de la mañana...

-Nada, quería escuchar tu voz

-Sí, claro-argumenté, perspicaz-¿qué moto me quieres vender tú ahora?

-una yamaha job si la quieres, mi sobrina casi no la usa

-Carlos sabes que no puedo tener moto-contradije

-Lo sé

-bueno¿entonces?¿qué ha pasado?

me había retirado al rincón más oscuro del jardín, detrás de la casa,ahi no se escuchaba casi la música, me retiré a la cancha de baloncesto que estaba alli

-bueno verás, ha sido en la plaza, Matías y su equipo van hacia alli pero aún no tenemos datos, parece ser que el carca más carca de la ciudad se ha suicidado

-¿Don Aurelio Quintanar?-exclamé
para a continuación bajar la voz

-Lo han encontrado muerto en el patio hace unas horas-informó-la policía insiste en mantenerlo en secreto pero no hay caso, una de las señoras del asilo continuo escuchó los gritos y se cree que lo vio caer por el torreón de la catedral

-se cree...-repetí

-Sí,claro,hasta ahora todo son conjeturas, sabes que no podremos estar seguros hasta que no certifiquemos el lugar del suceso y veamos el cadaver

-¿qué motivos podría tener el sacerdote más importante de la ciudad para tirarse del torreón más alto de la catedral?

-no lo sé, eso es lo que queremos que averigues, lo dejamos en tus manos. Suerte. creemos en ti.
colgó

-suerte...claro-me despegué el teléfono de la oreja-a falta de datos seguiremos el azar, como acostumbramos en este trabajo...

-¡Neila!-llegan algunas voces, me llaman.

Mientras me alejo de la parte trasera del jardin veo que la luna llena ha salido, realmente es una noche hermosa, ideal para el amor... e ideal para los misterios.
La propia luna parece guiñarme un ojo.

-Asesinato del Sacerdote Don Aurelio...seguro que no fue suicido, asi pues, este es un caso para Neila.Neila Granpoder.Bachiller de último curso de letras puras, y detective.