-.Del Flaco y el Ángel.-

-“Qué triste fue mi Destino!!”, pensaba el Flaco,
Nací en un hogar mas bien pobre.
Nunca tuve buenos juguetes.
Los Reyes jamás me trajeron lo que hubiera querido pedirles, sino lo que me sugirieron mis padres que me convenía pedirles, pues lo que yo quería, “ya se les había terminado”.
Para obtener cosas buenas, siempre tuve que competir, y jamás recibí regalos valiosos.
Mi esfuerzo, mi transpiración y mi dolor, fueron la base de mis logros.
Fui querido, estimado, y hubo mujeres que sintieron un gran aprecio por mí, pero ninguna me amó con Pasión, ni mi figura despertó el deseo en dama alguna.
En definitiva, me siento como un feto humano sin desarrollar.
Habiendo vivido tanto tiempo en el Planeta, solo he existido; conformándome con pequeños logros, y procurando aprovechar la sombra y las migajas, de tipos exitosos y triunfadores.
Aunque solo he subsistido en el Mundo Social, llevando la pesada carga de la Supervivencia Diaria, pienso que no he sido demasiado infeliz.
Este Pensamiento surge, al compararme con otros individuos, que no han tenido la entereza de soportar situaciones adversas, y se han derrumbado, precipitándose en caídas irreversibles.
Pero, ¿ es justo pensar de ese modo?. ¿Considerar mi no-fracaso, como un logro?.
No puedo tomar referencias ajenas a mi persona.
Máxime, en los que han tenido menos suerte, regodeándome en la desgracia ajena.
Realmente, creo que no siempre uno es dueño de su destino. Y menos cuando se es niño. Y si desde niños ya arrancamos mal, como naciendo en un lugar fulero, las posibilidades son muy pocas.
Mas, ¿que puedo hacer yo para cambiar el Mundo?.
En ese momento se le aparece un Ángel al Flaco, y se establece este diálogo:
- Preguntas que puedes hacer para cambiar el Mundo?.
= Sí, quiero saberlo.
- Como primera medida debes cambiar tu.
= Pero yo quiero que la gente cambie.
- Los demás piensan como tu.
= Y?.
- Solo cambiando tu, estarás en condiciones de hacer que los demás cambien.
= Pero yo no quiero cambiar, estoy bien así!!.
- Entonces no podrás cambiar a los otros.
= Y porqué?.
- Porque piensan igual que tu.
= ?.
- ¡¡ Todos creen que son perfectos!!.
= Y como sucede eso?.
- Porque la Memoria Divina persiste.
= Y eso que tiene que ver?
- Por lo visto no estás en condiciones de comprender.
Y el Ángel desapareció…
El Flaco pensaba: ¡Claro, ni los ángeles pueden
quererme, ni brindarme la atención que necesito!!.
¿ Cual será el motivo por el que nadie me considera?.
Soy tan insignificante, que ni siquiera puedo revelarme ante el hecho de ser ignorado.
Tal vez si Dios existe, se sentirá fracasado de verme tan infeliz.
Pero no estoy enojado con El, ni protesto por mi suerte…, al fin y al cabo soy bueno y me conmuevo ante el dolor ajeno, aunque no pueda ayudar.
Muchos personajes importantes, no obran de acuerdo a lo que se espera de ellos; y someten al dolor y la desesperación a multitudes de seres indefensos.
Quien sabe cual será más grande a los ojos de Dios…, por lo menos me queda el consuelo de que por ser tan pequeño, quizás al Dios no le interese castigarme…, y me salve.
Pero a ese no lo puedo engañar…, así que derechito y sin protestar…”
El Flaco se dio media vuelta, y quedó dormido como un bebé.
Un Ángel que pasaba, lo miró y pensó: “ Pobre Flaco, puedes dormir tranquilo, que tal vez no te salves por lo que hiciste, pero es seguro que te salvará lo que no pudiste hacer”.
Dios, que los miraba, sonrió…


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