Un intenso dolor de cabeza, acompañado del usual pensamiento de no saber dónde estás cuando despiertas, el hecho es que aquí estoy, tirado y en ropa interior. Me levanto, una luz tenue ilumina el tétrico cuarto, intento caminar hasta lo que un hilo de luz me anuncia ser la puerta, un mal paso me hace tropezar, el piso esta húmedo, hay algo aquí, debe ser basura, pues huele horrible, un estremecedor sentimiento de horror invade mi cuerpo al ver el mutilado cadáver de un niño, pareciera que un perro hubiera descargado toda su furia en él, nervioso, me levanto, hay más cuerpos tirados en el piso, llego a la puerta, está cerrada.
A lo lejos un ruido anuncia que alguien viene, me alejo de la puerta, el sonido de la llave me hiela la sangre, poco a poco la luz entra al cuarto, frente a mí se presenta el ser más repulsivo que haya visto en mi vida, un despojo de ser humano, porta un mandil de plástico ensangrentado que le llega hasta los pies, en su abominable cara se dibuja una sonrisa al verme, el hombre entra al cuarto, un olor nauseabundo lo invade, se acerca a uno de los niños y con un machete oxidado corta una de las piernas del pequeño, sin pensarlo, salgo corriendo, parece una casa muy antigua, enfurecido el hombre me persigue, es un pasillo muy largo, ya casi lo logro, llego a la puerta, giro la perilla… siento un impacto en la cabeza, caigo, curiosamente por un mínimo instante pude ver mi cuerpo decapitado, siendo jalado por ese despreciable ser, ahora todo se nubla.