¿Su nombre es Rodolfo Castillo Alva?-me preguntó el policía, nuevamente.

Así es -le repetí, otra vez.

Entonces, no hay ningún error es a usted al que buscamos, usted cometió una estafa hace algunos meses.

No, no es posible yo recién llego de visita ha esta ciudad, eso no puede ser posible – dije con desesperación.

Bueno, esta bien, pero de todas maneras acompáñeme a la comisaría ahí haremos las averiguaciones y podremos saber si es a usted a quién buscamos –agrego el policía.

Esto último me tranquilizó, ya que supuse que todo saldría bien; iría a la comisaría se darían cuenta que yo no soy al que buscan y para la tarde de ese día estaría libre.

Pues, bien pase ocho días en la comisaría, luego me hicieron un proceso por el delito de estafa que duró diez meses; al final del cual se disculparon conmigo por el error, ya que lo que había pasado es que un tipo andaba engañando a las personas con un documento falso que tenía mi nombre; mientras yo Rodolfo Castillo Alva (el verdadero, al menos eso creo) pagué las consecuencias todo ese tiempo.