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Inicio / Cuenteros Locales / KrisGris / Las luciérnagas sangrientas segun el trovador

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Era una corriente literaria más bien parecida a un suicidio masivo en una clínica psiquiátrica, nacida entre coqueteos crípticos y arrogancia de cuatro de la tarde. Soledad gustaba de jugar con las palabras, juntarlas con belleza y ego y suspirarlas dulcemente con esos labios que se mezclaban con el humo que siempre rodeo nuestros encuentros. Yo en cambio, siempre he elegido castigar y castigarme con mis palabras, usarlas como una corriente de desolación, como el fiel reflejo de la ansiedad con la que manejo mis días, mi perversidad y mi superficialidad caminando a la par con el olor a cerveza de los versos que nunca pude construir. Éramos así: belleza y vértigo caminando juntos, buscando un sueño que de por sí siempre estuvo roto; ella pudo habernos detenido en medio camino, pero por alguna razón, Soledad decidió acompañarme en el oscuro sendero de la semi-realidad, el horizonte en el que los sueños eran asesinados por nuestros propios vicios.
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Habíamos bebido tanto vino aquella noche; Soledad cantaba versos suyos mezclados con letras de Kurt Cobain, y yo escribía en las paredes blancas de la habitación un poema en el que renegaba del arte… entre sueños recuerdo que ella dijo: “somos luciérnagas sangrientas” más bien con un ritmo distorsionado del himno a la república, me regresé a verla por unos instantes, a introducirme en su rostro alterado por las gotas de vino barato y repetí la misma frase: “somos luciérnagas sangrientas” y ambos supimos en ese preciso instante que habíamos creado algo más lejano que el amor, que tal vez hubiéramos podido sentir el uno por el otro algún día a no ser porque ambos estábamos viviendo en el filo de una espada; algo más fuerte y duradero que un romance parisino o una amistad intelectual: habíamos firmado nuestra sentencia de muerte, dejábamos de ser humanos, escritores, amigos o amantes para ser luciérnagas sangrientas, entregadas a un ideal que nunca dejó de oler a vino barato.Allá, lejos de la habitación, empezaba a salir el sol gris de los jueves.

Texto agregado el 28-09-2009, y leído por 98 visitantes. (1 voto)


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