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 Y, sí, mira, aquí duermes,
 en las líneas de mi mano,
 que pintan claveles
 cuando pasas transitoria,
 estás en la niña con alas mariposa
 que vuela sobre el  río
 mojado con tus labios,
 habitas el hechizo santo
 que me entregó tus señales
 cuando no existías,
 vives en las edades prontas
 que maltrataron mis temores
 de engañado gaviero tardo,
 anidas en el primer beso
 de la ciudad que nace
 en calles de frío cauto
 que abriga mis cariños,
 llegaste con el  tiempo,
 con el tibio pan,
 que se mece en los ojos
 del puma recostado,
 sobre mi lado sano,
 estás en mis caricias ocultas,
 de cosechadas soledades,
 raíz de tierra, higuera mayor,
 abro mi piel para ti,
 crece a mi costado,
 como un resbaladero de quinuales,
 sembrados con tu nombre,
 haz ahora el amor con mi cariño,
 besa mis líneas,
 quédate en mis fríos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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