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Prologo:

Yo soy un libro de un solo cuento
Un cuento que quiere contarte un sueño
para que vos también lo sueñes,
lo cuentes y lo imagines.

Yo soy un libro chiquito
Y como a todos los chiquitos
me gusta que me mimen
me quieran y me cuiden.

Pero como soy un librito diferente
No solamente quiero ser leído,
además quiero ser contado,
dibujado y compartido.

Por eso tengo algunas hojas
que no están escritas,
por que quiero sentir en ellas
tus manitos haciendo dibujitos.

En fin, soy un librito
Que quiere ser tu amiguito

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Había una vez una nena…
Mmm. No. No y ¡NO!.
Yo soy un cuento diferente, no soy un cuento de hadas, princesas o duendes. Además de todo eso soy un cuento que habla de sueños, de amor y de magia.
Entonces, empiezo de nuevo y te cuento que un día, Azul, una nena de cinco o seis años que puede ser parecida a vos, estaba jugando en la playa, haciendo dibujos en la arena en un hermoso día de sol cuando vio un montón de gaviotas que se juntaban cerquita de ella y como le encantaban, corrió a donde estaban para mirarlas levantar su vuelo blanco.
Cuando todas salieron volando y gritando, Azul las corrió riéndose como loca mientras las veía. Al ratito se cansó y se sentó en la arena. Entonces vio una gaviota chiquita que no se había alejado con las demás y la miraba.
Azul se le acercó despacito para no espantarla, aunque la gaviota parecía estar esperándola, tanto, que antes de que la nena llegara hasta ella, el ave se le acercó y se quedó quieta al lado de sus zapatillas.
Azul estiró una mano, agachándose con cuidado y le hizo unos mimos en el lomo suave,
contenta de que el animalito no saliera volando. Despacio, se sentó en la arena y se puso la gaviota en la falda.
La miró y le habló:
-¡Que gaviota rara que sos¡ Todas se van cuando me acerco. ¿Vos tenés rotas las alitas o estás enojada con tus amigas?-
La gaviota levantó su cabecita mirando directamente los ojos de caramelo de Azul, abrió el pico y dijo:
-No estoy enojado, solamente quería conocerte, por eso me quedé acá-
La nena no podía creer que la gaviota le hablaba, pero como era una chica inteligente ni siquiera se le ocurrió pensar que aquello fuera algo malo, pero si extraordinario.
-¿Cómo puede ser que me hablés?- preguntó
-Todos los animales podemos hablar con las personas, también los duendes y las sirenas. La mayoría de las veces, solo los chicos nos escuchan, después, cuando crecen, ya son “adultos”, se vuelven serios y aburridos y pierden su capacidad de oírnos.-
- ¿Y en serio conocés sirenas?- preguntó Azul, cada vez más fascinada.
-¡Claro que si. Y duendes, delfines, hadas y hasta magos!-
-Que bueno. Lástimas que nadie me va a creer si lo cuento- dijo la nena, con la voz un poco triste
-No te preocupés. A mi tampoco tratan muy bien cuando le digo a las otras gaviotas que me gusta hablar y jugar con los chicos-
Se quedaron un rato juntos, cada uno pensando en sus cosas, mientras la nena seguía acariciando a su gaviota y el sol se escondía.
-Se hace de noche, mejor me voy-dijo Azul poniéndose de pie.
-Si, yo también- contestó la gaviota
-Esperá gaviota. ¿Tenés nombre?- preguntó la nena
-No, pero me gustaría llamarme Juan Salvador. Y vos ¿como te llamás?-
-Azul-
-¡Con razón quería conocerte! sos azul, como el mar y el cielo, las cosas que mas me gustan!¿Mañana venís?-
La nena le sonrió a su nuevo amigo
-Si Juan, mañana vengo-
-Bueno. Chau Azul- y Juan levantó vuelo e hizo una preciosa pirueta para que la nena lo viera.
-¡Chau Juan!- gritó ella y contenta corrió a su casa.
Cuando llegó estaba toda su familia. Enseguida buscó a Tamara, su hermana mayor y le empezó a contar de Juan Salvador.
Apenas empezó a hablar, Tamara le dijo:
-Nena, las gaviotas no hablan, ni se dejan tocar. Dejá de mentir mejor.-
Azul no le hizo mucho caso, sus hermanas eran bastante aburridas. Buscó a mamá, pero como estaba ocupada le dijo:
-Después me contás, mi amor. Ponete a dibujar hasta la cena-
Esa le pareció una gran idea (Si vos querés en las páginas que tengo en blanco podés dibujar a Azul o lo que quieras, cuando quieras)
Así que se buscó su cuaderno de dibujo y sus colores y empezó a dibujarse ella misma en la playa con Juan en su falda.
Su papá pasó a su lado y le preguntó:
-¿Que dibujás Azul?-
Y la nena, con la carita arrugada le dijo:
-No te cuento, por que no me vas a creer. Tamara no me creyó y mami no me hizo caso-
-¿Por qué no probás? Sea lo que sea me lo podés contar-
Asi que la nena, un poco dudando al principio y mientras dibujaba le contó todo.
Su papá la escuchaba con una sonrisa en los labios y el amor más enorme en los ojos. Cuando terminó de hablar, Azul le mostró su dibujo y le dijo:
-Mirá papá, éste es Juan conmigo en la playa. ¿Vos me creés?-
-¡Claro que te creo¡ Cuando mi abuelo Manuel me llevaba a la playa, yo conocí a una gaviota que se llamaba Pablo y me contaba historias hermosas-
Azul no lo podía creer
-¿En serio Pá?-
-En serio, señorita. ¿O usted cree que su papá es un mentiroso?-
-¿Y no lo viste más a Pablo, Pá?
Con nostalgia en la sonrisa el papá de Azul le dijo:
-Si, muchas veces, pero cuando fui creciendo me quedó menos tiempo para Pablo y un verano ya no volvió o yo no pude encontrarlo. No sé-
-Papá, ¿mañana me acompañás a verlo?-
El padre de Azul lo pensó un poco
-Andá solita y preguntale si me quiere conocer, si él tiene ganas, yo voy-
-Pero Papi, Juan dice que los grandes no lo pueden escuchar por que no creen en la magia-
-Azul, yo soy grande, pero creo, así que a lo mejor, puedo escucharlo. Cuando vos quieras, probamos-
-Bueno Papi, mañana cuando lo vea, le digo-
Y al día siguiente Azul fue a la playa y charló y jugó con Juan hasta el atardecer. Él le contaba de su vida en el mar y de cómo soñaba con volar tan alto como para tocar las nubes, por que esa era la forma en que imaginaba la libertad.
Azul le contaba de su familia, sus amigas, de cómo le gustaba jugar en el jardín de su casa y mirar la tele.
-¿Vos sabés lo que es la tele, Juan?-
-Claro que sé, a veces, nos posamos en algunos barcos que tienen antenas para tele y miramos-
Azul miró el sol y le dijo a Juan
-¡Uy, que tarde es!, me voy antes de que me rete mi mamá-
-Bueno Azul, yo también me voy-le dijo Juan
Y la nena empezaba a correr cuando se detuvo de golpe-
-Ah, me olvidaba. Mi papá quiere conocerte, si vos querés. Dice que cuando era chiquito, tenía un amigo gaviota que se llamaba Pablo, como yo te tengo a vos-
Juan lo pensó un ratito y le dijo:
-No confío en los grandes. Hagamos algo, yo te cuento historias que sé y otras que me contaron otros chicos. Si tu papá todavía cree en esas cosas, lo conozco.-
-¡Dale, hasta mañana!-
Y Azul se convirtió en la silueta de un ángel volando a la luz del atardecer, por lo rápido que corría.
Llegó para la cena, con arena de la cabeza a los pies y fue rápido a bañarse. Después de cenar, su papá le preguntó por Juan y ase enteró de lo que hablaron.
Y al día siguiente, y al otro, durante muchos días, Azul conoció la historia de las sirenas que viven bajo el mar y de que algunas personas se aman tanto que son capaces de estar siempre juntas aunque estén a kilómetros de distancia.
También supo que en el fondo del Mar vive el Bicho Comeleón que tiene capturada a una princesa que solo será liberada cuando un caballero valiente la rescate de su prisión y la historia de un monstruo muy grande y triste por que es el único que queda en el mundo y algunas noches se asoma a la superficie y le habla a la voz del faro de la playa que se parece a su propia voz.
Juan le contó también que la Luna y el Mar están enamorados igual que la Arena y el Sol y que cuando ellos se amaron por primera vez nació el amor en este mundo.
Y por supuesto también hablaron de Peter Pan, de Pinocho, de las historias que inventaron los griegos hace un montón de años, donde había caballos con alas que se llamaban Pegasos, héroes y Dioses y de los duendes que juegan con los bichitos de luz, de las brujas buenas que pueden viajar en cualquier cosa, una pájaro o una gota de agua y de todos los cuentos que conocen todos los chicos.
Cada día, Azul le hablaba a su papá de lo que Juan le contaba y se divertían mucho por que él también conocía todas esas historias y otras más que Azul después le contaba a Juan.
Así fue pasando el verano hasta que un día Juan le dijo a la nena que podía llevar a su papa a conocerlo. El día que lo llevó, para Azul fue el día más mágico de su vida por que papá pudo escuchar a Juan, lo escuchó, por que la voz de la gaviota no salía de su pico, era la voz que sale del corazón y solo quienes saben escuchar su corazón pueden escuchar a las gaviotas o lo que sea,
por que aunque sean grandes, nunca dejan de creer en la magia de la cada cosa que la vida nos regala, por que crecer en realidad nunca es dejar de tener ilusiones, es todo lo contrario y como el papá de Azul era un nene encerrado en el cuerpo de un adulto se hizo muy amigo de Juan.
Pero un día, la gaviota, a finales del verano, les dijo que su bandada partiría en busca del calor pero que regresaría al verano siguiente. Fue una noticia triste para Azul, pero su papá la consoló y pasaron todo el año hablando de Juan y de las historias que habían aprendido juntos. Y Juan volvió, un año tras otro hasta que Azul fue grande, pero siempre Juan, ella y su papá fueron amigos y todavía hoy, aunque Juan ya es una gaviota adulta que puede volar mas allá de las nubes, la visita y los dos son tan libres como cuando eran chiquitos.

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A vos, que estás leyendo este cuento ó a vos, que sos chiquita o chiquito y lo estás escuchando, este humilde librito que quiere ser tu amiguito, te pide que nunca dejes de creer en la magia del amor de tu familia, en la que hay en el mar, en la lluvia, en las flores, en la amistad y sobre todo, nunca dejes de creer en tus ilusiones y tus sueños, en que los deseos se cumplen y en la magia de tu corazón

FIN

Texto agregado el 23-10-2009, y leído por 430 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
14-12-2009 Nunca me ha interesado asumir eso de poner estrellas, pero son 5. Tu cuento tiene todo lo mágico de la literatura infantil en cuanto a estructura y personajes. Quizás puede tener un lenguaje complejo para un niño de la edad del personaje, eso lo pruebas leyéndole pedazos relevantes a niños y niñas y que dibujen u opinen. Lo esencial es que la magia existe, yo hace semanas converso con una paloma. NeweN
28-11-2009 La magia es real...es qeu nosotros nos negamos creerla... Solo los niños puede creer sin pensar demaciado... Muy bello y profundo, una verdadera marabilla. beTsyhaab
24-10-2009 A mí, me hubiese hecho mucho bien que alguien me lo leyera de chiquita...Está lleno de sentimiento, es precioso!!!***** MujerDiosa
24-10-2009 ¡¡Fantasía,amor , colores, magia!! Muy hermoso.****** almalen2005
23-10-2009 Te felicito. interesante, verdadero e intrigante. Muy bueno fabiandemaza
 
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