Sentado en una banca del parque se encuentra el vendedor de llaves.

Al igual que su padre y el padre de su padre y el padre del padre de su padre, ostenta el maravilloso empleo con orgullo mientras se sienta en la misma banca de siempre con su baúl de llaves y su cilindro rotatorio.

En los tiempos de su abuelo, los niños se maravillaban con la gran variedad de llaves que pernoctaban en el pequeño baúl. Llaves de todos tamaños, colores y formas, en espera de ser gravadas con el código de depresiones y salientes de alguna chapa citadina. Las había con temas vegetales y frutales como la “llave piña”, la “llave sandía” y la maravillosamente pequeña “llave semilla de mostaza”, usada para candados capilares.

También se presentaban las llaves retrato, con imágenes de personajes importantes o episodios cruciales en la historia de la humanidad, ejemplo claro era la llave que representaba la invención del calcetín o la que tenía grabada la imagen del duque Godrobo.

Pero las más solicitadas eran sin duda las llaves autómatas, a las cuales había que dar cuerda con otra llave parecida a la “llave semilla de mostaza”, y una vez activado el mecanismo, el artefacto hacía cualquier cantidad de suertes (menos abrir una puerta claro está, ya que la tecnología de llaves autómatas apenas comenzaba).

Los niños, amontonados unos sobre otros, trataban de abrirle paso a sus ojos para ver las piruetas de la llavecita que corría incansable por el suelo y volaba con sus alitas de seda.

Pero eso era antes, ahora el baúl pocas veces se abre en el parque y cuando lo hace es tan sólo para grabar una llave completamente ordinaria.

El llavero (si se le puede decir así a un vendedor de llaves sin confundirlo con el utensilio que las porta) observa la enormidad de la ciudad grisácea y oscura, que poco a poco devora al parque del que sólo quedan unos tristes árboles y una solitaria banca, donde mañana tras mañana se sienta un hombre solitario con un baúl repleto de llaves, al igual que su padre y el padre de su padre y el padre del padre de su padre.