Las historias de hadas pueden parecer fantásticas e imaginarias, pero son tan reales e invisibles como el aire que respiramos. Cuando se habla de hadas solo puede hacerse a la sombra de la Luna porque es ahí donde reside su magia. Y es en su sonrisa donde se embaucan cada uno de los sueños de los mortales. Yo que conocí a una créanme cuando les digo que me llevo a las nubes, que me las hizo tocar. Que se llevo mi alma y no me la devolvió, porque sabe cuidarla mejor que yo. Y creanme, no dejaré de mirar la Luna cada noche mientras la espero, porque mis noches son suyas, porque como ya dije, entre el borde de la cama y la pared solo habrá silencio hasta q vuelva para darme luz...