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		| La tome
 de la
 cintura,
 y metí
 mi lengua
 en su
 boca.
 Fue
 un beso
 obsceno
 y delicioso.
 Nos
 desnudamos.
 En sus tetas
 sobresalían
 dos pezones
 endurecidos.
 Su pelvis
 estaba
 afeitada
 y sus labios
 vaginales
 eran
 una dulce
 y jugosa
 invitación
 a la lujuria.
 Habíamos
 tomado
 demasiada
 coca
 y no se me
 paraba.
 Así
 que la
 masturbe
 con mis dedos
 empapados
 en saliva
 mientras
 ella
 mordía mis
 tetillas.
 Con la
 mano
 entera
 la penetre
 por el culo.
 Sentía
 su mierda
 entre mis dedos
 y ella lanzaba
 gemidos
 agudos.
 Acabo.
 El ruido
 de la calle,
 los goteos
 de las cañerías,
 los latidos
 del corazón
 eran
 una sinfonía
 perfecta.
 Mientras
 ella fue
 al baño
 me masturbe.
 Acabe
 en silencio
 mientras
 un escupitajo
 de semen
 se derramaba
 sobre mi
 pija.
 Después
 tomamos
 más coca
 y nos despedimos.
 Me fui
 olisqueando
 su mierda
 como ultimo
 recuerdo.
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Texto agregado el 01-11-2009, y leído por 168 
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