El encanto es un estado del alma relacionado directamente con la felicidad; Apegados a un recuerdo obtuso imposible de digerir, siempre tomamos referencias a partir del pasado para juzgar al presente y buscar el futuro. Si el encanto fuera un color, serían todos los colores. Eleva nuestro espíritu hasta un plano de casi estaticidad, condición imposible en el mundo conocido; también relacionado con la quietud, el encanto participa de la contemplación, o mejor dicho, del estado contemplativo, esa fase temporal en la que el alrededor nos embelesa y nos aturde a la vez, cuando comprendemos que no podemos realmente entender nada de lo que ocurre a nuestro alrededor, que la existencia se nos escapa de las manos como si de miel se tratara... cuanto más intentamos racionalmente comprenderla, cuanto más apretamos las manos para atrapar la miel, más se nos escapa por entre los dedos... el encanto es concentrar la atención en el roce de la miel en nuestras palmas, sin querer apretar ni poseer nada, sin ánimo de imponerle el ego (ente racional) a la realidad.