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Inicio / Cuenteros Locales / YUUKOICHIHARA / \"Las espinas de la rosa-La primera semana y una mentira que se volvió realidad-.\" Capitulo 1

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“Las espinas de la rosa”
-La primera semana y una mentira que se volvió realidad-
I

-Al bajar por las escaleras del lado izquierdo a cuando yo subí, nos encaminamos a la otra salida de aquel umbral en forma de arco. La vista que se alzaba ante mi realmente era preciosa, no había tenido oportunidad de verla cuando subía o cuando entre por el primer arco cuando llegue ala dirección. Un gran edificio de cuatro pisos realmente largo de color blanco a unos 30 metros de donde estábamos Leí y yo. Comenzamos a recorrer aquel sendero de adoquines de color rojo en forma hexagonal.
A ambos extremos tanto izquierdo como derecho se encontraban unas jardineras con arboles plantados como a 50 cm de la orilla de los adoquines y separados entre ellos por algunos metros de diferencia.
Una fuente circular a los 20 metros con una estatua de la Venus de Milo en su centro parada en una ostra gigante y de cuyas orillas salían agua que alimentaban a la fuente. El sendero aquí se partía rodeándola y enfrente a los 20 metros restantes el imponente edificio se alzaba ante nosotras. Con una puerta de color azul y muchas ventanas y dos pequeños peldaños en la entrada era lo que percibía.
A los extremos del edificio a unos 10 metros separado de este las paredes de otros edificios también de 4 pisos se alzaban, parecían estar haciendo una letra u si se podía decir.
Los mire asombrada y Leí solo pudo mirarme y deci9r:
-Esto no es nada, estos son los edificios donde se imparten clases, pero aun hay más.
¿Cuánto falta para llegar a los dormitorios?-respondí rascándome la cabeza.
Pues…..no esta lejos, por así decirlo, solo tenemos que seguir en línea recta, si las puertas de los edificios estuvieran abiertas, pero como no….creo tendremos que rodear, además eso sirve, ¿no lo crees Nat?
-Mmmmm, si creo tienes razón-dije, aunque mi sonido que denotaba algo de pensamiento era el diminutivo de mi nombre que paso de ser de Natalia a Nat, bueno, la verdad no me desagrada.
Rodeamos el edificio que teníamos frente a nosotros hacia el lado izquierdo y pasamos entre los dos edificios, pude ver que el largo del edificio que teníamos a nuestra izquierda parecía estar a la par con la longitud del que habíamos presenciado de frente, cuando el edificio de la derecha nos dejo ver la entrada del edificio que se encontraba en el lado derecho, pude notar que la puerta era de color rojo y un peldaño en la puerta.
Al seguir en línea recta, vi la puerta del edificio de la izquierda, aquí la puerta era de color amarillo con tres peldaños en la entrada del edificio. Esto me intrigó demasiado así que le pregunte a Leí, que pasaba.
Ella se volvió a mí y me respondió diciéndome:
-¡Ah!, eso, no es de gran importancia, las puertas de colores son para poder definir el grado al que perteneces, al igual que los peldaños el edificio que esta detrás de nosotras tiene dos peldaños esa es para las estudiantes de segundo curso y las de un peldaño las de primero y obviamente las de tres peldaños en la entrada son las de tercero.
En el espacio que había entre los tres edificios había un jardín con arboles y bancas de color verde que hacían juego con el follaje de los arboles. Y en el centro de dicho jardín se alzaba una estatua de la Virgen María, y para llegar a ella se llegaba por el sendero de adoquines que partían de los peldaños que hay en cada puerta de los edificios. Volví la mirada hacia la parte de atrás, de igual manera en la planta baja del edificio que teníamos a las espaldas se encontraba la puerta de color azul con sus correspondientes peldaños y su camino de adoquines color rojo que llevaban a la imagen religiosa; eso me dio la idea de que los edificios tenían dos entradas una por el anverso y otra por el reverso- que mas tarde esas salidas en verdad me sirvieron demasiado- y que se podía llegar mas fácilmente, por eso Leí se había apesadumbrado al decirme que tendríamos que rodear.
El área verde continuaba frente a nosotros, pero al termino del edificio del lado izquierdo por donde caminamos se encontraba un edificio simple pero largo y ancho, este era el comedor que se encontraba cerrado, no tenia una seña particular, solo lo supe por las palabras de Leí. El camino aquí seguía en línea recta unos 5 metros mas y después se cambiaba drásticamente a la izquierda desde donde estábamos se veía un edificio de igual 4 pisos con una fachada de color blanco con ventanas pero no con demasiadas, por lo que inferí que eran los dormitorios, mientras mis ojos veían el paisaje Leí y yo hablábamos de cosas como que música escuchamos de nuestras secundarias y de porque estábamos aquí, la charla era tan grata que sin darme cuenta llegamos a la entrada del edificio.
Sin duda alguna este era el edificio que vi cuando mi padre apenas tomaba la desviación para llegar a la reja por donde entre. El camino de adoquines se ampliaba por todo el terreno de los dormitorios, había bancas en cada lado de donde estábamos paradas dos por lado, también de color verde, parecidas a las del jardín que vimos anteriormente. Dicho edificio, era realmente grande con unas puertas de por lo menos dos metros de altura; digo puertas ya que eran dos, aquí había en la entrada 4 escalones, no tenia un significado especial, ni nada por el estilo, pero estábamos rodeadas por arboles y mas del lado izquierdo que llamo mi atención ya que había un camino que llevaba de los dormitorios a ese lugar donde desaparecía entre muchos arboles.
Hacia allá hay un kiosco, la verdad esta muy difícil dar con el pero es muy hermoso y relajante, además de que cerca de ahí también escondido entre los arboles un pequeño invernadero que cuidan las estudiantes de grado superior-dijo Leí como leyéndome la mente.
¡Ah!, ya veo, lo tendré en mente, tal vez lo vaya a visitar, ojal ate guste ir conmigo.
¡Claro que si!, además tengo que mostrarte la biblioteca y el auditorio y el edificio donde realizamos educación física, y la piscina…….
Cuando escuche esto, no sabia en donde se encontraba todo lo que Leí acababa de mencionar, mas sin en cambio me dijo que al dar vuelta hacia la derecha que era área de las internas no se podía ver gran cosa, pero todos esos edificios se encontraban detrás del edificio de las alumnas de tercero y de la cafetería.
Sonreí un poco y ella también se sonrió, y después de estar paradas riéndonos, caminamos hacia la entrada del edificio, y Leí se apresuro a la puerta ofreciéndome abrir la puerta para mi. Se lo agradecí y justo cuando ella tomaba la perilla, la puerta se abrió del otro lado.
Mi sorpresa fue grande, pero tan grande que la verdad no podía creerlo, solo se que me puse roja cuando la puerta se abrió.

Texto agregado el 09-12-2009, y leído por 73 visitantes. (0 votos)


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