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Inicio / Cuenteros Locales / YUUKOICHIHARA / \"Las espinas de la rosa-La primera semana y la mentira que se volvió realidad-.\" Capitulo 5

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“Las espinas de la rosa”
-La primera semana y una mentira que se volvió realidad-
V

Con la pregunta en el aire y mis ojos viendo fijamente primero a Vanesa que tenia al lado izquierdo y después a Alejandra que tenia al lado derecho, solo creí que debía darle largas a otro tipo de tema para que no preguntaran mas del asunto, no porque no quisiera contarlo, la verdad no era algo de que asombrarse pero no todos los días te encuentras a una chica siendo casi acosada por una estudiante de grado superior en los sanitarios de tu escuela, además de que cuando esa misma chica estaba delante de ti ahora, y la responsable de todo esto había mencionado el tamaño de sus pechos.
Solo podía mover los ojos de un lado hacia otro, y después cuando no pude soportar la presión indirecta que tenía frente a mí volví la mirada hacia Leí, sonriendo algo forzado y le dije:
-¡Vamos!, no hay que echar a perder esta agradable conversación con cosas mas que pasajeras, de seguro se ha de haber confundido de chica y tal vez me dijo una cosa que no sabia, je, je.
-¿Enserio?, soy compañera de Brenda y jamás supe de una vez que se equivocara, aunque hay que darte el beneficio de la duda, pero, dime Natalia, ¿de donde conoces a Mónica?-me pregunto Vanesa.
Un nuevo silencio mortuorio apareció entre nosotras, estaba calmada, pero dentro de mi mis neuronas trabajaban al 150% para que encontraran un respuesta que fuera plausible y no tan alejada de la realidad, pero aunque mas que trataba de encontrarla, parecía no haberla, claro que no me gustaba mentir, y mas no puedes decir que conociste a una persona en el baño y en esas circunstancias y mucho menos lo que paso después.
Aunque me daba cierta impresión de que Vanesa sabia algo mas ya que haciendo memoria en esos instantes ella dijo que ya veía porque la había impresionado, si infería correctamente podía decirse que Mónica le había dicho algo, claro que era muy improbable que justo que Mónica conociera a la chica cuya prima ahora era mi compañera de habitación, en si había algo mas, pero no sabia que era.
Gracias a Dios, Leí entro en mi defensa, no saben cuan agradecida estaba por ello, mientras miraba la cara de Alejandra que se había paralizado cuando escucho el nombre de Mónica.
-¿Qué pregunta es esa, Vanesa?, Nat acaba de llegar, es imposible que conozca a la señorita Mónica, además ella estaba con la representante Judith. Dijo Leí.
Leí inclino su cabeza mientras iba a tomar bocado y después me miro con algo de incertidumbre y me dijo:
-Lo que dije es cierto o, ¿no?, Nat.
- Vamos, tú sabes que es imposible que la conozca, además acabo de llegar, es la primera vez que la veo.-conteste.
Vanesa se me quedo mirando con un aire de desconfianza, pero todo siguió normal, mientras estábamos platicando de otras cosas, cuando terminamos de comer mire mi reloj y vi que eran las 4:45 de la tarde, nos estiramos y caminamos con las bandejas vacías donde una señora con delantal blanco nos las recibió y mientras salíamos de la cafetería, Leí se adelanto junto con Alejandra e Ivonne a la maquina de dulces, yo con paso lento volvió la mirada hacia atrás donde estaba Vanesa, esta se emparejo a mi y me pregunto:
-Dime la verdad, ¿en verdad no conociste a Mónica antes del auditorio?
-No, la verdad no, la primera vez que la vi fue en el auditorio. Replique con un tono casi enojado, aunque quería subconscientemente decir la verdad.
-Mmmm, bien, entonces no hay de que preocuparse, me dijo mientras se sonreía.
Leí había sacado de la maquina algunas pastillas de sabores, las cuales nos repartió dos por cada una. Al quitar la cubierta de la pastilla cuadrangular vi que era de color rojo, la metí en mi boca y la saboree, un sabor a fresa invadió mis papilas gustativas y empecé a saborearla lentamente.
salimos de la cafetería y estando en la entrada caminamos hacia los dormitorios lentamente hasta llegar a ellos, ya en la entrada del edificio, Vanesa se adelanto abrir, la puerta, esta vez no hubo una sorpresa como la vez anterior; tanto Alejandra e Ivonne se despidieron de Leí y de mi ya que no apetecían ir a recorrer la escuela ya que lo habían hecho, Vanesa se retiro con la escusa de que tenia que descansar-si tan solo no le hubiera dejado ir, la verdad no me habría causado una situación muy incomoda mas tarde ese día-y se marcho a su habitación.
Eso dejaba a Leí y a mi solas, así que empezamos a caminas por el pavimento que se abría del lado izquierdo y que llevaba al invernadero, por aquella maleza de arboles que se imponían frente a nosotras.
Los arboles de verdes follajes se intercalaban en los extremos de aquel sendero de piedra, con un pasto realmente corto y con una aroma a naturaleza que se respiraba, pude ver el invernadero al fin del camino.
Una construcción de vidrio que daba la forma de un almacén amplio y alto, con molduras de plástico entre cada uno de los vidrios rectangulares que lo conformaban y un techo en caída parecido a los antiguos parte aguas que se hacían con tejillas de asbesto. En su exterior se veían macetas de algunas plantas, como rosas y algunas otras plantas que no alcance a distinguir, además de arboles frutales como varios árboles de limón y otros de guayaba, cuyos frutos aun estaba inmaduros. Muchas plantas sembradas derredor del invernadero se encontraban acompañándolos.
en las paredes laterales dl invernadero se dejaban ver algunas enredaderas que hacían una imagen aun mas natural de aquel sitio, al acercarnos para ver su interior que estaba llena de rosales y otras plantas que daban flores muy lindas, como violetas y geranios.
En la entrada del invernadero, se encontraba una regadera de metal y varias palas pequeñas que servían para hacer el agujero en la tierra.
Cuando quise abrir la puerta para poder entrar, Leí me interrumpió.
-Nat, ¿Qué piensas hacer?, esta prohibido para nosotras las estudiantes de primer grado entrar al invernadero, ¿Qué no lo sabias?
-¡Eh!, la verdad no lo sabia, gracias por avisarme, pero ¿porque no podemos entrar?, le pregunte.
-pues las únicas encargadas del invernadero es la representante Judith y la vice representante así como los miembros del comité escolar, pero no te preocupes, si hablas con la directora o con la representante posiblemente te dejen entrar.
-¡Ah!, ya veo, bueno lo hare, pero ahora llévame al kiosco, quiero conocerlo, ¿de acuerdo?
-Esta bien, vamos hay que caminar un poco por donde están esos arboles, pero esta cerca, además enfrente del kiosco hay una pequeña capilla de oración que esta abierta todos los día, aunque no hay nadie que oficie una misa. La verdad se me hace extraño que siga abierta, mi madre me conto que cuando era estudiante de eta escuela la capilla existía, además Vanesa me conto que el año pasado paso algo ahí y por eso la cerraron por lo menos un mes antes de terminar el ciclo escolar anterior.-expreso Leí.
Y caminando por otro sendero que era mas angosto que los demás nos adentramos nuevamente por otra muralla de arboles, en este sitio no había un camino así que supuse podrías perderte, pero no estaba muy lejos nuestro destino así que seguimos en línea recta hacia ese lugar.
Efectivamente había un kiosco de forma circular construido con un material parecido al mármol y frente a el una pequeña capilla. el kiosco tenia unos barandales de color negro con pequeñas manchas doradas en algunas partes, tenia dos vertientes por donde se podía entrar, una a la izquierda y otra a la derecha, cada una con cuatro peldaños, los asientos daban de piedra daban la forma de un medio circulo rodeando la orilla de la construcción hasta las entradas.
El sonido de las aves se dejaba escuchar, era algo encantador; subimos al kiosco y me puse a contemplar la construcción que teníamos enfrente. La capilla era simple una construcción de madera y cemento con una cruz en la parte superior. La puerta de madera con un color rojo y a sus lados unos vitales pequeños que daban la impresión de imágenes religiosas.
Leí se sentó y me miro fijamente, después de la nada, como si fuera mi único atractivo me dijo.
-No te ofendas pero me gustan tu mirada, la verdad tienes unos ojos muy lindos.
Me sonroje un poco, ya que era la tercera vez que alguien se percataba de ello. Le agradecí el cumplido, y también me senté y comenzamos a platicar.
Después de estar calladas un poco hablo:
-Mmmm, no quería decir nada, para no causarte problemas Nat, pero dime sinceramente si conoces a la señorita Mónica.
Sentí que con esa pregunta me arrinconaba, ya no tenia escapatoria, sin embargo no tenia porque fingir mas, había callado para no causarle una molestia a Alejandra, claro que si en la cafetería me hubiera visto forzada a contestar la pregunta habría cambiado las circunstancias y no hubiera comentado nada sobre ella.
-Esta bien, si no quieres contármelo, lo entiendo, tal vez es algo bochornoso.-formulo meticulosamente su frase Leilani.
Eso me hizo sentir culpable y a la vez manipulada, pero conteste no de mala manera, ya que se lo había prometido.
no, no te preocupes, la verdad si te lo iba a contar, per me pareció algo tan sacado de un cuento de locos, que si lo hubiera dicho en ese momento, y mas sabiendo que tu prima es su compañera……no quería causarle una mala impresión a Vanesa acerca de la señorita Mónica.
Y así comencé mi narración desde que llegue a la escuela mi plática con el viejo Ignacio hasta llegar a la escena principal, es decir, al momento en que me encontré con Mónica y todo lo demás hasta la advertencia que me hizo su amiga Brenda.
-Mmmm ya veo, si no me lo dices con calma, en verdad no te creería, pero, debo decirte que aunque me lo hubieras dicho así sin que yo hubiera desconfiado de ti acerca de que no la conocías, te lo hubiera creído.
-¿Eh?, porque dices eso Leí-le cuestione con algo de sorpresa.
-Mi prima Vanesa es compañera de Brenda y de Mónica, a decir verdad es la mejor amiga de ambas y ella tiene privilegios en el comité aunque no pertenece a ellos. Mi prima me ha contado que….bueno como decirlo….que la señorita Mónica tiene gustos algo extravagantes.
Me llene de sorpresa, pero mi sorpresa no era de que Mónica tuviese esas atracciones, mas bien mi sorpresa era la causa de escuchar de que Vanesa conocía muy bien a Mónica a tal grado de tener privilegios, eso me preocupaba, ya que eso significaba que mi teoría de que Mónica había comentado algo a la prima de Leí y la insistencia de ella en preguntarme si la conocía se interrelacionaban ahora. Sin embargo no denote ninguna preocupación ante Leí, ya que cualquier cambio brusco provocaría una serie de preguntas hacia mi, y lo que quería en ese momento era obtener respuestas.
-y, ¿Qué clase de personas son?, me refiero tanto a Brenda como a Mónica. Pregunte.
-Pues son hijas de familias acaudalas, Mónica es hija de un gran empresario de materias textiles y de Brenda es hija de una gran escritora y de un empresario asociado al padre de Mónica. Me parece que el nombre de la madre de Brenda es Consuelo Arriaga. Son hijas únicas, pero me entere de que Mónica esta comprometida con alguien, me parece ser que es un chico que estudia en Suecia, su padre es uno de lo grandes políticos de Estados unidos y su madre es la vicepresidenta de la compañía del padre de Mónica. Mi prima me conto que Mónica debe casarse con ese tipo cuando salga de aquí.
La breve historia de Mónica y de Brenda me intrigaron, pero mas el hecho de que la madre de Brenda se tratara de una de mis mas grandes autoras favoritas, sus historias acerca del amor y la tristeza me hicieron pensar que podría encontrar a alguien para mi. Y seguimos platicando cosas acerca de ellas dos y después cambiamos el tema ya que le pedí a Leí no volverlo a comentar, claro que no puse el nombre de Alejandra en la historia, y cuando llegamos al punto del porque Alejandra me había detenido en la entrada, tuve que mentirle a Leí, diciéndole que era una vieja conocida mía, creo que ella no se trago mi respuesta, pero era lo único que podía decir.
Y viendo mi reloj la hora marcaba las 5:59, decidimos ir a recorrer lo que faltaba de la escuela y así lo hicimos. volvimos por donde habíamos llegado y fuimos por un pasadizo entre los arboles hacia la biblioteca que se encontraba detrás del auditorio, un edificio de un piso, con una entrada de puertas de cristal y un letrero que decía cerrado y una marquesina para que las alumnas esperaran fuera así como unas sillas. Mas delante de donde estaba la biblioteca se encontraba un edificio de tres pisos donde se llevaban las actividades extracurriculares y donde en el último piso se encontraba el salón donde estaban ubicadas las alumnas encargadas para el comité escolar.
Mas al este como ha unos 30 metros del edificio de actividades extracurriculares rodeado de una barda con maya metálica se encontraba cercada la alberca de la escuela y detrás de esta se encontraba el terreno donde las alumnas tenían su clase de educación física.
Ya no admiraba con detenimiento las cosas, ya que caí en la cuenta de que pasaría aquí hasta las vacaciones de diciembre, aunque me alegraba oírle decir a Leí que ella se quedaría también los fines de semana al igual que Vanesa a diferencia de otras internas que pueden ir a casa si así lo desean. Después de terminar de recorrer la escuela y de ver su limite con otra barda de ladrillo y algunas con metal, caminamos de regreso a los dormitorios, mientras volvía a ver mi reloj, ahora marcaba, las 6:20, con algo de sueño caminamos lentamente mientras decíamos cosas como nuestros gustos y cosas para conocernos mejor, todo iba bien, no quería nada mas que alterara el día que estaba transcurriendo hasta que volvimos a pasar por el kiosco.

Texto agregado el 09-12-2009, y leído por 96 visitantes. (0 votos)


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