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Inicio / Cuenteros Locales / YUUKOICHIHARA / \"Las espinas de la rosa-La pelea de las señoritas y la mimada cenicienta-.\" Capitulo 5

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“Las espinas de la rosa”
-La pelea de las señoritas y la mimada cenicienta-
V

-La clase había terminado, mire mi reloj de pulsera, la hora, las 12:00 de la tarde, aquí se abrió aun pequeño receso. Salimos del aula de música y caminamos hacia el cuarto piso mientras esquivábamos a las alumnas que bajaban de los niveles superiores. Cuando llegamos al cuarto piso, algunas alumnas estaban fuera de sus aulas y en la ventana contemplando el paisaje se encontraba Alejandra que nos saludo cuando nos acercamos a ella. Las preguntas acerca de que materias tuvo esas 5 horas después de la reunión en el auditorio. Todas decidimos bajar a la planta baja donde del lado izquierdo del corredor donde están unas maquinas dispensadoras de dulces y otra de refrescos aparte de una pizarra de madera donde se colocan algunos anuncios pegados a ella con algunas tachuelas. Cada una fue a su lugar en busca de su maletín; como mi padre me había dejado dinero además de que me dijo podía llamarlo cuando necesitara algo de efectivo, saque mi cartera en donde tenia mis credenciales de la secundaria y algunas notas que me habían escrito algunos de mis compañeros.
Bajamos acompañadas de Franchesca a la que le presentamos a Alejandra. Al llegar a la planta baja caminamos a las maquinas donde cada quien saco una bebida y algún dulce de la otra maquina, yo por mi parte solo saque una lata de jugo de mango mientras esperaba a Leí y las demás para salir al jardín donde esta la estatua de la Virgen, en donde te podías sentar en el pasto ya que no las bancas estaban ocupadas.
Cuando mis amigas terminaron de comprar sus provisiones, nos disponíamos a salir por la entrada que daba al jardín, pero Vanesa que se encontraba con los brazos escondidos detrás de ella en la otra puerta y nos llamo, en especial se refirió a Leí y a mi.
-Leí, Natalia, esperen, no salgan por ese lugar, vengan por este lado.
Nos miramos todas pensando en que pasaría, y Leí se adelanto hacia Vanesa, solo vi que le dijo algo que la perturbo para que Leí regresara por mi y me jalara del brazo y saliéramos por el otro paso. Caminamos al lado de Vanesa que fue la ultima en salir por la puerta; enfrente de nosotras como a unos 10 metros se encontraba un edificio normal como lo era el de la cafetería por el cual llegamos por el camino de adoquines rojos, a las laterales del camino una alfombra de pasto verde cortado con algunos arboles se dejaba ver. A la izquierda de donde estábamos ubicadas se veía otro camino y a lo lejos se alcanzaba ver parte del cuarto piso de los dormitorios. Anduvimos hasta la entrada del edificio que esta delante, este era el gimnasio donde a los veinte minutos que nos tocaban tendríamos una hora de Educación Física-consideraba que era una lata, ya que tendríamos que subir hasta el tercer piso donde nos tendríamos que cambiar de ropa a la que usaríamos para educación física y bajaríamos a sudar.
-¿Así, que este es el gimnasio?- hice la pregunta dirigiéndome a Vanesa.
-Si, así es, la fachada se ve simple, pero continua en la parte de atrás con las regaderas y algunos vestidores por si no quieres cambiarte en el tercer piso, aunque casi nadie los usa. Al lado están algunos lavabos donde nos refrescamos cuando terminamos.-me respondió.
-Mmmm, y ¿Quién es ella?- pregunto mientras miraba a Franchesca.
-¡Ah!, mi nombre es Franchesca, mucho gusto en conocerte.
-Ella es Vanesa, Franchesca y es prima de Leí-. Respondió Alejandra.
-Bien, bien…. pero ese no es el punto por el cual las saque por este lado. Natalia- hablo mientras me observaba- dime una cosa, ¿conociste a Irais?, ¿cierto?
Todas me miraban nuevamente, no podía negarlo y más cuando Ivonne aunque estaba dormida, se dio cuenta de la pseudoamenaza de Irais hacia mi persona.
-Si, la conocí el día de hoy, pero no creo que sea de importancia.-replique
-Tienes razón, tal vez para ti no tiene gran importancia, pero hay alguien que si le da la suma importancia- Vanesa formulaba esto mientras su mano que había estado detrás de ella desde que salimos se dejo ver- dime Natalia, ¿reconoces esto?
En su mano derecha se encontraba una rosa maltratada en los pétalos, algo sucia, la estiro mientras yo la miraba para finalmente recogerla en mis manos. Trataba de articular algunas palabras, pero no sabia que decir, solo me limite a estar ahí.
-Ella, te esta buscando en estos momentos, de no ser por Brenda ella hubiera estado en mi lugar en la planta baja. Por otra parte, necesito que me hables de lo que Judith te dijo acerca de esta noche.- las preguntas o insinuaciones de preguntas de Vanesa me estaban girando, pero respondí sobriamente para que llevase el mensaje, ya que era obvio que ella era aparte de una simple espectadora algo mas que una intermediaria entre Mónica y Judith y sinceramente me había cansado el tener que lidiar con esta situación ya que apenas empezaba mi vida escolar y ya era el trofeo a ganar en una pelea de dos señoritas que no conocía muy bien, solo por los relatos de Leí.
Así, que me arme de valor y mire a Vanesa a los ojos para responderle: “si, efectivamente ella me pidió que la viera en el kiosco esta noche, pero no voy a ir; además de que le deje en claro que yo no soy ningún juguete, pueden hacer lo que quieran ellas con otras personas, pero conmigo no cuenten”.
Todas se quedaron calladas cuando termine de pronunciar mis palabras, me senté en el escalón que tenia mas próximo a mi teniendo cuidado de no maltratar mi falda; alcé la mirada y las vi a todas atónitas, hasta que Franchesca dijo.
-¡¿Eh?!, la verdad no se que es lo que paso antes de conocerlas chicas, pero creo que es algo grave, así que si quisieran ponerme al tanto tal vez pueda ayudar un poco.
Es una historia algo difícil de contar Franchesca, je, je.- sonrió Ivonne.
-No te preocupes, les platicare todo al fina no creo que pase nada si lo hago, ¿cierto, Vanesa?- la mire fijamente y ella asentía con la cabeza aprobando lo que había dicho, así que les realice una historia ms breve- obviamente ocultando la identidad de la chica con la que Mónica estaba en los baños cuando la conocí, evidentemente Alejandra se sintió algo aliviada al notar que su nombre no apareció en mi corta narración-así cuando termine, hubo un silencio sojuzgador sobre la atmosfera que se estaba desenvolviendo. Vanesa se sentó a mi lado y coloco brazo sobre mí. Todas me miraban como queriéndome proteger con sus ojos, francamente me sentía protegida hasta que Vanesa hablo.
-Ummm, ciertamente esta difícil esta situación, pero tratare de calmar a Mónica indirectamente, aunque no lo lograre del todo. Respecto a Judith solo se que será difícil mantenerla distante de ti pero hare mi lucha, aunque tu debes tratar de evitarlas a toda costa, eso no significa que dejes de ir a la cafetería o empieces a desenvolverte en la escuela, solo que le des largas hasta que llegue ese día……..
-¿Día?, ¿De que estas hablando?- le pregunte seriamente a Vanesa.
Leilani tomo la palabra y contemplándome me conto.
-Recuerdas que se tiene que elegir a la representante de las alumnas de primer grado……
Al responder que si, que lo recordaba, Leí, continúo.
Pues……. Como decírtelo…… es que creemos que ellas te han elegido para estar en ese cargo, aunque son solo conjeturas, pero dado a lo que esta pasando…….
Honestamente no comprendía lo que estaba saliendo de la boca de Leí, pero me entraba la curiosidad de cómo lograrían eso, ya que se podían postular varias alumnas, así que la posibilidad de que yo saliese elegida era casi nula, además no presentaría una candidatura o algo por el estilo ya que no era lo mío. Le exprese mis ideas a Leí, y Vanesa continuo con la explicación.
-Si, tienes razón, la verdad son solo conjeturas, pero con ellas dos nada es seguro, solo se que dentro de dos semanas habrá esas elecciones y espero nadie vote por ti o tendrás un infierno sobre tus hombros.
No sabia si alegrarme o llorar, es más ni si quiera había tenido el tiempo de abrir mi jugo, era algo lamentable, pero me repuse de inmediato ya que si no le prestaba atención a nadie como decía Vanesa, nadie saldría algo lastimado, o ¿si?
La campana sonó de repente mientras me levantaba apoyándome de la mano de Vanesa que ya se había incorporado y nuevamente me dijo:
-Ahora solo depende de ti, no trates de entablar conversación con ninguna de las dos y con respecto a la cita que Judith te hizo para esta noche no salgas, también es muy probable que traten de ir a buscarte a tu habitación, a la que podre contener es a Judith, pero no se si Brenda pueda hacer lo mismo con Mónica ya que es muy impulsiva.
Lo mas sorprendente de este lio en el que me había metido era el creer o el estar escuchando de que Brenda me ayudaría de una manera indirecta a solucionar mi problema. Ahora no sabía que hacer, pero al ignorar la situación mataría tres pájaros de un tiro, según como lo vislumbraba mi consciente. Por una parte me alejaría de Mónica y de Judith, la segunda cosa que me beneficiaria seria el que me quitaría a Irais la supuesta ex de Mónica que ya me había casi amenazado y por ultimo llevaría mi vida escolar como alguien normal, que era a lo que había venido para no meterme en escándalos o chismes.
Asentí con la cabeza y agradecí a Vanesa lo que estaba haciendo por mi y le pedí como favor que le diera las gracias a Brenda, ella me dijo que así lo haría y despidiéndose prometiéndonos vernos a la hora de la comida, corrió hacia la entrada del edificio donde tomamos clase y salió por la otra puerta por donde entraban las alumnas.
Leí me miro además de Ivonne y Alejandra y me hablo seriamente:
-No preocupes Nat, nosotras no dejaremos que nada malo te pase, esta bien, ahora vamos a clase de educación física.
Sonreí a las palabras de Leí la cual me devolvió la sonrisa y me abrazo; de repente todas me abrazaron menos Franchesca a la que vi algo apenada, todas le decíamos se nos uniera y con algo de pena se nos acerco. Ivonne le abrió un pequeño hueco para que nos abrazáramos y después de ese emotivo gesto nos separamos para caminar el trayecto de adoquines para nuevamente subir por las escaleras al cuarto nivel donde ya la profesora de educación física nos esperaba en la silla detrás de su escritorio.
La rosa que había recibido de manos de Vanesa la metí en la bolsa de mi saco, doblando el tallo para que pudiera caber dentro, realmente me había sentido algo extraña cuando Judith me hablo sobre lo que significaba esa rosa y la tire, sin embargo cuando la recupere considere que algo había vuelto a mi.

Texto agregado el 10-12-2009, y leído por 79 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
10-12-2009 Maravishoso, es lo mejor que he leído. Solamente le modificaría unas letras en el título para que sea perfecto y efectivo al cien por cien: "La pelan las señoritas y la mamada del Che, ni sienta". 5* fulanito
10-12-2009 UN FINAL UN POCO EXTRAÑO NO? HAKOVICH
 
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